-Kojiro, tu esposo es realmente hermoso...¿no temes que llegue a serte infiel?
-¡Por supuesto que no!, yo se que mi esposo seria incapaz de engañarme. Él es un buen hombre, yo confío plenamente en él.
-Hombre, si que estas enamorado.
𝓐𝓭𝓿𝓮𝓻𝓽...
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Se levanta de aquélla cama y se dirige al baño, donde toma una ducha larga conforme trata de aliviar sus pesares con el desliz del agua sobre la superficie de su piel, la calidez que transmite cada gota es un absoluto consuelo para su alma destrozada por las acciones del tiempo contra su ser
Esta mañana volvió a despertar solo, su esposo no volvió a casa en la madrugada como lo predijo y el muchacho con el cual había decidido descansar se había marchado, pues cuando abrió sus ojos no vio nada a su lado
Nuevamente le esperaba un día en soledad, quizás ese sábado pueda terminar de ver la serie que tanto le interesó, quizás podría ir al centro comercial a gastar algo de dinero en sus extravagancias, solo necesitaba un momento donde la soledad no le resultará fastidiosa
Al terminar su ducha, paso a salir del baño a vestirse con algo cómodo para ese día de calma, al terminar de vestirse y cepillar sus hebras rubias, caminó hasta las escaleras donde las bajó y se dirigió a la cocina, aunque reconoció un aroma extraño en el aire, era una fragancia dulce
Le lleno la curiosidad y se acercó a aquel sitio, al llegar apenas pudo con la sorpresa de encontrar a aquel muchacho de cabellos azules cocinando lo que parecían ser panqueques, parecía muy concentrado en eso que le costó al menos cinco minutos notar la aparición del rubió
──¡Buenos días!, lamentó si fue muy imprudente tomar sus cosas de cocina pero pensé que despertarías con hambre
El rubió ladeo su cabeza algo confundido por las acciones del menor, era un chico extraño
──Espero que le gusten los panqueques quemados....¡le juro que trate de hacerlos mejor!
El rubió no dijo nada, simplemente se acercó y tomo un panqueque, parecía una roca, le dio una suave mordida ante la mirada expectante del de cabello azul, rápidamente el rubió hizo una pequeña mueca
──No te gusto?
Recibió una negativa con la cabeza
──Bueno, podemos pedir una pizza...
──¿Quién desayuna pizza?
──...Yo a veces-
El rubió levanto su ceja derecha ante sus palabras
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La radio estaba encendida, reproduciéndose de fondo una singular sinfonía; Just The Two OfUs.
Mientras esta se reproducía, ambos estaban en el comedor, degustando de unos panqueques que había terminado preparando el rubio al notar que el más joven no daba ni una para la cocina.
Anfitrite estaba emocionado mientras pensaba en su suerte, hace unos días estaba discutiendo con su padre sobre su trabajo como repartidor en Amazon y ahora estaba desayunando junto a una preciosura gracias a su trabajo
Bendito Amazon
──Me gusta mucho esa canción
Apenas el de cabellos azules escucho al otro, le miró atento, esperando la continuación de sus palabras
──¿Por qué?
Preguntó con un verdadero interés
──Porque me recuerda mucho a alguien
Anfitrite no pudo evitar pensar en que se refería a su esposo, pero Poseidón no pudo evitar pensar en la figura de Hades
Ambos no pudieron evitar sonreír ante sus pensamientos
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