Cuando un lugar remoto se convierte en tu lugar de nacimiento, sobrevives.
La agricultura era el trabajo predominante; siembras, riegas, cuidas, cosechas, crías, engordas, comes y/o vendes. Todas las familias lo hacen, todos en la familia lo "tienen" que sostener. En cuanto tus pies tocan la tierra no volverán a dejarla.
Su rutina empezaba con el sol, incluso antes. Llevar a pastar borregos, caminar horas cuesta arriba, aún cuando hace apenas unos años te costaba gatear; ahora eres responsable de otras vidas, tu hermano y hermana mayores están contigo, parecen más sabios y fuertes, los admiras. Ellos te enseñan a que hacer cuando el camino te lástima, cuando caes, su remedio es la indiferencia y seguir caminando, tienes más miedo de estar sola en un lugar tan amplio, que te guardas el dolor.
Caminar no es suficiente, tiene que ir más lejos, los caballos son de ayuda, te llevan y te traen, pero, también se asustan y corren. Un día sufre un accidente (uno de varios) te arrastraron metros, el remedio de tus hermanos no ha cambiado. Tu piel y huesos sanan, superficialmente.
La vida no es fácil, pero es lo que conoces: mamá, papá, hermano, hermana, hermanito y trabajo. Papá es genial, es amable y cariñoso, mamá es hostil y voluble. Pero esta bien, hasta que no, papá esta enfermo, un día ves sangre y al siguiente papá ya no está. Mamá no puede con todos, esta triste y cansada... Mamá los lleva lejos, mamá ya no quiere que la llames mamá. Ahora tienes otra familia, te obligaron a dejar la anterior, no perteneces; eres una manos extras, pero también una boca más que alimentar.
Los golpes te eran conocidos, pero jamás se habían sentido eternos; la comida siempre había sido poca, pero nunca un milagro. Se acabó, tu energía se va en respirar y lo haces cada vez más lento... Una voz, ¿Quién es?
Estás viva una mano conocida te salvó y ahora estas con ella, habías visto a esta persona antes, confías. Es una mujer con hijos, el menor es cuatro años mayor que tú, es lindo. El trabajo es el mismo, los golpes menores, hay comida.
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Una mujer muy herida
Non-FictionPodría ser cualquiera, una vecina, amiga, hija, una desconocida que tropezó contigo... Sus heridas no fueron su culpa, su entorno y el sistema no ayudó, hicieron coacción.