- 14: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠

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- quiero quedarme el resto del día aquí.- hablo Brooke a mi lado.

Estábamos recostados en el húmedo suelo, en una posición donde lo único que coincidía eran nuestros rostros. Mis piernas estiradas a la derecha y las suyas a la izquierda.

Suspire - lo sé, pero no quiero que los demás se preocupen al ver qué ninguno de los dos estamos en casa.

Nos habíamos quedado el suficiente tiempo aquí como para apreciar el atardecer lila que aquel día se hizo presente, y ahora solo admirabamos las estrellas. Aunque para mí yo tenía la más brillante a mi lado.

Giro su rostro topándose con mi perfil y note de reojo como reposaba su mirada en el. Imite su acción y la mire fijamente sin decir palabra alguna; no hacía falta hacerlo.

- tenemos que volver - le recordé. Suficiente molestia le había hecho pasar a Fred la noche anterior como para volver a hacerlo, y peor aún, causarle la preocupación de no saber dónde está su sobrina.

- lo sé, pero prefiero ignorarlo.- sonrió con burla, y yo con ternura al verla sonreír.

Minutos después, con mucha insistencia, logré convencerla de regresar. En una mano llevaba mi bicicleta, mientras en la otra llevaba mis anotaciones y en mi cuello reposaban mis audífonos.
La voz de Brooke era lo único que escuchaba, como una dulce y burlona melodia, y yo me di cuenta de lo mucho que me gusta escucharla; podría escucharla todo el día y aún así le rogaría de rodillas que no pare de parlotear.

Al llegar dejamos la bicicleta tirada en el porche, y después sentí su mano tomar la mía. Aquel acto, admito me sorprendió, pero no quería dejar de sentir su piel; así que no las separé.
Estando frente a frente a la puerta creí que la soltaría, pero en su lugar lo reforzó y beso la comisura de mis labios con ternura.

No dejaba de cautivarme.

Entramos, y creí que nos preguntarían donde estábamos o nos reprocharian. En cambio solo vi como los tres Andrews se posicionaban formando un círculo alrededor de el comedor, los tres con miradas perdidas.

- que bueno que regresaron chicos - hablo Fred, su mirada vagante no dejaba de intrigarme- Brooke yo....

Mad lo detuvo, poniendo su pálida mano en el brazo de su padre; la rubio fresa lo miro sería y en ese momento supe que algo ocultaban. Archie, quién estaba extrañamente callado tenía la mirada enfocada en un salero, hasta que reaccionó y su mirada se dirigió directamente a nuestras manos entrelazadas. Levanto sus cejas y me miró cómplice.

- bonita manicura, Brooke - señaló, con segundas intenciones.

Al instante la chica a mi lado río, pero no se separó, los demás repitieron la acción de Archie y rieron.

- gracias - contesto - iré a bañarme, buenas noches.

Sonrió y beso mi mejilla para después dirigirse a arriba.

- se te cumplió - bromeó Archie, pero nadie río, el ambiente se sentía pesado. Todos parecían preocupados, perdidos.

- ¿Que sucede? - pregunté directamente.

Fred suspiro - si te decimos tienes que prometer que no le dirás a Brooke.

Supe entonces que era serio, así que asentí.

- la madre de Brooke volvió.

Todos nos quedamos en silencio. Siendo honesto no sabía realmente sobre el pasado de Brooke, porque la realidad es que ella no es una verdadera Andrews, pero siempre fue tratada como si lo fuese de verdad. No sabía absolutamente nada sobre su progenitora, pero alguna vez Archie me contó que aquella mujer no era alguien buena para la chica.

- ¿Que mi madre que?

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⏰ Última actualización: Nov 10 ⏰

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Invisible para ella... •Jug Jones•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora