Capítulo 35

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Capítulo dedicado a: Yusleidys8509, MarySaavedraReyes, MariaTio471, Dalila2711, YohamnaRodriguez20, mikuoxmiku, ChroneliaCid, LianaTaliana, FatimaRiveraDelta, Kira327, mayanfatimamoralesh6, AreSaenz, Syreydirs, hollow-san, fantasia104, lunadedolor, JhennyOrtegaCallisay, morningstar125 y sakucristi, quienes botaron los capitulos anteriores, sin olvidar, claro, a quienes me dejaron su bonito comentario. ¡MUCHAS GRACIAS!, en verdad agradezco el tiempo que se toman en leer esta historia.

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—¿Qué quiere que hagamos?—Asato escuchó preguntar por el teléfono.

Pero Asato en vez de responder apretó los labios y miró la puerta por donde hace un par de horas la sangre pura había salido. Con aquella llamada estaba claro que ni siquiera la vampiresa podría entregarle el preciado cristal.

—¿Estas seguro de lo que acabas de decirme?

—Escuché al mismo Kaname-sama hablarlo con el cazador Kiryuu.

Ahora todo tenía sentido para el viejo vampiro; la presencia de Kaname y la de los cazadores en ese lugar era exclusivamente para proteger a la chica y su secreto. Aunque los viajes en el tiempo era algo que, sin duda, debía ser imposible.

Por otro lado, si aquello era cierto…

Asato sonrió al imaginarse a él haciendo semejante hazaña, si él viajaba al pasado no seria la familia Kuran la que se sentara en el trono vampirico, no solo eso, si él podía, no solo apoderarse de la perla sino también de ese pozo, se volvería el dueño de todo. Pero para eso necesitaba cerciorarse que aquello fuera verdad. Esta vez no cometería el mismo error de dejarse engañar por un sangre pura, porque si lo meditaba por un momento, aquello que su espía le estaba diciendo bien podía ser una trampa de Kuran Kaname.

—Serciorate que esta informacón sea veridica, si tienes que lanzarte al pozo, hazlo, si tienes que llevarte a más vampiros, hazlo, pero quiero que me confirmes esto que acabas de decirme, y cuando lo consigas regresa. —ordenó antes de colgar el móvil.

Era Sengoku:

Dos días, y Sango seguía sin despertar, dos días donde la incertidumbre de Zero crecía. No lo soportaba, él mejor que nadie sabía que necesitaba regresar cuanto antes para estar con Kagome y alejarla de Kuran, sin embargo al ver que su antepasada seguía sin despertar, no se atrevió a dejarla, a pesar de que la fiebre había cesado, y que la herida en su vientre no tenía algún indicio de una posible infección.

La puerta de la cabaña se abrió, el frío aire que entró atizó las llamas del pequeño fogón encendido en medio de la cabaña, y Zero junto con Inuyasha Shipoo y Miroku detuvieron su comida y voltearon, solo para toparse a una Kikyo observando, primero con asombro y después con furia a Kagome.

—¿Qué se supone que haces aquí? —preguntó sin ocultar la misma furia que sus ojos reflejaba— creí que te había quedado claro la ultima vez que nos vimos que ¡tu ya no eres indispensable aquí!

Inuyasha al escuchar aquello se tensó ¿entonces Kagome no mentía, Kikyo fue…?

—¿Qué se supone que significa eso?

Zero al igual que Miroku y Shipoo voltearon a ver a la dueña de la voz. Sango, comenzaba a levantarse, su rostro a pesar de mostrar lo adolorida que estaba, mostraba también el enojo que tenía.

—¡Sango! —dijo Zero sin poder ocular el entusiasmo que tenia al ver por fin a su antepasada despierta, dejó el plato de comida en el suelo y fue directo hacia ella. —¿Cómo te encuentras? —preguntó tomando sus manos.

Sango a pesar del enojo que sentía oprimiendo su estómago, miró a Kagome con una especie de ternura y felicidad.

—¡Kagome! —dijo sin poder evitar que algunas lagrimas comenzaran a asomarse por sus ojos, después simplemente abrazo a su amiga.

El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora