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Se separaron al cabo de unos minutos más pero solo fue una vez el pelirosa estaba en ropa interior solamente, fue bajando por el torso marcado y –ahora– descubierto de Ni-ki, hasta que llegó a estar en medio de sus piernas separadas. Desabrochó con lentitud el botón de su pantalón y fue bajando la cremallera con lentitud, observando los orbes oscurecidos del otro. Cuando finalmente dejó a la vista el bulto que se escondía dentro de su boxer, se relamió sus labios cuando vio como él mismo sacaba su erección y la dejó delante de su rostro.

Jadeo por lo bajo para tomar la base, dejando un pequeño beso en la punta rojiza del glande para después pasar su lengua, haciendo que las venas se marcarán y el rubio dejara escapar un gemido grave.

Paseo la yema de su dedo con detenimiento solo para ver cómo comenzaba a perder la paciencia de a poco. Se acomodó mejor para comenzar a masturbarse pero en eso la voz del contrario lo interrumpió.

— No te toques.— murmuró con voz ronca.

Dejó escapar un gemido quejumbroso y sintió como el chico se movía, haciendo que su miembro golpeara su mejilla. Un pie rozó su erección creciente y se vio forzado a continuar, por lo que metió el grueso pene del otro en su boca, sacándole gemidos a ambos. Paso su lengua por éste varias veces, removiendo su cuerpo encima del pie contrario a la par que el chico cerró sus ojos, tirando su cabeza hacia atrás.

— Oh, mierda.

Una vez lamió todo el miembro, introdujo la punta goteante en su boca, sorbiendo una y otra vez, hundiéndose cada vez más hasta que tocó su garganta pero no lo había metido por completo. Se tuvo que aferrar a los muslos ajenos para no perder el equilibrio en cuanto unos dedos se aferraron a sus cabellos para hacer que se hundiera más, ahuecó sus mejillas con un sonrojo cubriéndolas mismas, sus ojos cristalizados y ahogando sus gemidos con la mirada fija en la reacción del chico.

Lo sacó al sentir que se quedaba sin oxígeno, lo tomó por la base nuevamente, comenzando a pasar su lengua con mayor rapidez al sentir como goteaba cada vez con más frecuencia, desde sus testículos hasta el glande.

— J-joder, m-me voy a-...

— Déjame probarte..— susurró con un tono lleno de placer, frotando su miembro al lado de su mejilla para probar el líquido blanquecino que lo comenzaba a salpicar— Tienes un sabor delicioso.

Introdujo la punta una última vez entre sus labios y dejó que se corriera en su boca, por lo que tragó con rapidez y paso su lengua para quitar el resto de semen que había quedado.

El rubio soltó un último gemido ante todo lo ocurrido, jamás hubiera pensado que el chico fuera tan caliente sin lugar a dudas y el verlo en donde estaba solo hizo que su pene palpitara y se comenzará a despertar de nuevo.

Se levantó con algo de dificultad para ir al baño, en eso vio al pelirosa ponerse de pie, tirando de su brazo para hacer que volviera.

— D-déjame ayudarte..— susurró. acercándose a su rostro.

En eso fue acorralado contra la pared, sintiendo una mano presionar su miembro tenso, gimió en respuesta porque la presión lo tenía muy sensible.

— ¿Qué insinúas?

— Lo que tú estás pensando y lo que tú quieres.— respondió con seguridad, uniendo sus labios con los contrarios.

Sintió como las manos de Ni-ki lo alzaron por sus muslos, guiando a ambos hasta una habitación que supuso que era la suya. Fue empujado a la cama con brusquedad, soltó un gemido alto en cuanto vio al chico desnudarlo por completo para dejarlo tendido en la cama.

— N-Ni-ki..— se llevo tres de sus dedos a la boca para comenzar a chuparlos con una mirada hambrienta dirigida únicamente al excitado rubio que comenzó a masturbarse con solo verlo— A-ah-.. M-mmg~

𝐇𝐞 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora