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Camino por estas calles que para mí lucen solitarias a pesar de la cantidad de personas que resuenan sus pasos en la acera. Aún escucho tu voz sobre el fuerte ruido del tráfico, aún recuerdo la segunda vez que me acerqué a ti, cuando estabas sentado en ese parque tocando tu saxofón para las abuelitas que aplaudían, mientras sus dulces sonrisas brillaban al mirarte.

Estabas tan brillante como la primera vez que te vi, tu cabello se movía lentamente por las pequeñas ráfagas de viento, tus delicadas manos se fundían con el instrumento y tus labios... Oh tus labios abrazaban la pequeña boquilla enviando aire por este formando así una dulce melodía.

—Es muy bueno jovencito.

— Y también es muy lindo.

Mientras me acercaba a ti escuchaba a las abuelitas decir lo increíble que eras, yo no podía estar más de acuerdo, tú simplemente eras único, no solo ante mis ojos, sino ante los ojos que te miran. Terminaste tu pequeña interpretación ganándote aplausos incluidos los míos, porque quien pudiera resistirse a una obra maestra como lo eras tú. 

Volteas y nuevamente me permito perderme en esa mirada profunda que me atrapa, como si fuera un niño mirando un dulce de la vitrina de una tienda.  Eres ese dulce que todos quieren tomar. 

— Hola nuevamente, Hoseok ¿Verdad?

Mi nombre tan común sale como poesía de tus labios, hace que me sienta orgulloso de llevarlo y que haya sido pronunciado por ti. 

— Hola Taehyung. 

—¿Recuerdas mi nombre? 

Como no recordar cada una de las letras de tu nombre si es el único que ha estado rondando mi mente estos días. Y más aún con la sonrisa que me estas dando en este momento, tan singular, tan única, todo de ti es único y perfecto. 

                                     *Realidad

Todos esos recuerdos vienen a mi mente como un deja vu, te metiste tan profundo que ya formas parte de mi ser y he aprendido a convivir con tu presencia y de cierta forma me gusta hacerlo, porque no hay más opciones y sinceramente no las quiero. 

La parada de buses en los que solía esperarte sigue ahí, una pareja está ocupando el asiento que solía correspondernos en aquellas noches en las que esperaba a que salieras de la academia para poder acompañarte a tu casa. Los anuncios están rotos y desgastados en aquel mural, pero siguen de pie, dando lucha y mostrando su contenido aun cuando ya caducaron. 

La lluvia iba a caer nuevamente, el invierno seguía presente y lo único que te podía ofrecer es el paraguas que llevo en mis manos y mi compañía a casa. Vienes corriendo mientras agitas tus manos a lo lejos, es la escena más hermosa que mis ojos ven a diario. 

— ¡Hoseok hyung ya llegué!

Quisiera que te des cuenta como mis ojos brillan por ti, déjame tomar tu mano y voy a hacerte bien, te juro que voy amarte toda la vida. No quiero dejarte ir, solo quiero escucharte decir "Hobi, acompáñame a casa". Solo quiero llevarte a casa. 

— Ahí viene, vámonos. —Tomo tu mano para adentrarnos en el bus escapando las pequeñas gotas de lluvia que empezaban a caer. 

Puedo decir que encontré un amor, bueno, un chico hermoso y dulce. 

Taehyung, tu corazón es lo único que quiero porque el mío ya es tuyo y aun no te das cuenta.





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