Cap.𝟑𝟏

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Hoy partiríamos a las ciudades libres para festejar nuestra unión, iniciaremos por Pentos, estaríamos una semana allí y luego nos dirigiremos a Lorath, él quería conocer las ciudades que él reinará junto conmigo al ser rey consorte, sinceramente s...

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Hoy partiríamos a las ciudades libres para festejar nuestra unión, iniciaremos por Pentos, estaríamos una semana allí y luego nos dirigiremos a Lorath, él quería conocer las ciudades que él reinará junto conmigo al ser rey consorte, sinceramente se veía emocionado.

−Aemond, tenemos que irnos, nos esperan−dije como pude entre besos, hoy había despertado muy cariñoso y un tanto hormonal.

−pueden esperar un rato mas quiero disfrutar de mi esposa−dijo para volver a besarme e intentar despojarme de mi vestido.

−Aemond Targaryen, si no me sueltas en este momento no te dejare tocarme nunca más−dije tratando de sonar intimidante.

−ah sí? −pregunto con una sonrisa juguetona, odiaba el poder que este hombre tenía sobre mí.

−que te parece si terminamos esto en el barco? −estaba tratando de encontrar una solución, vi interés en su mirada por lo que continue−ya sabes, tenemos un largo viaje y nos podríamos divertir, ¿no te resulta excitante la idea?

−bien, me convenciste y quedas advertida, no te salvaras de mi− hablo para recoger nuestro equipaje y salir de la habitación, dejándome sola, o eso creía.

−esa es tu técnica para manejar a Aemond? No negare que es buena, ¿por qué no la usas conmigo? −dijo una voz, su voz, la reconocería donde fuera.

−por que tu tienes una esposa que puede hacer eso, no requieres mi ayuda−conteste aun de espalda, no quería girarme, no sabía que podía suceder si lo hacía.

−se que ella lo puede hacer, pero el problema es que quiero que lo hagas tu−musito en mi oído, enviando corrientes en mi cuerpo.

− ¿Necesitas algo, Aegon? −pregunte volteándome, grave error, nuestros rostros quedaron casi unidos, nuestras narices se rozaban

−de hecho, si, necesito algo

− ¿y eso que sería? −pregunte alzando mi vista, su mirada aun lograba cautivarme.

−te necesito a ti Daenys, siempre te necesitare−dijo con simpleza sin saber que sus palabras habían hecho revuelo en mi interior.

−Aegon no... no más, no de nuevo, por favor−rogué en silencio, el coloco sus manos en mis mejillas acercándose, sabia como iba a terminar esto.

−Daenys por qu...−la voz de Aemond nos exalto haciendo que rápidamente nos separamos, un sentimiento de culpa me invadió cuando choque mi mirada con la de Aemond−Aegon, ¿qué haces aquí?

−oh ya sabes, me venia a despedir de Daenys−dijo con una postura firme y el rostro entre serio y burlón.

−no era necesario que vinieras hasta acá, todos nos despedirán en la entrada del castillo−dijo Aemond, sabia que el presentía algo, nada bueno.

−oh es que resulta que soy alérgico al sol y todo eso, ya sabes−es lo mas estúpido que pudo haber dicho, al darse cuenta que todos nos quedamos callados el prosiguió−bueno creo que ya me despedí y es momento de irme, Daenys, Aemond, espero que disfruten su viaje.

Y sin más salió de la habitación, dejándonos a mí y a Aemond en un silencio tenso, sabía que la había cagado, las cosas eran diferentes ahora, yo estaba casada y por mas que lo deteste, ya no puedo hacer las cosas que antes hacia como si nada, sin ninguna preocupación.

− ¿y bien, nos vamos? Por que si planeas quedarte parada no llegaremos nunca a nuestro destino−dijo seco, yo rápidamente recogí mi abrigo para pasar por su lado, pero su mano alrededor de mi brazo me impidió continuar.

−no creas que no se lo que hubiera pasado de no haber entrado, dudo que se este despidiendo a una distancia tan corta de ti y conociendo su historia juntos lo que menos iban a hacer era despedirse−mascullo fríamente para soltarme y volver a la entrada, dejando nuevamente sola, como siempre.

Rápidamente me recompuse y lo seguí, no quería tener más problemas con él, ni siquiera debería de estar teniendo problemas con él, no llevamos ni una semana de casados y ya casi lo engaño, realmente era una pésima esposa, pero Aegon, el al igual que los demás tiene un poder sobre mi aun que es uno mas fuerte que con los demás y eso podría perjudicar todo.

Al salir se encontraban todos, menos Aegon por supuesto, nos despedimos de todos y nos subimos al barco para iniciar nuestro viaje, en cuanto el barco comenzó a navegar Aemond se encerró en un pequeño salón sin decir nada, yo pedí que llevaran nuestro equipaje a nuestra "habitación" en lo que yo trataba de hablar con él, golpee la puerta levemente.

−adelante−escuche decir a Aemond.

Sin esperar mucho abrí la puerta ingresando, Aemond alzó la mirada y al ver que se trataba de mi volvió a ver unos libros que se encontraban ahí, me acerque sutilmente hasta posarme a su lado, él se encontraba sentado frente a una mesa mientras que yo estaba apoyada en esta.

−Aemond, no se que fue lo que viste pero no es lo que tú crees−dije lentamente, sabía que sería difícil arreglar las cosas con él así que opte por algo que sabía que no se podría resistir.

Me aproximé lentamente a él quedando a su espalda, apoye mis manos en sus hombros y di una ligera presión, logrando hacer que se tense, acerque mi rostro al hueco que había entre su cara y hombro y fui repartiendo besos, fui subiendo hasta llegar a su lóbulo donde lamí lenta y tortuosamente.

−lo que sea que intentes, detenlo−escuche que dijo ronco, lo ignore olímpicamente y seguí con mi tarea, besaba todas las partes que tuviera a mi alcance, deslice mis manos por su torso para empezar a abrir su camisa pero su mano me detuvo−dije que te detuvieras.

− ¿y desde cuando te eh obedecido? −pregunte, el simplemente se quedó callado−exacto.

−me dirás que iba a suceder entre tu y mi hermano? ¿O tendré que averiguarlo yo por mi cuenta?−pregunto logrando que sea mi turno de tensarme, pero rápidamente me recompuse.

− ¿quieres que te sea sincera? −el en respuesta asintió−me iba a besar, eso iba a pasar y yo no iba negarme, ¿eso querías saber?

−si... ¿puedes irte? Necesito hacer algo y preferiría que no estés acá−dijo tosco, sabia que estaba enojado y era mi culpa.

−bien

Salí del pequeño salón y me dirigí a un costado del barco apreciando como nos alejábamos del castillo, sabía que la había cagado con Aemond, pero no fue mi intención, solo que Aegon llegó y yo me sentí un tanto pequeña con su presencia, escuche un portazo y como Aemond salía furioso en dirección a nuestra habitación, este sería una laaargo viaje.

°[𝑨𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒖𝒎]° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora