en esta, y en nuestra próxima vida (Rengoku x t/n)

#6

Capítulo 6

Ella tenía una gran red flag en toda su cara, en cada una de sus palabras, en sus gestos, pero por alguna extraña razón eso solo me hizo querer ser el siguiente que firmara para entregar su alma a este pequeño demonio de 1.60 metros, estaba jugando con fuego y de seguro me iba a quemar, pero necesitaba a una mujer totalmente honesta

-esta bien -la mandíbula de este chico se tensó y ella sonrió mostrando satisfacción, pero de inmediato él le toma la muñeca de manera agresiva pero discreta y la acerca a él- pero me lo tendrás que compensar de buena forma

-¿Cuando te he fallado? Solo pon tu mejor cara para la cena de la noche cariño, a mi jefe le desagradas pero necesito a alguien que me lleve de vuelta a casa, por qué tendré que beber con ellos, así que como buen chófer, preséntate a la hora para recogerme.

El chico le suelta la muñeca y recién ahí se dió cuenta de nuestra presencia, nosotros teníamos nuestra cara con una sonrisa forzada por la situación pero ninguno de los dos se atrevió a dar un paso para salir de ahí, llámenlo miedo, curiosidad, o simplemente por chismosos pero nos quedamos ahí, akaza se da vuelta y se va molesto, no estoy seguro de que nos haya reconocido, ella se vuelve a nosotros como si nada hubiese pasado.

-¿Vienen?

-si, vamos -no dudé-

-ok -tomó una libreta y empezó a caminar, nosotros fuimos a la siga de ella mientras varios hombres la miraban y la saludaban.

-¿Estás seguro que no nos va a sacrificar cuando estemos en la bodega? -mi amigo me dijo en voz baja

-no seas idiota uzui

-dios… ¿tu quieres algo con ella y el idiota soy yo?

No dije nada, no podía defenderme, pero si, necesito ser un idiota alguna vez en la vida, y la seguimos, el ruido de sus tacones resonaba en el suelo y llegamos dónde habían muchas pinturas, muchas esculturas y otras cosas

-vean lo que quieran, pero no toquen nada- lo dijo como si estuviera al frente de dos niños pequeños- yo tengo que ver algunas cosas, nada de fotografías o videos

-no te preocupes -le sonreí y ella se da vuelta y toma su libreta, empieza a anotar mientras nosotros estábamos anonadados de estar acá, ver tantos cuadros, tantas esculturas que estábamos con la respiración entre cortada, aún más mi amigo, que como maestro de arte esto era fascinante, después de varios minutos nos volvimos a acercarnos a ella quien estaba anotando frenéticamente en su libreta

-¿Cuál será la próxima exposición de la galería? -lo dije en la voz más baja posible por qué no quería romper el silencio sepulcral que había aquí, ella me mira y con la cabeza me apunta a un gran cuadro que estaba al frente de ella y ambos miramos

-mierda… -salió de la boca de mi amigo cuando vió el cuadro que teníamos al frente y no lo habíamos visto- ¿este es el original?

-si, es ese

-no te creo… -mi amigo dijo con la voz entrecortada- "El beso" de Gustav Klimt, pintado en 1908, representa el sentimiento de la pérdida de uno mismo que los amantes sienten. La sensación de amor pleno, fuerte, sensual y espiritual.

T/n cerró su libreta y nos miró un poco desconcertada

-¿Así que lo conoces?

-por supuesto, la próxima temática de la galería será el amor -fue una afirmación de parte de Uzui y ella asintió con la cabeza- vaya

-Diganme algo, ¿A qué se dedican ustedes? -nos miró con cierta curiosidad que no había visto antes-

-¿A qué crees que nos dedicamos? -a Uzui se le formó una sonrisa en la boca al preguntarle esto-

-¿Tu? Estaba segura que eras caballero de compañía, pero ahora lo estoy dudando -no aguanté y me reí, luego ella me mira a mi- y tú… no sé, algo así como ¿Doctor?

-no -dije

-abogado no eres ¿Que haría un abogado en un diplomado de historia del arte?... Mmmh -seguía analizando-

-somos maestros -sonreí

-¿Maestros?

-si, yo soy maestro de historia y el maestro de arte, trabajamos en la academia Kimetsu

-vaya, no me lo esperaba.

-¿Por qué? -pregunté

-osea de ti sí, pero de tu amigo no

-las personas sorprenden, como tú -dijo mi amigo- nunca pensé que sabías sonreír como lo hiciste con el señor del millón de dólares

-hago lo necesario, lo que requiere la situación.

-¿y el caballero de compañía soy yo? -quise matar a Uzui por decir eso, pero mi atención se centró en ella al notar que no se molestó-

-si tengo que coquetear con alguien para hacer una venta, lo hago, si tengo que mandar a alguien a la mierda, lo hago, si tengo que adular a un patán, lo hago, si tengo que ser romántica, lo soy, soy la persona que se necesita en cada situación para conseguir lo que quiero, pero jamás me acostaría con alguien por una venta, solo les hago pensar que lo van a lograr.

-Así que… -me dió miedo pensar en lo que iba a decir Uzui- si quisieras vender está pintura a nosotros ¿Qué nos dirías? -ella sonrió, una sonrisa amplia, dejó su libreta en una mesa y se acercó a mí, su suave perfume inundó mi nariz y sus hermosos ojos celestes hicieron contacto con los míos, puso un cabello detrás de su oreja-

-mira la pintura -dijo con una voz suave y se coloca tan cerca de mi que su brazo toca el mío, una corriente recorre mi espalda- ¿Vez eso? -ella mira la pintura y yo hago lo mismo- En el entrelazamiento de las capas del cuadro sucede ‘el beso’, donde el hombre deja ir la cabeza, literal y figurativamente, para darle el beso a la mujer y, aunque ella se aparte, se deja llevar en el abrazo, con los ojos cerrados y con el cuerpo sin resistencia. Los amantes -hizo énfasis en la palabra amantes- representan la conexión de energías opuestas. El hombre muestra un contraste blanco y negro, binario, y muestra su voluntad seductora al atraer a la mujer hacia sus brazos. La mujer equilibra esta energía con su cariño, calor y color, ellos se aman, se aman de una forma intensa, sensual, amor puro y real -la miré y ella tenía los ojos puestos en mí y me sonrojé, maldita sea, me puse rojo como un tomate y ella sonríe- ¿Te convencí? -no dije nada y gracias a Dios mi amigo nos interrumpió-

-¿Y a mi? ¿Qué me dirías a mi? -ella quita su mirada de mi, se aleja, toma su libreta y mira a mi amigo-

-compra este cuadro y te podrás llevar a una mujer diferente cada noche para que lo vea y todas terminarán teniendo sexo salvaje contigo

-¡Lo compro! -dijo Uzui gritando- me lo llevo ahora -ella rueda los ojos y niega con la cabeza

-vamos, es hora de salir de aquí -ambos la seguimos a la salida pero antes de abrir la puerta para poder salir de la bodega y entrar a la galería se da vuelta y nos mira, la misma expresión sería de siempre- no sé qué fue exactamente lo que les dijo akaza de mi -juro que al escuchar eso mi corazón se detuvo- pero olvídenlo, yo no lo dejaré a él, él me sirve, no quieren meterse en este problema y yo no quiero a -me mira- un hombre fatalmente romántico y a un -mira a Uzui- gigoló conmigo. Ninguno de ustedes me sirve, para que lo sepan yo no estoy con los hombres por qué simplemente me gusten, si no por lo que puedo sacar de ellos. Así que no.

Estoy muerto, muerto de la vergüenza, muerto de la impresión, muerto de las ganas de estar con ella.

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