Después de todo el discurso de iniciación nos llevaron a nuestra habitaciones destinas.
El interior del edificio era un clásico moderno, con ventanales que daban vista a las calles, decoración necesaria y muy escaso de colores.
Nos dividieron en dos grupos, chicas y chicos—predecibles- Mi habitación fue la número 174.
Al llegar estaba sola, al parecer fui la primera en llegar. Estaba decorada con dos literas y una mesita al lado de cada una. El baño era simple, se describía simplemente en lavado, bañera y lavamanos con un espejo colgante.
Me decidí por la parte superior de la litera izquierda. Me acosté en silencio mientras que escuchaba música. Esperando que el tiempo no fuera tan fatigante.
*¤*
Mi paz no duro mucho, mis compañeras eran mucho más molestas que los piojos, se pasaban todo el tiempo hablando de su cabello y de lo feas que se encontraban sus uñas.
Una de las tres, la que parecía ser la líder del grupo de muñecas era pelirroja, de facciones aniñadas y traía en su cara más pintura que la Mona Lisa.
Otra era rubia, bueno al menos eso aparentaba su tinte.
Y la última era la más simple y callada, había pronunciado solo unas pocas palabras desde que llegaron. Cabello castaño y lacio. Facciones asiáticas y labios gruesos. Lo que más me llamo la atención es que no iba igual a sus amigas si no que era mas... natural supongo.Habían transcurrido solo unas pocas horas desde que llegamos y ya tenia ganas de tirarme del último piso del edificio, eran insoportables, no se callan. Me duele cada parte del oido y mi paciencia era un hilo a punto de quebrarse y créanme eso no seria bueno.
Estaba a punto de levantarme y mandarlas a callar o mejor dicho sacarle la lengua seria una ayuda para las dos, cuando entró un oficial anunciando la cena, tendré que dejar para más tarde mi plan homicida.*¤*
El comedor se encontraba abarrotado de personas, es insoportable el estúpido bullicio causado por los adolescentes.
La mayoría de las mesas estaban ocupadas, todavía no podía creer que hubiesen tantos seleccionados.
Después de recoger mi bandeja con mi comida, decidí sentarme en una que quedaba al fondo del lugar, por casualidad estaba vacía.La comida no estaba tan mala como era de esperarse y mis audífonos eran buena compañía, luego de un rato a través de los audífonos logro escuchar los pasos de alguien dirigiéndose hacia mi.
Al levantar la vista me encuentro con mi compañera de cuarto, la tonta no, la otra.Me quito uno de mis audífonos para lograr entender que es lo que quiere.
-¿Necesitas algo?- pregunto de forma cortante.
-¿Está ocupado?- inquirió apuntando el asiento de frente.
-Si, no ves, esta sentado el señor aire- respondo burlona con un tono de sarcasmo.
La chica ni se ofende y procede a sentarse.
-Un gusto soy Stella- dice con una leve sonrisa.
-Ah ok, ¿Necesitas algo?- al ver el ceño fruncido de la chica suelto una pequeña carcajada- Yo soy Zoe, no me tomes muy en serio, soy rara, eso es lo que dicen.
Stella esboza una sonrisa que proboca que sus ojos resalten su aspecto achinado.
-¿Qué pasa que estas aquí conmigo y no con tus amigas?- pregunto con un poco de curiosidad.
-¿Amigas, en serio?- bufa dejándome un poco confundida- Las conocí aquí y entonces se pegaron a mi como garrapatas- suelta con un tono despectivo.
En serio está chica me comenzó a caer mejor.
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Los excluidos [Libro 1][Bióloga Extraordinarios]
FantasyNadie sabe que pasa con ellos, son solamente el 1%. Nada esta planeado en La selección, pero ¿porque Zoé?, ella es normal. ¿Será el sueño o esa marca tan extraña que permanece oculta? Todas las respuestas, vendrán en recuerdos. Pero antes tendrá qu...