Mi Mayor Obsesión (JD Pantoja & Kim Loaiza) [COMPLETA]

Capítulo 6

*Narra Kimberly*

Me desperté asustada, más por que estaba sudando, es que soñé que iba a tener relaciones sexuales con... Juan. Ay no que asco, la verdad, luego recordé que sigo en este sucio y desconocido lugar. Me espanté de nuevo al escuchar que la puerta se abrió.

—Hola hermosa —era Juan.

—Idiota —rodé los ojos.

—Te voy a dejar libre —me sorprendí por lo que dijo.

—Qué te fumaste? —lo miré sin entender.

—Solamente te quiero dejar libre —se sentó enfrente de mi —ya que no te sientes cómoda conmigo aquí —él soltó un suspiro —vamos —se levantó y se puso enfrente de la cama.

—Espero que esto no sea una broma o algo —lo fulminé con la mirada.

—Sabes que —entré como en pánico, al ver que se puso serio —a la mierda con todo esto —mi expresión cambió a confusión.

Él se me acercó, y me beso, sin más, yo estaba paralizada, pero como que reaccioné, cuando Juan puso sus manos en mi cintura, se separó un poco, obviamente rompiendo el beso.

—Lo siento —nuestras respiraciones estaban agitadas.

—Como dijiste, a la mierda con todo —ahora yo lo besé.

Estábamos haciendo una guerra con nuestras lenguas, sentí que mi cuerpo se erizó cuando Juan metió sus manos dentro de mi camisa. Con cuidado nos dirigimos a la cama, yo me acosté, pero me quedé confundida cuando él se alejó.

—No te quiero obligar a algo que tú n… —me senté y lo interrumpí dándole un beso.

—Cállate y hazme tuya —le di una leve mordida en su labio inferior.

ÉL se quitó la camisa, y luego me ayudó a quitarme la mía, mientras él exploraba mi cuerpo con sus manos, las mías se enredaron en su cabello.

(....)

Yo estaba arrecostada en su pecho, mientras él "peinaba" mi cabello y una sábana cubría nuestros cuerpos.

—Aún no creo que lo hayamos hecho —dije dándole un beso en su cuello.

—Si quieres, lo volvemos a hacer, para que estés segura —me sorprendí por lo que dijo.

—Idiota —me le acerqué un poco más y le robé un beso.

—Según tú, me odias, pero andas robando besos —hizo una expresión graciosa.

—Pues si —me senté en su regazo, y nuestras anatomías chocaron, Juan se tensó.

—No hagas eso —él recorrió mi cintura.

Bueno, y pasó lo que tenía que pasar, de nuevo.

(....)