¿Qué somos?

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Dereck

—¿Estas de acuerdo o no? No has hablado en ningún momento y ya estoy pensando que no quieres hacer nada conmigo — negó repetidas veces con la cabeza —. Entonces, ¿Qué tanto piensas que no te permite hablar?.

—No, por supuesto que sí — enarqué en ceja —. Digo... — respiró profundamente —. Por supuesto que me parece una buena idea de juntar ambas colecciones y hacer un solo desfile. Si Antony y Paul están de acuerdo, yo igual — se ve cabizbaja —. Es solo que pensé que me dirías otra cosa.

—¿Cómo qué? — entramos al elevador y rió nerviosa.

—No me hagas caso — se calló por pocos segundos y volteó a verme con las manos en forma de jarra a su cintura. ¿Aun estará enojada por la bromita? —. ¿Sabes qué? Sí, debo decirte esto o voy a reventar si no lo suelto.

—Dime que es lo que te traes, mi mapachita — resopló deteniendo el elevador entre dos pisos —. ¿Por qué haces eso, Jane? Si tanto quieres estar a solas conmigo, dímelo, pero no hace falta llegar a tanto...

—Solo cierra lo boca y déjame hablar, ¿sí?.

—Bien, me quedaré callado, pero no hace falta que sigas enojada conmigo. Ya te dije que solo era una broma.

—Bueno, eso es otra cosa de la que te quería hablar. Por qué no me dijiste que Karina era la novia de tu hermano, ¿eh? Me mantuviste todo este tiempo creyendo que entre tú y ella ocurría algo, y he actuado como una mujer celosa y compulsiva por tu culpa.

—Creí que lo supondrías, es más que evidente. ¿Acaso no te fijaste de las veces que llegaban y se iban juntos de la casa? — presionó los labios negando —. Pero ya que sabes que es mi cuñadita, ¿por qué sigues estando con ese humor? Pensé que salir de la casa te haría bien.

—Tu cinismo me hace pensar el por qué sigo estando en tu casa.

—No entiendo que es lo que pasa contigo, Jane. De un tiempo para acá, no te aguantas ni tu misma — la agarré del brazo pegándola a mi cuerpo —. ¿Necesitas un poquito de cariño, princesa? — acaricié su mejilla suavemente.

—Quiero que me digas que es lo que realmente buscas de mí, Dereck. No hemos tenido tiempo de hablar debido a la colección, pero en serio necesito saber si deseas algo conmigo o no, si estas interesado en formar una familia como me lo dijiste o no, si me amas o solo sientes gusto por mí. Necesito que me aclares muchas cosas, que, durante todo este mes que he estado viviendo contigo, no me has aclarado. ¿O es que en verdad soy tan tonta para no darme cuenta de tus palabras u actos? — tomó mi rostro entre sus manos y nuestros labios quedaron a centímetros de rozarse —. Yo si quiero estar lo que me reste de vida contigo, Dereck. Entiendo si aun estas dolido conmigo, y entiendo, pero, dime que debo hacer para que me perdones y me permitas quedar a tu lado. Esta incertidumbre me está volviendo loca últimamente. Ya no sé qué más pensar sobre nosotros. No sé a dónde vamos, no sé lo que somos... esto es frustrante...

La silencié con un suave y lento beso. Suspiró entre mis labios y sonreí al separarme de ella. Sus lágrimas están al borde de sus bellos ojitos.

—Por supuesto que quiero estar contigo, bonita. ¿Acaso no te lo he dejado en claro durante todo este tiempo? Te dije que quería formar una familia contigo, ¿o has olvidado que te propuse que hiciéramos más mapachitos? — la abracé por la cintura, dejando un beso en su frente —. He estado algo ocupado con la colección, princesa. Además, que tu recuperación ha sido un poco larga, y no quería lastimarte. Créeme, no es fácil tener que tocar tu piel húmeda y no poder llegar más allá. Me he contenido lo suficiente con tan solo tener que verte desnuda frente a mí. No es de Dios tener tan rica carne frente a mis ojos y no poder comerla — sonrió —. Volviendo al punto, eres demasiado ansiosa. Por qué no te aguantas un poco más, ¿eh? No conocía ese genio de ti, y siendo sincero, me gusta ver como revientas de rabia.

—¿Qué somos? — mordió su labio y la apreté contra mi pecho.

—Dime tu que es lo que somos — sonreí.

—Novios — musitó.

—¿Los novios tienen hijos? — reímos y descansé mi frente en la suya —. A veces suelo pensar lo mismo, pero no. Tu eres mi mujer, la reina que está en lo más alto de mi reino. Yo soy tu hombre, y puedes hacer conmigo lo que desees, al fin de cuentas, es la reina quien manda, ¿no? — puse en marcha el elevador con Jane entre mis brazos —. Arruinas mis sorpresas, mi amor.

—¿En verdad? — asentí —. Perdóname, pero me has hecho sufrir estos días con esos cambios que tienes — enrolló sus brazos en mi cuello —. Si te estabas desquitando conmigo, lo has logrado. Me has dado justo donde debías, condenado.

—Aun no te he dado, eres tu la que sigue haciéndome sufrir — nos besamos hasta que el elevador se detuvo en nuestra habitación —. El postre va después, mi amor. Adelante...

Jane

El corazón y los ojos por poco y salen expulsados de mi cuerpo. El hermoso camino de pétalos rojos, rosas y blancos, nos llevaba justo al balcón de la enorme habitación. El delicioso olor y la suave música me embrujó hasta llegar a donde nuestra cena nos esperaba; perfectamente servida y organizada. Aun de día, la luz natural del sol, iluminó el comedor y cada rosa esparcida en el espacio. Hasta el último segundo me hizo creer que todo esto no era para nosotros. Sentí sus brazos rodearme desde atrás y un húmedo beso fue plantando en mi hombro desnudo.

—Sorpresa, mi amor — susurró en mi oído —. No te había dicho nada, porque te quería sorprender, pero eres tan difícil de persuadir y bueno, no tuve de otra que traerte con engaños.

—Es hermoso, Dereck — un suspiro salió de mi al sentir sus labios en mi oído, las cosquillas me transmiten hondas de calor por todo mi cuerpo —. No sé qué decir, me convencí a mí misma que solo veníamos por cuestiones de trabajo — reí nerviosa —. Solo tú sabes cómo jugármela, ¿eh?.

—Luego me agradeces, es muy temprano para jugar — mordí mis labios. También lo deseo, aunque traté de ser lo más fría posible, mis pensamientos calientes me torturaban la cabeza con el roce de sus manos en mi piel. Todo este tiempo ha sido uno solo conmigo, y sin necesidad de hacerme el amor en cuerpo, con la mirada lo hizo cada día —. Disfrutemos de la cena.

—Sí.

Me ayudó a sentar y según tomo asiento, empezamos a comer y a hablar de nosotros. Las palabras, los platos de comida y los vasos de vino, se fueron con cada segundo que corría en el reloj. Hasta creo que estoy en un sueño. Hablamos y solucionamos todas aquellas cosas que son pasado, y de ahora en adelante, nos prometimos un presente y un futuro sin miedos, sin mentiras, sin huir de los inconvenientes que nos surjan en el camino. Hoy ha sido el mejor día de mi vida, y mientas cae la noche, esos ojos verdes me desnudan poco a poco. Los brillos naranjas cubren su rostro y detallando su perfecta belleza, me senté en su regazo.

—Te amo, mi amor — susurré en su oído —. Y quiero que esta noche me hagas el amor sin ningún tipo de reparo, quiero que me lleves mil veces al cielo si es posible, quiero sentirte juntico a mi hoy y siempre — dejé un beso en su cuello mientras sus dedos empezaron a deslizar la cremallera del vestido lentamente hacia abajo —. Muero por sentir tus besos sobre mi piel, ¿sabes lo que ha sido un año sin ti, mi amor?.


—Mira como lo pones diciéndome mi amor — reí al imaginar otra cosa, pero llevó mi mano a su acelerado corazón —. Pequeña pervertida — me levantó en sus brazos llevándome al interior de la habitación; la cama está cubierta de pétalos de rosas y en el aire hay una esencia muy relajante y deliciosa —, no hables de soportar, porque no tienes idea de lo mucho que te hemos extrañado — depositándome en medio de la cama, sonrió malicioso —. Ya era hora de renovar las mecánicas de nuestros motores, ¿no crees, preciosa?.

Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora