PRÓLOGO

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DYLAN

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DYLAN

Seis años atrás...

Los monstruos no tienen alma, son malvados, no aman a nadie, solo se encargan de destruir las cosas a su alrededor. 

Cázalos y mantén a salvo a quienes no se pueden cuidar. 

Los monstruos mueren, nosotros somos sus cazadores. 

Me he repetido el mismo mantra desde que me tatué la marca Brave en el pecho y fui iniciado en la organización. Me prometí a mí mismo jamás fallar, pero eme aquí. 

El fuego se extiende por toda la cabaña, el humo negro sube hacia el cielo y el sonido de cada fibra de madera quemándose hace que mis sentidos se estremezcan. No se trata del acto «He hecho cosas peores, mucho peores» todo se basa en mi razón detrás del acto. 

No soy muy diferente a los monstruos que cazo, no después de esto. 

Giro sobre mis talones luego de arrojar el tarro de gasolina lejos de mis manos. Camino hacia la oscuridad del bosque que se extiende alrededor de la cabaña que arde con los cuatro hermanos Nikov. Con cada paso que doy una rama cruje y su sonido se parece demasiado al ruido que se produce cuando el cuello de alguien se rompe.

Aceleró mis pasos, pensando en cada jodida cosa que me llevó a este punto. Mi cabeza nunca antes había estado tan confundida. Siempre he sabido que tengo una moral corrupta, mi alma está sucia, pero de alguna manera me atormenta haber roto mis juramentos. 

No me detengo hasta que diviso a la figura apoyada en el árbol. A pesar de la ropa ancha que usa y la máscara veneciana de color dorada que cubre su rostro, puedo reconocerla. Su mirada satisfecha nunca sale de mi mente, tiene esa clase de mirada que lucen los ganadores. 

—Dime la razón detrás de esto —le pido mientras señaló el humo muy detrás de mí. 

—No importa, tú solo has hecho lo que te pedí —tenía razón, ella solo me pidió entre lágrimas que incendiara el lugar y lo que había adentro. 

—Estabas desconsolada —le reclamo, pero ahora que su mirada se mantiene serena y tranquila, sé que no fue más que una actuación. 

—Lo hecho, hecho está —su voz sin emociones se quedaría grabada para siempre en mi mente. 

Mi debilidad por ella me hizo traicionar mi creencia, rompí todos mis códigos y aunque me duele el corazón no volveré a cometer el mismo error. 

—Corre y huye de aquí —le ordene con mi voz fría «Una voz que nunca use con ella»—. Por tu bien escóndete de mí, porque si no averiguo la verdadera razón por la que asesine a todas esas personas por ti, te cazaré y tendrás el mismo destino que ellos. 

Sus ojos serenos se volvieron rendijas antes de detectar la sinceridad de mis palabras, entonces esos hermosos ojos color menta se cristalizaron y me permitieron ver su debilidad. La mirada apenas duró un par de segundos, pero me hizo saber cuán lastimada se sentía por mí. 

Ella está tan herida como yo. 

Pero cazo monstruos y parece que ella es la reina de ellos. 

La Noche De Los Asesinos [Serie Foresthell #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora