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Siempre que miraban a Apo Wattanagitiphat pensaban en un alfa soltero por toda su vida la razón era simplemente. Su personalidad.

Aquel alfa no era dominante y rudo como los demás, no, él no era esa clase de alfa.
Apo era suave y delicado, amante del color rosa y de las cosas tiernas, así era Apo Wattanagitiphat, el alfa omega como solían llamarle de burla.

Apo era diferente, pero eso no le importaba, él era feliz, de esa manera, siendo él mismo y no teniendo que fingir alguna actitud dominante y posesiva con un omega.

Si algo odiaba Apo era que los alfas siempre se creyeran superiores a los omegas, siendo una alfa sabía que todos merecían los mismos derechos.

Aunque claro, los mismos omegas se encargaban de rechazar a Apo, creían que él no podría defenderlos del mal, creían que incluso Apo sería pasivo al momento de hacer el amor. Eso no era cierto y jamás lo sería.

Apo era consciente de lo que escuchaba a cada rato, no era ningún pasivo, solamente tenía diferentes actitudes y eso era todo.

-Cachorro, vamos, despierta que tienes que ir a estudiar.-Dijo el Omega desde la puerta de la habitación de Apo.

-¿Papá Time?, Buenos días papá-Dijo Apo despertando de golpe al verlo

-Cariño, tu padre y yo te estamos esperando abajo para desayunar, báñate y vístete rápido.-Dijo el Omega sonriendo

El Omega se retiró de la habitación de su hijo y cerró la puerta detrás de ella, mientras Apo se levantó con una sonrisa en su rostro, quitó su pijama y se dirigía a bañarse.

Era otro día como cualquier otro, aunque claro, Apo disfrutaba al máximo su vida sin amarguras ni nada que lo hiciera sacarse de quicio.

Si, Apo tenía ya veinte años y aún vivía con sus padres, escuchaba a sus demás compañeros burlarse de él porque aún vive bajo el manto de ellos.

Según los demás, un Alfa antes de esa edad ya debería haber buscado un hogar propio, comenzar a cortejear a los omegas y comenzar su propia familia.

No, Apo no quería eso, aún no, quería ir lento y despacio, no quería asustar a algún omega llenándolo de cachorros y obligándolo a hacer lo que quisiera. Apo no era así.

Cómo siempre, comenzaba su rutina diaria para ir a estudiar, ya se baño y se arregló lo mejor que pudo, bajó las escaleras y vió a sus padres en el comedor platicando cómodamente.

Tay Wattanagitiphat y Time Ratanapakorn eran pareja, ambas habían concebido a Apo Wattanagitiphat, un alfa diferente a los demás, pero eso a sus padres no les importó en lo absoluto.

De hecho, amaban que su hijo fuera así, respetuoso, educado, tierno y demás cosas que sus padres siempre iban a amar de su cachorro.

-Buenos días, ¿Cómo amaneciste?-Dijo Apo tomando asiento en una de las sillas del comedor

-Muy bien cachorro, aunque tú padre sigue y sigue pateando toda la noche.-Dijo Tay sonriendo y viendo a su hijo riendo, luego volteó su vista y vió a su Omega haciendo un puchero

-Es muy clásico de papá Time, siempre patea y patea cuando duerme con alguien.-Dijo Apo tomando un cubierto y llevando un bocado de panqueques a su boca

-Pero en mi defensa, soñé que estaba en la cama más cómoda del mundo.-Dijo el único Omega en esa familia

-Ajá, ¿Seguro que no era en el vientre de tu madre, cariño?-Dijo el Alfa mayor viendo al omega

-No, estoy seguro que era en la cama más cómoda del mundo.-Dijo Time afirmando con la cabeza

Ambos Alfas solo soltaron una pequeña risita, amaban todos los momentos en familia que tenían, incluso si el pequeño Barcode Wattanagitiphat estaba dormido en su cama y no participara demasiado en el desayuno familiar.

-Bueno, me tengo que ir, nos vemos más tarde.-Dijo Apo terminando rápidamente su desayuno

-Está bien cachorro, lávate los dientes y luego ya te puedes ir.-Dijo el Omega levantando los platos de Apo

-Está bien.-Apo hizo un puchero y se fue al baño.

Llegó al baño y rápidamente lavó sus dientes, después de eso volvió a despedirse de sus padres y salió con prisa.

Tenía unos minutos antes de que anunciarán que las clases empezaban, así que pasó por una floristería para comprar unas rosas.

Rosas las cuales se las daría al único Omega que dejó que Apo lo cortejeé, Bible Sumettikul, era el Omega más tierno y dulce del universo, o eso según Apo.

El amorío entre ambos había iniciado hace dos meses atrás, cuando Apo se acercó al omega, con un sonrojo adornado en toda su cara y con una pequeña notita.

Esa notita estaba muy decorada en papel Rosa, cuando Bible la abrió para leerla, leyó en el gran mensaje que había escrito dentro de la nube.

"¿Puedo cortejearte, dulce Omega?", Decía aquel papel, Bible solo se sonrojó y le permitió al Alfa empezar su cortejo.

Ambos se amaban e iban muy bien, Apo quería conquistar más al Omega y luego empezaría su relación.

*

En verdad, no puedo quedarme quieta. Aquí traigo otra adaptación, con una ghost ship que está dentro de mis favoritas, al igual que la historia original. Recuerdo haberla leído hace algunos meses, pero luego la perdí y la acabo de encontrar.

Espero les guste, y recuerden, si no es el caso, te pediré que no dejes comentarios groseros, no es bonito leer como otros desprecian un trabajo tan bonito, solo porque algo no les agrada. No me gusta, no leo y no dejo comentarios desagradables. Gracias.

Nos leemos en el próximo capítulo.

Los amo ∞

||𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐀𝐥𝐩𝐡𝐚 - 𝐀𝐩𝐨𝐁𝐢𝐛𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora