Templo del fuego

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Dante comienza a sobrevolar las cumbres volcánicas después de una hora de vuelo hacia allí.

-. "En unos metros deberías encontrarte con el pueblo y el volcán... date prisa, Te necesitan" (Daskal).

-. Aún no me acostumbro a que estés en mi cabeza (Dante).

-. "No estoy en tu cabeza, idiota. Solo te guío telepáticamente" (Daskal).

-. Ya vi dos gatas que hablaban, creo que ya nada me puede sorprender (Dante).

-. "Solo apresúrate, el mensaje era de suma urgencia y ya te has demorado mucho." (Daskal)

Dante, a lo lejos, avista el volcán al cual debía dirigirse, del cual una cola de humo negro salía con violencia.

-. ¿Me tengo que meter en eso? (Dante).

-. "No debería soltar humo... algo malo debe haber pasado... vuela rápido hacia allá y dale el control a Akau" (Daskal).

-. A sus órdenes (Dante).

Dante intenta volar lo más rápido que puede. Ya en la orilla de este volcán, mira la espesa lava que se encontraba en su profundidad, dada a observar únicamente por el gran calor que azotaba sobre Dante.

-. "Creo que es momento de que me des el control... lo haré lo más rápido que pueda" (Akau).

-. ¿Estás demente? Nos tiraremos a un volcán, no es algo que uno haga a diario. Solo dame un seg...(Dante).

Dante queda paralizado y cae dentro del volcán.

-. M-mierda, ¿Q-qué pasó? (Dante).

Dante cae repentinamente, justo en el momento en que estaba a punto de sumergirse en la ardiente lava, se ve transportado instantáneamente al Templo Fuego, donde aterriza con fuerza. La devastación del templo es evidente; sus estructuras yacen en ruinas, testigos mudos de la feroz batalla que ha tenido lugar. Entre los escombros, se distinguen de manera dolorosa los cuerpos caídos de los valientes guerreros que defendieron este lugar sagrado.

-. Mierda, llegué muy tarde...(Dante).

Dante, recobrando su compostura, se levanta con determinación y se apresura hacia el interior del templo. Mientras avanza, una figura sombría sigue sus pasos, cayendo en el mismo lugar por donde él descendió antes, persiguiéndolo incansablemente al ingresar al templo.

-."Es momento de que me des el control, Dante" (Akau).

-. Ambos sabemos que eso es solo antes de combatir, Akau...(Dante).

-. "Lo sé... pero tengo un mal presentimiento" (Akau).

Dante, adentrándose en el interior del templo, vislumbra el rastro del caos dejado a su paso. En la distancia, distingue una figura sorprendentemente similar a la suya, salvo por el hecho de que su armadura resplandece en un tono rojo apagado. Sin titubear, Dante se apresura hacia esta misteriosa presencia

-. ¡Ey! Vamos, ¿Qué pasó aquí? Vengo del templo del rayo, nos llegó su mensaje (Dante).

-... llegas tarde... (?).

-. No te dejaré que sigas haciendo daño... incluso si tengo que dar mi vida, te derrotaré (Sombra).

-. "Ahora sí, dame el control, Dante. ¡No pierdas el tiempo! "(Akau).

Dante inhala profundamente y entrega el control de su cuerpo al extracto de Akau que reside en su interior. En un destello, sus ojos resplandecen con un blanco deslumbrante. Da media vuelta justo a tiempo para evitar una patada que se precipitaba hacia él a gran velocidad, proveniente de la figura entre las sombras. Akau, al recibir el impacto, es lanzado hacia una esquina del templo y, hábilmente, aterriza en el suelo, frenando su impulso con una voltereta. A través de la densidad del humo que llena el aire, se distingue la silueta que se asoma por el agujero dejado en la pared. La sombra se abalanza con un puñetazo directo hacia Akau, quien logra detenerlo, aunque no evita retroceder ante la fuerza del golpe.

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⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

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