9 Decisiones

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—Es un gusto verte de nuevo, Azali.

—Gracias por recibirme, doctor Blake —dijo el hombre mientras observaba cómo el pobre médico hacía el esfuerzo por estirar el cuello de la camisa y cubrir el enorme chupetón.

Estuvo a punto de reír, pero se contuvo. Nadie que conociera al esposo de este hombre dudaría que lo había hecho a propósito para marcarlo.

Azali conocía a Damián muy poco, pero era esa clase de hombre que inspira confianza desde el primer instante. Entonces, cuando Azali se encontró frente al enorme dilema de su vida, cuando percibió que ni siquiera podía agarrar un tenedor para alimentarse por momentos, supo que debía acudir a él.

Damián estaba con las tomografías, los análisis y las radiografías en la mano. De pronto, observó a Azali e hizo una mueca.

—Necesitas comenzar cuanto antes el tratamiento.

—Las pastillas que me recetó funcionan.

—Azali —el hombre se hizo hacia atrás en la silla del consultorio y se quitó las gafas—, ya te dije que no son la solución. El tumor necesita combatirse en serio. Quimioterapia, medicación que actúe directamente sobre él. Debes mantenerte en reposo. Estos días de altas temperaturas tampoco son buenos para tu salud. Los mareos pueden tornarse más frecuentes y los ataques...

—Eso es lo único que me importa—interrumpió—. Deme algo para que no regresen.

—No estás entendiendo, amigo. A medida que la enfermedad avance no solo tendrás temblores, sino también vómitos y mareos recurrentes. El dolor comenzará a jugar un rol importante. No estoy exagerando cuando digo que debemos comenzar ahora.

—No puedo. —Azali se puso de pie—. Escuche, sé que no lo entenderá, pero hay alguien que me necesita, y debo viajar junto a él.

—¿Y qué hay de ti?

—Es diferente —replicó—. Él está a pasos de encontrar lo que ha buscado toda su vida, y quiero estar a su lado cuando lo haga. Serán unos días, quizá unas semanas. Vamos, ¿acaso no voy a aguantar eso?

Damián no dijo nada. ¿Qué decir en una situación en donde su paciente estaba decidido?

—Se trata de Jared Callum, ¿verdad?

Azali bajó la mirada y asintió.

Damián puso los ojos en blanco. Dominic les había contado a él y a su esposo sobre la relación que el inglés y el teniente tenían.

—¿Crees que ese hombre se preocuparía del mismo modo si estuviera en tu posición?

—No lo sé —Azali se encogió de hombros—, solo puedo hablar por mí, y esto es lo que siento.

—No necesitas ser un héroe, te lo digo por experiencia —agregó Damián con ganas de zamarrearlo para que reaccionara—. Dile la verdad a Jared. Dile que no puedes estar con él en este viaje. Hazlo escuchar tus razones. Aza —le sujetó la mano. Era un último intento para hacerlo reaccionar—, el tumor avanza muy rápido.

—¿Cuántos meses tengo?

—Si no haces nada, muy pocos —contestó.

—Dígame el número.

Damián negó. Era inútil.

—Seis como mucho.

Azali le sonrió y apretó la mano del médico.

—Es un gran hombre, doctor. Me alegro haberlo encontrado.

El doctor Blake negó varias veces, miró el recetario y escribió el nombre de dos nuevos medicamentos.

JARED - T.C  Libro 3 - Romance gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora