Luz En La Oscuridad (GaaNaru)

~La Reunion~

"¿Estás seguro de que esto es todo? Todavía me preocupa que hayamos dejado algo en casa".

"Siempre estás preocupado por una cosa u otra, solo cállate y ayúdame a llevar estas cajas".

"¡Mis brazos pueden estar llenos pero todavía puedo patearte el trasero, Kankuro!"

"¡Adelante! No es como cuando éramos niños, ¡ahora soy un hombre!"

"¿Un hombre? Sí, claro".

"¿Tienes algo que decir, Temari?"

El joven sufridor, atrapado en medio de sus dos hermanos discutiendo, simplemente suspiró de molestia y aburrimiento. Tal vez esto le afectaría más si no estuviera tan acostumbrado ahora. Su hermano y su hermana por lo general se llevaban bastante bien, excepto cuando se veían obligados a trabajar juntos en algo. La cooperación no era algo familiar en la casa Subaku.

"Démonos prisa y encontremos mi habitación", murmuró el adolescente, impidiendo el contacto visual con cualquiera de ellos, mientras caminaba hacia el edificio. Había sido un viaje con gran amplitud y llamarlo exhausto sería un eufemismo digno de un golpe en la cabeza.

-Claro, Gaara. Temari dijo, sonriendo dulcemente a su hermanito. "Es mejor que te acomodes antes de que apareció tu compañero de cuarto". Los tres, juntos, comenzaron a entrar, llevando cada uno una caja llena de posesiones.

"Todavía no puedo imaginarte viviendo con nadie, hermanito". Agregó Kankuro, sacudiendo la cabeza ante la idea. "Ni siquiera nos dejarás entrar a Temari oa mí en tu habitación en casa".

"Ese es el precio de un dormitorio universitario. Solo espero que no te toque un vago".

"Sí... siempre y cuando él no se interponga en el camino, coexistir no debería ser demasiado difícil". Murmuró, examinando con los ojos el campus, tratando de deducir con qué imbécil tendría que aguantar.

"No va a ser sencillo y tranquilo, hermano. Esto es una verificación de la realidad universitaria".

"Lo que Kankuro está tratando de decir", espetó Temari, frunciendo el ceño al moreno con frialdad. "es que va a tomar un poco de ajuste".

"Lo cual puede ser difícil, teniendo en cuenta... que tú... no... te adaptas bien...", dijo Kankuro lentamente, tratando de encontrar las mejores palabras a medida que avanzaba. Estaba muy consciente al final de la oración que había fallado miserablemente, pero andar con cuidado con Gaara no era exactamente lo más fácil del mundo. La mirada que recibió de su hermano era prueba de ello.

Gaara Subaku era un chico de 18 años de Sunagakure, a punto de comenzar su primer año de universidad. Muchos describirían a Gaara como extraño, antisocial, solitario y francamente aterrador, pero todos esos fueron juicios hechos a primera vista. Nadie lo había conocido realmente antes y, en cierto modo, eso había facilitado las cosas. Ahora, no me malinterpretes, Gaara había tenido amigos en el pasado, ¡incluso parejas románticas! Pero su tendencia a excluirlos cuando se trataba de sus emociones a menudo causaba que se formara una grieta y todos, tarde o temprano, se desvanecieron. Los únicos que se mantuvieron firmes fueron sus hermanos y realmente los apreció por ello. Kankuro y Temari aguantaron mucha mierda de su hermano menor, pero nunca se dieron por vencidos con él. Solo deseaba poder encontrar otros así.

Ahora, en su apariencia.

Gaara era bastante bajo para su edad, alcanzando un poco más de 5'5, como resultado de haber nacido prematuramente (aunque nunca discutió la historia detrás de eso con nadie) y, a menudo, se sentía pequeño en comparación con los demás a su alrededor. Su piel era blanca, más bien pálida y suave al tacto, una ex pareja lo había comparado con una muñeca de porcelana una vez... esa relación no duró mucho. Tenía el cabello castaño rojizo (un tono que bordeaba el rojo) cortado en una variedad de puntas cortas y rectas y ojos verde azulado con pupilas bastante pálidas, casi invisibles. Sus propios ojos tenían círculos oscuros debajo de ellos, como resultado directo de su insomnio. Algunos a menudo lo confundían con usar maquillaje.