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—¡Sólo piénsalo!

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—¡Sólo piénsalo!

—No.

El cuarteto estaba sentado en su mesa de la cafetería. Todos habían notado el buen humor de Bakugo, así que, como buenos amigos que son, comenzaron a molestarlo aunque también a darle consejos amorosos.

Obviamente ninguna idea fue del agrado del chico explosivo, ni siquiera la conversación lo era por lo que rechazaba cada propuesta dada por sus amigos. Comía con la vista puesta en el plato, ya que sabía de sobra que si la levantaba rápidamente buscaría a Izuku y no quería eso en frente de esos idiotas.

Había encontrado bastante agradable el mirar al chico de pecas, lo había hecho durante el desayuno y luego durante clases, cuando Deku daba una exposición sobre unas células. Tenía que ser sincero, no había escuchado absolutamente nada, estaba demasiado ocupado intentando contar sus pecas a la distancia.

Nuevamente recurría a la negación al buscarle una respuesta. Es porque se conocen desde niños y tienen confianza entre ellos, era lo lógico, estaba acostumbrado a verle la cara por lo que ya estaba familiarizado a ella. Claramente no hay nada de lógica en eso, él lo sabía perfectamente, pero no quería aceptarlo, prefería ser raptado nuevamente por la liga de los villanos a aceptar lo que sea que tiene que aceptar.

—Bakugo —Kirishima le habló completamente serio, algo casi nunca visto—. Durante la clase, te lo estabas comiendo con la mirada —se cruzó de brazos mirándolo fijamente.

—Para nada —nuevamente negó lo obvio—. Estaba prestando atención a lo que decía, hay que hacer un trabajo con eso —mintió en parte, no había escuchado ni una sola palabra.

—¿Qué es lo que decía? —Atacó Sero.

Ahora su humor ya se había ido a la mismísima mierda. Era el más inteligente de los cuatro, eso se podía ver a simple vista, pero odiaba cuando hacían funcionar sus neuronas y lo acorralaban con sus preguntas.

Ya le había pasado antes cuando Kirishima le cuestionó su cruel actitud hacia Izuku. Aunque por suerte pudo librarse de sus preguntas sin que supiera muchos detalles además de que se conocían desde niños. Sabía perfectamente que el pelirrojo le perdería todo el respeto si supiera lo que realmente había pasado.

—No te voy a ayudar con la puta tarea —dijo a la defensiva.

Los tres amigos se miraron entre sí. Para ellos era irreal la negación de Katsuki y todas las excusas que daba, nada tenía sentido alguno. Desde que ingresaron a la U.A el rubio mostró un particular interés por Deku y su fuerza, así como también permitirle solo a él llamarlo por ese apodo infantil y literalmente mandar a la mierda a cualquier otro que lo llamase así.

En sus mentes no cabía duda de que el cenizo sentía algo por su amigo de la infancia. El primero en notarlo fue Denki, había sido eliminado en un juego durante el entrenamiento por lo que tuvo que observar a sus compañeros; ahí vio como Bakugo con cada cosa que hacía buscaba a Midoriya con la mirada, lo nombraba cada dos frases o recalcaba lo mucho que lo odiaba. Al principio le pareció imposible, pero al hablarlo con Sero y Kirishima los tres llegaron a un acuerdo: a Bakugo Katsuki le gusta Midoriya Izuku.

Crisis Existencial • |DekuBaku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora