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⭑⁰⁰¹

Iván le dedica una mirada lasciva, los párpados pesados cuando una pequeña sonrisa se extiende en su rostro.

-"Nunca has fumado?"- su voz está anormalmente más ronca y rasposa por culpa del porro, y Carre no sabe cómo sentirse sobre el escalofrío que recorre su piel al escucharlo. En realidad nunca antes lo había visto fumando a él tampoco, entonces, es totalmente nuevo en tratar con Iván y los porros al mismo tiempo.

-"No"- responde cortante.

Iván hace un pequeño sonido de entendimiento y asiente lentamente antes de acercar el porro a sus labios otra vez. Rodrigo sigue sus movimientos con atención.

El pelinegro voltea a verlo y se ríe, Rodrigo lo mira con recelo en reflejo a esa risita burlona.

-"¿Por qué me mirás así?"- pregunta el pelinegro, e inclina la cabeza hacia atrás para dejar salir el humo.

-"¿Así cómo?"- replica Carrera.

-"... como si estuviera haciendo algo re zarpado boludo"- su tono suena ligeramente regañado, las palabras saliendo perezosamente de sus labios mientras voltea a ver al bajito.

Rodrigo niega con la cabeza y suelta un soplido con la nariz antes de responder.

-"Es algo que no me gusta nomás"-

-"mhm"- Iván lo mira de arriba a abajo, y Carre traga saliva disimuladamente.

-"No te gusta o nunca aprendiste a hacerlo?"- le dice en voz baja, ladeando un poco la cabeza; y Carrera no puede seguir mirándolo a los ojos mientras él se comporta así.

-" ... puede ser"- murmura con leve molestia, abrazándose a sí mismo y volteando en otra dirección.

Porque la verdad es que no, nunca tuvo siquiera contacto directo con la marihuana como lo estaba teniendo en ese momento, veintiún años y él sin haber experimentado en absoluto, de repente se siente algo avergonzado de admitirlo. Sumado al hecho de que la mirada del pelinegro comienza a ponerlo nervioso, Rodrigo considera vagamente la posibilidad de salir de ahí.

Nunca había visto a Iván de esta forma, es decir, tan suelto, tan tranquilo. Su cuerpo entero expresa relajación, está sentado en la otra orilla de la pequeña banca, pero más bien parece como si se estuviera dejando caer, ahí a medio metro de distancia.

Y al parecer este estado lo afecta en todo sentido, porque su comportamiento hacia él se ha vuelto tan abierto y sugerente como nunca antes lo había estado.

Rodrigo no puede decir que no le agrada esto, pero aún así no puede evitar que la actitud de su amigo lo descoloque un poco. No está acostumbrado a sentir que el pelinegro tome tanto la iniciativa como en ese momento, mordiendo un poco su labio inferior, considerando lo que Rodrigo dijo. Después de pensar un momento se endereza sin despegar su mirada de él.

-"No querés que yo te enseñe?"- suelta inesperadamente, mientras reposa su brazo en el respaldo de la banca, detrás de Carre.

El comentario se congela en el aire, y a Rodrigo le toma un momento asimilar lo que su amigo acaba de decir. La respiración se atasca en su garganta un segundo, sin entender por qué la sugerencia suena como si le estuviera proponiendo algo indebido.

Quizá es el patrón que el pelinegro hace al verlo, mirando sin disimulo a sus labios y luego a sus ojos.

Duda un par de segundos antes de responder, su voz evidencia que no está muy seguro de lo que ocurrirá a continuación.

-"Cómo?"- pregunta suavemente, viendo a Iván sentarse más cerca, a un lado de él.

-"Mirá, es fácil"- Spreen sigue hablando con ese tono grave que envía escalofríos por la columna del castaño, una de sus rodillas clavándose en la pierna de Rodrigo por lo cerca que se sentó.