XXV

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CON la ayuda de Yuri, JunMyeon dispuso en un confortable lugar las cestas para sus perros más viejos, Scooby y Scam, y los hizo quedarse allí, puesto que el cocinero había dejado bien claro que no le entusiasmaba tener ningún tipo de animal de cuatro patas en sus dominios.

Yuri se puso a la defensiva sintiendo simpatía por JunMyeon.

—Señor JunMyeon es su casa. ¡Debería decirle a ese chef marisabidillo que se aguante con los perros! —exclamo Yuri consternado.

—La cocina es su territorio y gracias a Dios que lo es, porque yo odio cocinar. —le recordó JunMyeon—. No a todo el mundo tiene por qué gustarle los animales y mientras no les haga daño a los míos lo respeto.

JunMyeon nunca había vivido sin una pareja de perros a sus pies. Y sin embargo era consciente de que SeHun había crecido sin mascotas y no estaba acostumbrado a vivir con ellos. Yuri se marchó. JunMyeon tenía ganas de explorar la casa y ver cómo marchaban las obras de remodelación, pero se estaba haciendo demasiado tarde. Embarrado todavía y más que cansado por la tarea de dar agua y alimento a los animales, se apresuró escaleras arriba para tomar una ducha y cambiarse antes de la cena. Se sentía increíblemente fatigado y pensó que quizá iba siendo hora de pasar por una revisión médica.

Veinte minutos después, JunMyeon salió del baño envuelto en una toalla y con el pelo aún húmedo. SeHun lo esperaba de pie, mirando a través del ventanal de la habitación. Los ojos de JunMyeon se encendieron: ansiaba contrale lo que bien que había funcionado el refugio de animales durante su ausencia. Pero cuando SeHun se dio vuelta, JunMyeon percibió el enfado de su mirada y el estómago le dio un vuelco.

—¿Qué ocurre? ¿Qué ha pasado? —pregunto JunMyeon asustado.

En respuesta a su pregunta, SeHun lanzó a sus pies la lámina de píldoras.

JunMyeon tragó saliva y apretó los labios sin esconder su sentimiento de culpa.

—Mira Hunnie...

—¿Eso es todo lo que tienes que decirme? —contraatacó SeHun.

—Esas píldoras estaban en mi mochila. —JunMyeon evitó la pregunta— ¿Cómo las has encontrado?

—Tropecé con tu mochila al salir del coche y se cayeron. —señalo SeHun molesto.

Con las mejillas al rojo vivo, JunMyeon intentó seguir evitando la confrontación.

—Yo ya había decidido dejar de tomarlas. —dijo JunMyeon después de tomar aliento.

—¿Y se puede saber cuándo tomaste esa decisión? —replico SeHun.

JunMyeon se ruborizó porque sabía que su respuesta no le iba a causar la menor impresión.

—Anoche. —confeso JunMyeon tristemente.

—¿Cuándo decidiste tomar anticonceptivos? —el gesto ceñudo de SeHun seguía sin desaparecer—. Así que has estado mintiéndome desde el momento en que empezamos a vivir como esposos. —repitió completamente ofuscado y enojado.

JunMyeon se encogió, pero intentó defenderse:

—Es una forma muy exagerada de decirlo...

—¿Y cómo te gustaría que lo dijese JunMyeon? —la profunda voz de SeHun tenía un tono peligrosamente tranquilo.

—Como si fuese una cosa del pasado. —exclamo JunMyeon.

—Eso no me importa. —gruño SeHun.

—Pues debería importarte porque tomé esa decisión en el pasado, no ahora. —recalco JunMyeon—. Te lo juro.

ENTRE DINASTIAS -SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora