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❝ ME ODIAS pero no me conoces me gustan los comentarios de odio más que ningún comentario no te conozco pero tú si conoces mi nombre ❞
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Los bardos dejaron de tocar su música al igual que de cantar, toda la sala del gran banquete nupcial entre la mano del rey y la sobrina del Septon Supremo, Cyrce Hightower quedo un total en silencio mudo.
Maegor, inmóvil como en cada ceremonia en la gran silla al centro del salón, siendo el centro de aquella festividad, se endereza. Todo el peso de su cuerpo cae al frente, inclinándose para ver más de cerca la injuria cometida. Y entonces gruñe.
Ni siquiera el rey de los siete reinos, su medio hermano Aenys I o su madre la reina Visenya, son capaces de detener sus acciones.
Señala con su dedo índice en la mano llena de anillos al hombre que ha tocado a su princesa favorita, su dulce hermana, Edwina Targayen. Un pobre Lord de casa noble que no conoce las reglas.
Y sonríe. ──────¡Perderá la cabeza!
Cuando su espada, Fuegoscuro, heredada de su padre, Aegon I el Conquistador, atraviesan el cuello del hombre, su carótida sigue pulsando. La desesperación llega con la lenta muerte a la que ha sido condenado observando como su sangre se pierde sin importancia entre el bello tapiz pintado de rojo.
El cuerpo cae inerte y su cabeza rueda por el lugar. Uno no toca a la delicia del reino sin saber con qué dragón está jugando.
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