Pasado, Presente y...

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Corrió desesperado por los pasillos con lágrimas en los ojos, la escuchaba llorar y gritar con agonía, cuando llega a la gran puerta se da cuenta de que está cerrada, la empuja con fuerza mientras jadeaba por la desesperación, hasta que finalmente la puerta se abre con fuerza golpeándolo en el rostro y haciéndolo caer al suelo de espaldas, el golpe lo hizo cerrar los ojos y quejarse por el dolor, aún era muy pequeño como para interferir en los problemas maritales de sus padres pero odiaba no hacer nada. Al levantar la vista se encuentra con su padre observandolo desde el marco de la puerta, podía notar la ira en su rostro, su ceño fruncido, sus ojos encendidos de furia, su boca levemente torcida, él era un hombre aterrador.

P-padre... —Apenas se escuchó esa palabra, estaba aterrado y temblaba aún en el suelo, su progenitor apretaba los puños con sangre en los nudillos, desde su posición pudo haberlo pateado como en ocasiones anteriores, pero solo lo ignora y camina hacía otra dirección sin mirar atrás.

Él decide levantarse aún con dolor y entra en la habitación para ver a su madre, ella estaba sentada en el suelo llorando desconsolada, tenía marcas de golpes y heridas frescas brotando sangre en distintas partes de su cuerpo, el lujoso vestido rosa pastel que llevaba estaba roto, su peinado arruinado y se tapaba el rostro con ambas manos.

—¡No quiero que me veas así! —Trató de sonar firme pero su voz se quebraba delatandola.

Una vez dentro siente que pisó algo de vidrio, al mirar abajo ve que era el vidrio del porta retratos de la foto familiar, sus padres y él juntos como una familia feliz, por instinto gira su cabeza a su alrededor, toda la habitación era un desastre, muebles de cabeza, ventanas rotas, paredes sucias, no mostró expresión alguna, nada de eso le importaba solo su madre. No espero para darle un abrazo, uno muy fuerte, su rostro se arrugó por las ganas de llorar pero no se permitió soltar ni una lágrima más, debía consolar a su madre, debía ser fuerte por ella incluso si nadie lo tomaba enserio por ser un niño.

—Mirame mamá. —Dijo él logrando que ella quitara las manos de su rostro para verlo, tenía la cara hinchada por los golpes, su nariz sangraba y un labio partido, su belleza estaba ensuciada por el maltrato de su esposo, aún así, su pequeño hijo le brinda una sonrisa, incluso con los ojos hinchados por el llanto decide sonreír para su madre, ella siempre decía que le gustaba verlo sonreír. —Todo estará bien, mamá. Yo estoy aquí contigo, te voy a cuidar.

Incluso si esas palabras sonaron inocentes para su madre haciendola abrazarlo con más desesperación, para él era muy enserio, estaba furioso con su padre, lo odiaba.

¿Por qué nos haces sufrir? ¿Por qué la destruyes? ¿Por qué tienes que ser un monstruo?

—Mustard. —Su mente volvió al presente cuando escuchó esa voz, parpadeó varias veces confirmando la realidad, seguía en la limusina junto a la ventana y a su lado estaba Harry mirándolo con aburrimiento, no era la primera vez que Mustard se perdía en sus recuerdos. —¿Escuchaste algo de lo que dije?

—No. Disculpame por favor, he estado algo... Distraído. —Dice frotando sus ojos con la punta de sus dedos y respira hondo.

—Espero que no te distraigas durante el espectáculo. —Dice él observándolo con atención hasta que decide repetir lo que había dicho hace un minuto. —¿Que opinas sobre la carta? —Adopta un semblante despreocupado y risueño mientras mira por la ventana. Mustard rueda los ojos, Harry era tranquilo y educado con todo el mundo menos con él.

—¿Por qué insistes tanto en hablar de eso? Ni siquiera estabas aquí cuando el anterior Jinete de la Muerte fué asesinado. —No mostró expresión y habló como si no le importara pero por dentro le daba escalofríos recordar al recién nombrado.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2023 ⏰

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