Gato miró dubitativo la expresión de su esposa. Por un lado quería demostrar la fortaleza y cordura que faltaba en la situación, pero por otro se notaba que estaba bastante confundida por lo que había pasado.-¿Que tanto sabías del Guante Blanco?- le preguntó la ojiazul rompiendo el silencio.
-N-n-no nunca dijo que tuviera alguna hija. Predicaba cabalgar solo, nunca me imaginé...
-Supongo que dedica ser de ese tipo.
-¿Estas bien?- el atigrado luego cayó en cuenta de que no podría haber dicho nada más estupido.
Kitty solo enarcó las cejas.
-¿Sabias antes algo de...tu padre? Nunca lo has mencionado.
-No, ni siquiera lo tengo claro ahora. Como ya sabes, mi madre murió cualquier yo era cachorra, antes de que tuviera la edad suficiente para preguntarle.
-Pero, ¿No menciono nada de tu padre?
-¡Gato, ya te dije que no! ¡Crees que estaría teniendo esta conversación si supiera algo!
-Bueno, yo creo que si sabes algo: El Guante Blanco era tu padre. No era de los que hablaban por hablar- dijo esto último con tristeza.
-¿¡y que si fue mi padre!?- estalló la felina- ¡Si no supe quien era hasta un minuto antes de que muriera.
-Bueno, dejemos el tema de momento, si no te agrada.
-Por fin dices algo razonable- masculló la bicolor.
Nadie más dijo nada en el camino de regreso, y cuando llegaron al castillo cenaron y se fueron inmediatamente a dormir.
A la mañana siguiente, Gato estaba inquieto. Sentía que su matrimonio estaba mal, que no era suficiente para Kitty y su amada felina se estaba hartando.
Únicamente se animó cuando vió que le había llegado una carta. Supuso correctamente que era la respuesta de su madre.
Tras abrirla a toda prisa, se enfrasco en la lectura.
Mi pequeño:
Estoy muy feliz de que me hayas escrito contándome esa noticia tan buena, pero aunque no lo hubieras hecho estaría igual de feliz y orgullosa de ti, hijo.
Me alegra que pudieras completar lo que empezaste en la iglesia de Santa Coloma. Se que Kitty es la gata indicada para ti, lo supe desde que la conocí y espero que sepas tratarla como se lo merece.
Quiero recordarte que te amo, pequeño, y no me importa con que frecuencia me escribas, porque estás siempre en mi corazón.
Ojalá pudieras venir a San Ricardo ahora. Hay un nuevo comandante, más comprensivo que el anterior y creo que podrías venir legalmente si te presentas formalmente ante él.
Te quiere;
Tu madre.Gato se sintió gratamente reconfortado por la lectura de la carta de su madre. No sólo por la aprobación a su matrimonio, sino también por el simple hecho de ver su letra, que no veía hacia mucho tiempo.
Tras guardar la carta debajo de su sombrero, fue a desayunar a la hora establecida en el castillo.
Esa mañana Artie tenía noticias importantes que contarles.
-Ya hablamos francamente con el rey de Madrid, él que más conocemos porque ahí tenemos a más espías. Su precio para la paz fue exactamente el que ustedes dijeron, una princesa española en el trono de Muy, Muy Lejano.
-¿Una hija suya, supongo?- inquirió el atigrado- de seguro habrán pequeñas guerras en España para decidir a cuál princesa mandar.
-No, él no tiene hijas, y me dió tres opciones de las que solo tengo sus nombres. Si hubiera alguna forma de poder verlas, aunque sólo fuera una pintura.
-Como se ve alguien no es tan importante como lo que es en el fondo- apuntó sabiamente Perrito.
-Lo se, solo es una forma estúpida de sentirme más cerca de ellas y tomar una desición.
-Entonces, ¿Ya está seguro de casarse?- preguntó la gata blanqinegra.
-Creo que no tengo más remedio- murmuró el rubio.
Incluso a Kitty le dió pena del joven rey.
-¡Hay una forma!- exclamó el de las botas entusiasmado.
-¿Una forma de qué?
-Su majestad, creo que ya se como puede ver una imagen de las princesas, además de un poco de información de cada una de ellas- le contestó.
-¿¡Cómo!?- Arturo estaba impaciente.
-Con el espejo mágico. Si no recuerdo mal, fue así como el difunto Lord Farquaad (que en paz descanse) escogió a la princesa Fiona como esposa, lo que provocó la situación actual.
-Que inteligente eres, Gato, es una suerte tenerte aquí.
-No es para tanto- murmuró el felino tratando de no poner su sonrisa orgullosa para no molestar más a su esposa.
-Le escribiré a Shrek para que traiga al espejo, y podremos ver a las princesas todos juntos.
-Buena idea- alabó Perrito- y así podré encontrarme con Burro otra vez.
Shrek contestó que iría en la tarde con su familia cuando sus hijos salieran de la "terapia". El tiempo se pasó volando y unas horas después ya estaban en los jardines del castillo esperando a sus amigos.
Cuando Dragona aterrizó y todos bajaron unos sirvientes fueron corriendo a poner a salvo el espejo, que está en el lomo de Burro, de entre todos.
Entraron a una cómoda y espaciosa sala donde los esperaba la reina Lillian, que a pesar de estar todavía un poco enferma fue muy entusiasta al momento de saludar a su hija y sus niños.
Se organizaron todos, tanto en los sillones como en el suelo y el espejo empezó a hablar.
-Despues de un prolongado retiro desde el inicio de año, en la competencia a la más hermosa del reino, vuelvo a ser útil, para nada más ni nada menos que ¡ayudar a elegir a nuestra futura reina!
Todos aplaudieron.
-Empezamos: La soltera N° 1 es la mejor relacionada, su pasatiempo favorito es jugar con la alquimia y la magia y es tan regia como se puede esperar de una dama de su linaje. Recibamos a ¡Catalina de Córdoba!
En el espejo apareció un joven de ojos verdes, pelo castaño y rasgos afilados. Todos aplaudieron a la imagen.
-La soltera N° 2 es una bellísima rubia de ojos claros, increíblemente religiosa y compasiva con los demás, jardinera devota y poseedora del rostro sereno que se espera de una reina. Démosle un aplauso a ¡Isabel de Sevilla!
También hubo aplausos para ella, y casi todos los presentes pensaron que haría una pareja estupenda con Arturo.
-La soltera N° 3 es una apasionada andaluza. Una excelente jinete y cazadora, pero con el defecto de decir palabrotas en cada frase. Saludos a ¡Margarita de Málaga!
La mujer que apareció en el espejo tenía los ojos y el pelo tan negros como un cuervo, y la piel blanquisima. La mayoría la aplaudió con entusiasmo, a excepción de Artie, que parecía preocupado.
Gato le tomó la mano a Kitty.
-Ninguna de esas princesas es ni la mitad de hermosa que tú- le susurró poniendo su acento más encantador.
Ella solo sonrió.
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Hola, perdón por demorarme tanto en actualizar (más de una semana) pero es que de verdad he estado un poco ocupada. Gracias a quienes me tienen paciencia y votan y comentan. Sus comentarios me alegran el día.¿Que creen? ¿Soltera N°1, N°2 o N°3?
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El Gato con Botas: La última vida
FantasíaDespués de cumplir sus sueños sin necesidad de la Estrella del Deseo, el legendario Gato con Botas y sus fieles amigos Kitty Patitas Suaves y Perrito se embarcan en una nueva aventura. Sin embargo, el pasado siempre está presente, y el recuerdo de S...