DxD: Una dirección diferente

Capítulo 20: Hora 11

Observaron , mirando a través de las multitudes de vida sin refinar que cruzaban las puertas.

Era apropiado, pensaron , que los pájaros jóvenes caminaran más allá de las puertas hacia el que traería la salvación.

El mundo no vio cuán estancada se había vuelto su existencia. Las masas se creían enteras y completas, sin haber experimentado verdaderos sufrimientos.

El sufrimiento sacará a relucir su verdadero yo. Los hará más fuertes, o morirán.

Se llamaban a sí mismos el tesoro. Eran muchos y, sin embargo, eran uno. Aquellos que residían en el mismo caparazón mortal y no toleraban las acciones de los demás, habían sido rechazados de la luz.

Patricia, Dennis y Hedwig vieron la verdad. La Bestia ayudaría a mostrarle al mundo que no eran débiles ni defectuosos. La Bestia los mostraría a todos.

Solo a través del dolor se puede alcanzar la grandeza. ¡Los impuros son los que no han sido tocados, los que no han sido quemados, los que no han sido asesinados! Los rotos son los más evolucionados. Los que no han sido desgarrados no tienen lugar en este mundo. Ellos estan dormidos. Ayudaremos a los dignos a despertar, y los contaminados serán nuestro sacrificio por la ascensión.

Mientras los pájaros caminaban, llevando los palos que creían que los hacían más poderosos, la bestia robó la luz y tomó el control del cuerpo que habitaban.

Nariz levantada, algo llamó la atención de la criatura. Algo familiar. Un olor en los de pelo castaño y rosa.

Sí, lo harían. Esos dos interactuaron con el falso profeta, su olor aún persistía en sus cuerpos.

Aún no era el momento de revelar la verdad al mundo. Pero pronto...

-LineBreak- Semana 4

Era hora de que Sona despertara.

Su reloj interno hacía que la heredera se despertara a la misma hora todos los días, justo antes del amanecer. Aunque su mente sabía que su cuerpo simplemente no quería escuchar. Estaba bastante cómoda donde estaba en este momento, la única razón por la que no se estaba quedando dormida era porque había cosas que hacer.

Una vez más, Issei se había movido mientras dormía, sosteniendo su cuerpo contra su pecho de forma segura. Se preguntó si él estaría avergonzado si se despertara ahora mismo. Como había sospechado, Tiamat había intensificado el entrenamiento una vez que desbloqueó su interruptor de equilibrio, y ese pequeño contacto adicional con la piel lo había ayudado a mantenerse curado y listo para el día siguiente.

Desnudos como ambos estaban, a Sona le estaba costando mantener el rubor fuera de su rostro. Era una estupidez pensar que ella de alguna manera no desearía algo más de esto. Su corazón latía a un ritmo fuerte y constante, su piel le daba el calor que necesitaba para quedarse dormida en primer lugar.

Pero esto no era lo que tenía nerviosa a Sona.

Entre la población japonesa, Sona tenía una estatura promedio para las mujeres. Pero para ser un demonio, ella estaba en el lado más bajo. Sus piernas se habían enredado con las de él debajo de ella, su cabeza descansaba contra su pecho justo debajo de su barbilla. Su situación habría sido peor si hubiera sido más alta.