Elizabeth Nott Black en Hogwarts (1° parte)

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Desde que tengo memoria conocía las bajadas y las subidas. Mi vida se trataba de estar en constante movimientos de emociones, de un extremo a otro, sin parar a preguntarme si realmente estaba bien vivir con tanta intensidad. Pero jamás sentí que ese era un problema, hasta que me tocó vivir lo que era el amor.

Nunca me había fijado en Max Svensson cuando era niña, ni siquiera me parecía un chico lindo o agradable. Cuando estábamos juntos, no lo tomaba en cuenta, ni él lo hacía conmigo. Éramos dos niños que vivían sus días ignorándose sin saber que algún día se mirarían de manera distinta.

Y pasó, cuando tenía 12 años e iba en mi segundo año en Hogwarts, solté el primer suspiro por Max Svensson. No supe cómo, ni cuál había sido el motivo. Si era su cabello rubio, sus ojos predominantes, o era una combinación de todo. De todas formas, nunca me imaginé que algo podía pasar entre nosotros, pues él jamás se había dado vuelta a mirarme si no era para un simple saludo. Hasta mi cuarto año...

-Lizzie...

Habíamos hablado una que otra vez durante esos cuatro años, pero no era más que simples conversaciones donde me pedía que yo le dijera algo a mi madre, o un corto saludo por cortesía. Así que cuando me giré, no lo hice emocionada, actué tan normal como pude.

-Max -pronuncié.

Se veía más guapo de lo común, se notaba que esa mañana había entrenado, pues lucía cansado, y su piel tenía ciertas tonalidades rojas que lo hacían lucir más lindo que atractivo. Esas dos palabras en las que danzaba Max Svensson.

-Haré esto rápido, ¿te apetece a ir a una fiesta?

Mi boca se abrió en un enorme asombro. Me hubiera gustado fingir un poco más, pero no podía. En mis recientes quince años de vida nunca pensé que él me invitaría ni siquiera un chicle.

-Será en la sala de los menesteres.

-¿Y por qué me invitas a mí?

-¿Por qué no lo haría?

-Por muchas razones.

-¿Quieres venir o no? -preguntó algo fastidiado.

Su pregunta había sonado pesada, y por más que la idea de ir a una fiesta como su acompañante me sonara bien, tenía mi orgullo. Por supuesto que me iba a negar a ir con él si me lo preguntaba de esa forma tan grosera, como si estuviera seguro que yo ni siquiera dudaría en decirle que sí.

-No, gracias por la invitación, ya tengo cosas que hacer para esta noche -dije mientras en mi rostro se expandía una sonrisa educada y afirmaba con mucha más fuerza los libros contra mi pecho.

Él me miró desentendido. No pudo entender mi rechazo cordial, ese que me encantaba dar porque le añadía un poco más de dolor al ego de los chicos.

-¿Qué...?

-Eso, ya tengo cosas que hacer -le expliqué, sin muchos rodeos -Y no me apetece salir contigo, la verdad. No es que tengas muy buena fama, Max.

Me giré dejándolo totalmente desconcertado. Disfruté ese momento, porque su atención había recaído en mí, incluso, estaba segura que mucho más de lo que hubiera sido decirle que sí a su invitación. Es que a veces a los chicos tenían un serio problema con los no, y eso, a mí me encantaba, porque era bajarle un peldaño a sus egos y subirle uno al mío, al verlos no soportar el rechazo de una chica.

Con tranquilidad seguí caminando por el pasillo hasta llegar al gran comedor, donde me esperaba Dustin y Scorp sentados en la mesa.

Si era sincera, por más victoriosa que haya salido del lado de Max, ya no soportaba la emoción... ¡Me había invitado a una fiesta!

Líos de amor de una Malfoy [Harry Potter/Theodore Nott] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora