No le dije a Andrea de mi encuentro con nuestro padre. Cuando llegó a casa esa noche, me comporté de la manera más tranquila posible y puse buena cara. Cuando ella intentó sacar a nuestro padre al tema, yo lo evité por completo.
¿Qué iba a hacer ahora?
Llevaba menos de una semana en el país y ya tenía demasiados problemas. Lo único que quería era...
¿Qué?
La mañana del domingo amaneció gris. Enormes nubes grises de lluvia llenaban el cielo.
Me gustaban los días así. Las cosas se veían diferentes. Pensaba diferente.
Aunque algunas personas los consideraban días tristes, a mi, me traían bonitos recuerdos.
Esa mañana me desperté por el sonido de mi celular. Era una llamada.
Marcaba como número desconocido.
-¿Hola?- dije algo dormida.
No obtuve respuesta.
-¡¿Hola?!- repetí, un poco enojada. Me habían despertado.
Ni una respuesta.
-No me molesten- y colgué.
Me levanté de la cama lentamente y me dirigí a la cocina.
Andrea estaba ahí, con el cabello revuelto en un moño y una camiseta que le llegaba a las rodillas.
-Buenos días- saludé.
-Buenos días- me respondió con una sonrisa.
El televisor estaba encendido, mostrando las noticias del día. Sobre la barra había una caja de donas.
Había de chocolate, azúcar, miel... pero la que llamó mi atención fue una cubierta de un polvo café.
El recuerdo llegó sin mi permiso.
"-¡No!- había gritado yo, dándole un manotazo en la mano.
La dona salió disparada y aterrizó en la mesa.
Todos interrumpieron sus conversaciones y miraron sorprendidos el pan.
-¿Qué fue eso?- preguntó. Sus grandes cejas estaban casi juntas.
-¡No podías comer eso! ¡Sería canibalismo!
-¿Por qué?- estaba muy confundido.
-Es Canela- contesté."
El recuerdo me llenó de nostalgia y el conocido nudo se formó en mi garganta.
Dios, era tan tonta.
-¿Estás bien?- preguntó mi hermana.
Asentí con dificultad y me di la vuelta para que no me viera.
Respiré profundo.
"Tranquila, Mónica..." me dije.
Me di la vuelta para enfrentarme a mi hermana. Tenia que estarme tranquila.
-Recibí una llamada extraña- comencé para entablar conversación.
-¿En serio?- dijo sin levantar la mirada.
De pronto el sonido de un celular llenó la estancia.
-¿Es el tuyo o el mío?
-El tuyo- respondí cuando revisé la pantalla de mi aparato.
-Cierto, cierto...
Se levantó de la silla donde estaba y corrió hacia el.
Yo la observaba en silencio.
-¿Hola?- frunció el ceño- Cris, Cris, tranquila, espera, eh, no puedo entenderte, deja de llorar...
Se quedó callada. Sus ojos se movieron en todas direcciones mientras se concentraba.
Yo escuchaba los susurros provenientes del celular, y supuse que mi prima seguía llorando.
Después de un largo minuto, parecía que Andrea había visto un fantasma. Y solo dijo tres palabras antes de salir corriendo hacia la puerta.
-Voy para allá.
-Eh, ¿Qué pasó?- dije cuando tenia la mano en la manija de la puerta de entrada.
-Es Alan.
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Yo: ¡¡Hoooooolaaaa!!
Todos: Woooh, ¿Quién eres tu?
Yo: D: Ay :(
Ya sé, perdón. Es que en serio he tenido DEMASIADAS cosas que hacer. Ya tenia este capitulo, pero no terminado. ¡Pero ya! Se los dejo. Sé que no es mucho, pero les prometo que se pondrá interesante. Gracias por esperar. Quiero dedicarle este capitulo a Pam de Villalpando, que estuvo ahí desde el principio de "Ella", insistiendome en que escribiera más. Gracias por toda la inspiración. Y a Cris Tellez porque me deja usar su nombre y la quiero muchísimo ¿Cuándo nos vemos, mujer? <3 <3
Jajajajajaja bueno ya, me emocioné :) Es todo por ahora.
Nos seguimos leyendo ;)
PD: Veré si luego pongo horario de actualización para no dejarlas esperando. Yo les aviso <3
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Por Él | JC | #2
Romance«A lo largo de nuestra vida nos encontramos con infinidad de personas. Algunas pasan de largo y son olvidadas entre el mar de rostros. Otras pueden marcarte en tu camino, y te acompañan por él, más tiempo del que te hubieras imaginado. Luego están...