Geyser || Hyunmin

Capítulo 5

El destino era cruel y aterrador, ambas palabras funcionaban como sinónimos en su diccionario personal, el significado complementaba las teorías locas provenientes de su ajetreada mente al comprender un poco de la naturaleza del beta; Seungmin pasaba por alto que un fuerte lazo los mantendría unidos hasta el final de sus días.

Podía ser necio la mayor parte del tiempo y reconocía en voz baja que su odio hacia el enfermero no tenía una justificación válida, le costaba admitir la verdad oculta detrás de sus emociones exageradas; tratarlo indiferente no cambiaría el camino trazado por la Diosa Luna, ella quería verlo avanzar en un hermoso bosque lleno de vegetación acompañado de su predestinado y nada cambiaría esos exactos designios.

Debía seleccionar una de las opciones remarcadas en sus pensamientos, ocupo noches y días analizándolas infinitas veces hasta hallar la correcta: aceptar el futuro como alfa puro unido a un enfermero, resignándose a cumplir con sus deseos o erradicar los lazos impuestos por el destino. La segunda alternativa era perfecta, la libertad sería su primer beneficio y Seungmin estaría feliz, buscaría a alguien dispuesto a amarlo; sin embargo, esa decisión traería dolor al lobo confinado en su interior, él sufriría gracias a sus deseos egoístas y se rehusaría a cooperar.

El animal no lo toleraría, adoraba al enfermero sin siquiera conocerlo.

Comprendía la respuesta negativa de su compañero, no era fácil encontrar a la persona indicada y después dejarla ir porque un idiota estaba en desacuerdo, el arrepentimiento al elegir esa alternativa no existiría, pero su lobo si experimentaría aquella emoción, correría a ocultarse en lo más profundo de su caja torácica mientras lloraba ante la imagen de su alma gemela besando a un desconocido. Visualizar dicho futuro suavizaba el corazón lleno de dureza y resentimiento por parte del alfa, destruía las gruesas paredes de concreto creadas a lo largo de sus años.

En realidad, convivir con el beta no era mala idea, establecería una relación amistosa e ignoraría los gruñidos provenientes de su interior, soportaría el fuerte impulso de acariciar las mejillas pálidas del enfermero o besar los labios ligeramente resecos. Sobrevivir a los ciclos de celo duplicaría su dificultad, encontraría una forma, compraría algún aromatizante que igualara sus débiles feromonas y consumiría paletas heladas, mantener precisas medidas de seguridad alejaría la tentación de clavarle sus colmillos.

Enamorarse era imposible, Kim nunca obtendría su amor, la única persona que llego a atesorar tampoco lo hizo.

Su cerebro seguía considerando dicho acercamiento como un peligro latente, Seungmin le brindo muchas sorpresas desde el inicio y no se detendría, la personalidad poco conocida del enfermero dejaba datos incompletos que podrían darle una gira de tuerca a la situación; lo catalogo como un omega interesado, dispuesto a aprovecharse del alfa moribundo para asegurarse una vida feliz y después descubrió la verdad oculta tras su aroma fresco. El viernes fue golpeado con más declaraciones, Seungmin lo observo conteniendo la incomodidad mientras le susurraba su condición, los nervios encargados de percibir aromas estaban atrofiados y el tiempo invertido en dicha investigación, rebelo que el daño en los mismos era irreversible.

Los datos obtenidos del caso comenzaban a poseer sentido, Seungmin se acercó a ayudarlo sin buscar un premio.

Kim termino siendo un chico honesto, le extendía la mano a los demás sin importarle los problemas, no cualquiera arriesgaba su integridad.

Aquella divinidad adorada por la sociedad tampoco fue linda con el beta, lo coloco en un mundo incapaz de aceptarlo; jamás podría enlazarse, no podría crear una familia gracias a su infertilidad, tampoco percibiría la esencia del resto. Nació para ser sometido a una vida llena de privaciones, no sería capaz de predecir el peligro porque no reaccionaba a las feromonas.