fiftieth ;; día de mierda.

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—Jeon JungKook...

No quería aceptarlo, pero después de que NaYeon me diera ciertos motivos por los que no iba a funcionar mi manera de conquistar a SungMin, creo que fue concordando poco a poco con ella. Tal vez en ciertos puntos tenía la razón, en otros no tanto, al menos para mí. No obstante, tenía su lógica después de todo.

Para mi realmente, invitar a una persona a salir sin ningún otro motivo más que follar, era demasiado. Demasiado compromiso y organización como para terminar durmiendo solo en la noche y, tratándose de SungMin, muy probablemente fantaseando con ella por milésima vez, y por milésima vez teniendo que arreglarlo yo mismo. Por eso es que la mayoría de mis “citas” por así decirlo, siempre terminaba en sexo, de lo contrario no veía la utilidad de esas salidas.

Claro que si la invitara a salir no sería una cita, ¿No?

—¿Qué me recomendarías entonces? —Después de varios segundos de silencio en los que había aprovechado para organizar mis ideas y opiniones con respecto a eso, pregunté. Vi sus comisuras curvarse en una sonrisa satisfecha por haber ganado esta vez.

—Depende de los gustos de cada quien. A la mayoría de las mujeres les gusta que las lleven a comer a algún restaurante, un paseo y cosas así.

Dios mio. Ni siquiera había comenzado la frase y ya estaba extremadamente aburrido. Solamente pensar en hacer esas cosas lograba ese efecto en mi. La realidad era que prefería hacer otras cosas, como por ejemplo salir a algún bar, donde sí se podían hacer cosas divertidas o sencillamente follar. ¿Por qué tienen que ser tan complicadas las cosas cuando se trata de las mujeres?

Solté un quejido donde demostraba el aburrimiento que me había ocasionado escucharla. En respuesta NaYeon rodó los ojos con molestia por mi acción, para luego cruzarse de brazos y dejarse caer en el espaldar del asiento.

—¿Pretendes conquistar a SungMin o no?

No respondí ante su pregunta, estaba clarísimo que quería hacerlo, aunque tuviera que hacer esas cosas para ello. Tenía mis motivos, el más importante de todos: quiero a SungMin para mí. El segundo: Pretendo demostrarle al imbécil de su novio que no me llega ni siquiera los talones. Por último: Voy a demostrarle a SungMin que puedo hacer que caiga directamente a mis pies.

Asentí.

—Yo voy a organizar esa salida entonces, pero más te vale no arruinarla, porque muy probablemente termine por arrepentirme de esto. —Se encogió de hombros sonriente.

Había algo en su sonrisa que me pareció extremadamente extraño, sin embargo no dije nada. No solía sonreír de esa manera cuando le contaba sobre mis ligues. Se podría decir que, ¿emocionada? ¿pícara? No lo sé, solamente sabía que era una expresión totalmente distinta a su constante desinterés por mi vida sexual.

Ignorando ese hecho, chocamos los puños, como cerrando un acuerdo.

|......|

El primer día de nuestro castigo había terminado. No mentiría, estaba increíblemente cansado y ciertamente asqueado por tener que ocuparme de los baños de hombres durante cuatro horas seguidas. Por primera vez en mi vida sentí cierta pena por quienes vivían de esto. Si tuviera que hacerlo todos los días de mi vida terminaría por cortarme las venas o algo parecido.

Ese mismo cansancio extremo que sentía hizo que por mi cabeza pasara la idea de no dirigirme hacia el casillero de SungMin e invitarla a salir como NaYeon y yo habíamos planeado. Solamente quería irme a mi habitación y dormir durante tres años seguidos. No obstante, tal vez verla y molestarla podría subirme un poco el ánimo después del día de mierda que tuve.

Primero que nada me aseguré de que TaeHyung y EunJi todavía se encontraban limpiando los pasillos o las áreas verdes, de esta forma no me molestarían o interrumpirían. Esto solo arruinaría mi día todavía más. Después de eso, pude caminar tranquilamente hacia el casillero de SungMin a esperarla ahí, aunque realmente no fue mucho lo que tuve que esperar antes de verla acercarse a mí con la mirada perdida y sus pasos cansados y pesados.

Sonreí instantáneamente al verla. No pude controlarlo en ese momento, porque me sentía bien y algo feliz tan solo con verla caminando hacia mi. Después de estar toda una tarde limpiando baños asquerosos esto era por mucho lo mejor que podía haberme sucedido.

Una vez se paró frente a su casillero y pudo observarme bien, soltó un suspiro cansado que me hizo sonreír levemente.

—¿Qué quieres ahora? —Preguntó el cansancio se le notaba en su tono de voz, me reí levemente.

Tal vez así tan cansada, sin las mínimas ganas de lidiar conmigo, subían las posibilidades de que aceptara mi salida sin rechistar, o tal vez rechistando solamente un poco. Asi que era una oportunidad que no iba a dejar pasar, definitivamente.

—¿No vas a decir siquiera un hola, mi amor? —Para hacer un poco de tiempo, tan solo se me ocurrió decir esta frase.

Mentalmente tenía que prepararme. Comúnmente no invito a las chicas a salir, si salgo con alguna es por iniciativa de ella y asegurándome de que follariamos al final de esta misma, de esta forma sabía que disfrutaría también de los encantos de esa chica. Sin embargo este momento era totalmente diferente. SungMin era totalmente diferente.

No respondió, cosa que me hizo reír levemente antes de que continuara, sin poder formular algo mucho mejor que:

—Vengo porque quiero invitarte a salir el sábado siguiente. —Nunca he sido de muchos rodeos y eso en este momento no sabía si era de ayuda o solo lo arruinaba todo de una manera épica, pero ya no había vuelta atrás.

Su mirada se quedó perdida durante varios segundos. Segundos que demoraron una eternidad, o al menos el tiempo suficiente como para que yo llegara a creer que iba a rechazar mi oferta. NaYeon estaba clara de que algo así podía suceder, por eso la insistencia en que preguntara desde hoy, para si se negaba, tener varios días para convencerla de ello.

Aunque en ese momento lo pensé y, ¿desde cuando yo, Jeon JungKook, tengo que ser quien le insista a una chica para que salga conmigo? ¡Siempre me habían hecho fila!

Esto es patético, absurdamente patético y no iba a continuar con ese ridículo plan de NaYeon. Si ella me rechazaba continuaría haciendo las cosas a mi manera. No voy a humillarme por una mujer, ni siquiera por Kim SungMin, aunque lograra gustarme de una manera distinta.

—Si no acepto no vas a dejarme en paz, ¿Verdad? —Preguntó, poniendo ambas de sus manos en su cintura. Iba a dejarla en paz de todas formas, pero viendo una oportunidad, solamente asentí, haciéndole saber que no lo haria. Suspiró.— Bien, saldré contigo.

Toda mi determinación desapareció en el momento en el que pronunció esa frase.

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8/marzo/2023. Re-escrito.

—Nana.

egotistical ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora