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«Take me to church»

Sus ojos turquesas fijo su mirada en el sargento, quien solo veía la misa desde la puerta con el ceño fruncido mientras escuchaba a los soldados.

Padre- oh hijos míos, acaso no es verdad que el osito es la verdadera creación de Dios, acaso no es verdad que el unicornio robo nuestras tierras fértiles que nos pertenecían por derecho divino, ¡Muerte!, ¡Muerte al unicornio!

- ¡Muerte al unicornio!

Cuando la misa terminó y todos los ositos se estaban llendo de nuevo al patio de entrenamiento el padre vio que el sargento estaba esperando a que todos salieran, sus suspiro y se acerco al sargento.

Padre- Sargento caricias, ¿Puedo hablar con usted en privado? - pregunto mientras se acomodaba sus lentes, el sargento lo miro y bufó.

Sargento- tengo que terminar el entrenamiento, así que ahora no puedo - estaba apunto de salir cuando el padre lo tomo del hombro.

Padre- ¿Entonces lo puedo ver en la noche?, Realmente necesito hablar con usted - el sargento todo los ojos y asintió, el padre soltó su hombro y el sargento salió - espero si venga...

La tarde siguió normal, los gritos del sargento era lo que más se escuchaba en el campamento, por alguna razón el calor de ese día estaba más que insoportable, por lo que todos los reclutas decidieron retirarse sus camisetas sudorosas, el sargento decidió hacer lo mismo, con la diferencia de que él mantuvo la blusa de tirantes.

La blusa dejaba a la vista sus brazos trabajados, parecía que los tantos golpes que les daba a los reclutas estaban sirviendo de algo.

Cuando el entrenamiento acabo, los reclutas fueron a las regaderas para tomar un baño y refrescarse, el sargento iba a hacer lo mismo pero recordó que el padre lo quería ver, sabía que si no iba el padre le iba a reclamar al día siguiente.

Con pesadez fue hasta la iglesia, tocó la puerta y está fue abierta por el padre, lo dejo pasar y cerró la puerta tras de sí.

Padre- pensé que no vendría - dijo mientras lo comenzaba a guiar hacia otra parte de la iglesia que parecía ser su casa, había una cocina y un baño, el padre le mostró un espacioso cuarto que parecía ser donde dormía y comía al parecer, ya que había una pequeña mesa de centro con cojines para sentarse alrededor - lo veo cansado, ¿Le gustaría un vaso con agua?

Sargento- si porque no - el padre hizo un gesto indicando que se sentará, el sargento hizo caso y se sentó mientras veía el lugar, tenía que admitir que el padre sabía decorar. El padre volvió a la habitación con un vaso el cual le fue entregado al sargento, lo tomo y le dió un trago mientras era observado por el padre - ¿Y para que me cito padre? - pregunto mientras dejaba el vaso sobre la mesa.

Padre- me eh dado cuenta de que los reclutas parecen admirarlo sargento, pero esa admiración se pierde cuándo viene a misa, ¿Puedo preguntar por qué se niega a participar en ella? - pregunto mientras ponía sus manos en su regazo, el sargento se puso a la defensiva casi al instante.

Sargento- ¿Y eso qué?, Si los soldados me admirar o no en que le afecta a usted - pregunto mientras le volvía a tomar al vaso.

Padre- sargento le recuerdo que estamos en una guerra, los soldados necesitan algo en que creer y a alguien a quien admirar para tener el valor de pelear, si dejan de admirarlo no tendrán el coraje para pelear, necesitan alguien que los motive a dar sus vidas por un bien mayor - dijo mientras un pequeño temblor se hacía presente en sus manos.

Sargento- si nadamás me citó para darme un sermón, me largo - el sargento se levantó pero al instante un fuerte mareo lo tiró al piso - ¿¡Pero qué?! - todo a su alrededor comenzó a dar vueltas y se empezó a sentir cansado - ¿Qué está pasando?

One-shots [Caricias Religiosas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora