Superviviente

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Mira las heridas de las esposas,
Y la sangre que arrasto conmigo.
Dime que son hermosas,
Dale sentido al dolor que consigo.
Haz de mi misión una santa cruzada,
No algo corrupto y mezquino.

Atestigua lo que soy capaz de escalar,
Una muralla no detiene mi pasión.
A mi no me tienes que rescatar.
Ni al rojo innato de mi sensación.

Mírate en los cristales míos,
Cuando me dispares aquella esquirla.
En un arrebato, en un delirio,
Quizás y pueda sentirla.

El fuego en mi interior era más fuerte,
Que las llamas rodeando mi cuerpo.
No estoy listo para esa tal muerte,
Que busque a alguien menos terco.

Cuentos que escribo con la mano izquierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora