Benedict Cumberbatch: Sherlock Holmes.

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Disclaimer:

Todo lo relacionado con el mundo de Sherlock Holmes no me pertenece, pertenece a Sir Arthur Conan Doyle y en este caso, a la BBC. No soy dueña, ni pretendo adueñarme de nada, ni mucho menos recibir alguna compensación de cualquier tipo por lo escrito a continuación. Esto se hace por puro entretenimiento.

[Sherlock Holmes y Tn].

Él era, simplemente, lo mejor que mis ojos habían visto. Lo vi un día cualquiera, en un momento bastante peculiar. Llevaba un par de días en Londres, en las oficinas de Scotland Yard, más específicamente en el departamento a cargo del Detective Inspector Lestrade. Justo estaba en los primeros meses de mi servicio social junto con las prácticas profesionales. Cumplía funciones como el papeleo, acompañar a los peritos a la recolección de muestras para laboratorio, o a veces, si el DI Lestrade necesitaba ayuda para un caso, yo le asistía junto con mis demás compañeros. Pero en el tiempo que llevaba en ese lugar y después de oír su nombre en boca de los que laboran ahí, al fin le conocía. Y debo decir que fue una situación un tanto rara.

Era mucho más alto que yo, su piel era blanca y sus bonitos ojos... Aún sigo preguntándome de qué color serían. En esa ocasión, yo llevaba un montón de papeles, carpetas de investigación, folders, declaraciones; iba caminando con paso apresurado a la oficina de Archivo para dejarlos, cuando al doblar la esquina choqué contra alguien o mejor dicho algo, si, la máquina expendedora de alimentos. El impacto fue tan fuerte que mi cabeza rebotó y fui a dar a los azulejos que cubrían el suelo, obviamente los papeles salieron volando y solo atiné a cerrar los ojos mientras mis manos sujetaban mi nariz para tratar de parar la hemorragia nasal.

Pensé que nadie había visto la tremenda vergüenza que acababa de ocurrir cuando sentí un brazo debajo de mi cabeza ayudándome a sentar y algo suave que era colocado en mi nariz, retirando mis manos llenas de mi precioso líquido vital.

- Con cuidado, aún está saliendo bastante sangre.

Al abrir los ojos y voltear en dirección a la voz que me hablaba me asombré, pues nunca había visto a ese hombre en las oficinas, fruncí levemente el ceño preguntándome ¿quién era o quién podría ser?, pareció que él se había dado cuenta porque una sonrisa ladina apareció en su rostro, al percatarme de eso solo asentí torpemente desviando mi mirada de la suya y tomando titubeante el pañuelo que hasta ese momento sostuvo con su mano.

- Murray ¿Qué demonios? - Escuche decir a Lestrade con un tono alto de voz, voltee rápidamente y eso solo provocó dolor en mi nariz sangrante.

- Auch- Me queje y aquel hombre me ayudó a ponerme de pie junto con Lestrade que ya había llegado a nosotros.

- ¿Qué pasó, Sherlock? ¿Le hiciste algo? - preguntó Lestrade mientras me tomaba de la cara y me revisaba, movía mi cabeza de derecha a izquierda cuidadosamente en busca de alguna otra herida.

- Por supuesto que no Graham, solo la ayudaba. Soy un sociópata, no un psicópata como los que tú y tu equipo acostumbran a buscar- Dijo elevando mi cara mirándome de reojo mientras yo me sonrojaba. -Levanta la cara, así no saldrá más sangre y evitarás manchar el piso.

- Es Greg, maldita sea, Sherlock. - Negó levemente- Debemos ir al médico Murray, temo que tu nariz se haya roto y ¡por Dios!, ¡¿Por qué pasan estas cosas hoy?!- Exclamó jalando mi brazo y echando a caminar en dirección al consultorio.

- Pedo Señod, lod papeled (Pero señor, los papeles)- Los señale mientras mi brazo era jalado por mi jefe para ir al consultorio. –No te preocupes por ellos, ya vendrá alguien, ahora necesito que arreglemos esto lo más rápido posible- Y sin siquiera voltear a verme siguió caminando.

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