Una aporía
Para que tú sepas
el paso del tiempo,
lo puedes observar
con la noche y el día,
la luna se va
cuando el sol amanece,
amor imposible,
se ven en un eclipse.
El tiempo no existe,
es una aporía,
se escapa el presente de tí
para así perseguir
de repente al pasado,
por eso no puedes contar,
ni siquiera mirar
los minutos y las horas,
el hoy multiplica al ayer,
y se resta a su vez
el después del ahora.
Carpe diem,
te dicen carpe diem,
cuyo objetivo,
despierta conciencia
de la finitud
de la vida tangible,
no hay nada más simple
que vivir el momento
sin mirar al futuro
que tanto suspiras
por poder tener,
y si contienes tus sueños,
no tengas el miedo
dentro de tu entraña,
y expulsar la valentía
pa' mandarlo a liberar.
Cada cual termina tomando
lo que merece en la vida,
porque el tiempo así lo impera
sin nada que lo detenga,
cada reina asienta su trono,
cada payaso en su circo,
y los fantasmas que deambulan
regresan a su castillo.
Si te regalan su tiempo,
el cual no regresaría,
tenlo por siempre seguro
que es un diamante en bruto,
grande generosidad,
la que comparten contigo,
y con agradecimiento
la compartes tú sin más.
Las personas son también
un suspiro en el tiempo,
cuando llegan, llegarán,
y se marchan cuando deben,
siempre dejan un poco de ellos
y se llevan un poco de tí,
otra prueba más se puede decir,
para despertar de esta trayectoria,
en el transcurso de vida
corre una gran paradoja,
el milagro del tiempo.
