𝐿𝑎 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑝𝑒𝑜́𝑛

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Te sentías una intensa si le mandabas ese mensaje, pero ya fue todo, eran campeones del mundo.

"Felicitaciones! Sabía que lo ibas a conseguir, ojalá nos veamos pronto así de recibo como corresponde"

Miraste el mensaje unas pares de veces y con ese último sorbo de aquel vaso con vodka y jugo -más vodka que jugo- caliente que venías tomando desde que terminó el partido de Argentina con Francia, te dio el impulso necesario para poder enviarlo.

Su nombre no tardo en aparecer en tus notificaciones y la taquicardia se hizo notar

"Sos hermosa, muchas gracias por tus palabras! Me tienta esa última parte, en estos días estoy por Buenos Aires, te paso a buscar"

Listo, era lo que necesitabas leer.

Aquel bendito día llego, dándote unos últimos retoques del maquillaje pensaste que tan buena idea era llevar ese conjunto de encaje pero "a la mierda", la bocina de su auto te saco de tus pensamientos y fuiste corriendo como nena chiquita cuando la pasan a buscar del colegio.

Lionel y vos se conocieron en Buenos Aires en un grupo de ciclistas de la zona, eras la más joven y si bien te llevabas bien con los hombres todos te veían como la hija pequeña, a excepción de Lio, la tensión que había se sentía o eso es lo que creías. Todos se cuidaban mutuamente, de los autos que no respetaban la bicisenda o en el caso de las mujeres de los hombres desubicados que acosaban verbalmente, es por eso que una oportunidad todo se fue al carajo.

El semáforo en rojo los hizo frenar, mientras unos tomaban agua, vos conversabas un poco con Lionel hasta que escuchas la voz de un desconocido desde su auto "que culo tenes nena, vení subí", querías hacer como si no oyeras ignorando completamente a ese imbécil, pero no parecía terminar con aquel acoso hasta que Lio se da cuenta de la situación y responde con un "pelotudo cortala, deja de romperle las pelotas", le hiciste un gesto que ya fue con la mano, que no vale la pena, "abuelito dejala a la nena sola, no te metas" cerraste los ojos porque sabías que con esa última frase no iba a salir nada bueno, dicho y hecho Lio bajo de la bici obligándolo a salir del auto, quisiste interceptarlos pero no tardaron nada en irse a las manos, por suerte solo tuvo unos rasguños menos el otro que como pudo se fue en el auto con la cara destrozada.
Lo abrazaste, aunque al mismo tiempo con los ojos llorosos le pediste que jamás haga eso, "Lio por favor, ¿y si tenía un arma? ¿o si te pasaba algo? Gracias por defenderme pero me moría si te pasaba algo", se quebraba al verte así "Sí perdón, pero me da bronca, no quiero ni pensar si esto te pasa estando sola" lo triste era que sí sucedía.

Quisiste invitarlo a tu departamento para limpiarle un poco las heridas de las manos y el pequeño rasguño de la cara, con aquella sonrisa pícara acepto tu invitación. Durante el trayecto hacía tu casa no parabas de agradecerle. Observaste como estaba el living hecho un desastre por lo que apenas entraron te pusiste a recojer la ropa que estaba en el sillón, no pudiste evitar ponerte roja cuando en el piso quedo tirada aquella tanga y te la alcanzó con un "se te cayó...esto...".

Sentados en el sillón empezaste a curarlo con pervinox y algodón, de antemano te disculpaste por si el químico hacía de las suyas provocando ardor en aquellas heridas. Continuaron hablando de lo que sea, del alquiler carísimo que estabas costeando, del estrés del laburo y ni hablar del de él, "¿Alguna vez te peleaste así en la calle?" preguntaste mientras pasabas con pequeños golpes el algodón por sus nudillos ; "No, en la calle jamás, pero...cuando jugaba al fútbol era bravo, me he ido a las manos con algún que otro jugador" su contestación se veía afectada cuando el tacto del pervinox tocaban las heridas abiertas, "Nada mal para el abuelito entonces" te reíste al ver como con un gesto se agarraba el pecho "Para, me matas si me decís así". La tarde continuó de esa manera, alguna broma indecente o un coqueteo mínimo, "Hablando del mundial...¿muy desubicada si te pido la remera de Messi?", "No quedas como desubicada...Si me aceptas una salida te consigo lo que quieras" tu risa nerviosa provocó un rubor no tan ligero en tu cara, "Obvio que acepto...no hacía falta que te cagues a piñas para lograr eso".

Hubo muchos encuentros desde andar en bicicleta por la capital, salir a comer o simplemente quedarse en tu departamento devorándose de a poco. Sin embargo, aquellos momentos se veían interrumpidos por su trabajo convirtiéndolos en algo fugaz, por lo que aprovechaban esas oportunidades al máximo, si no lo hacían en el sillón se encontraban en espacios donde Lionel no se imaginaba en sus 44 años, tal fue, la parte de atrás de su auto en los bosques de Palermo o en aquellos hoteles donde pasar la noche, estos últimos eran sus favoritos ya que muchos tenían espejos donde la vista para el era perfecta cuando lo montabas arriba de el, "Mira lo que sos, ¿te gusta como te trato? mira que te puedo tratar peor" siempre que soltaba esos comentarios pensabas que te derretías en aquel torso, el era un hombre hecho y derecho que sabía que decir y en que momento hablar para calentarte de una manera que nadie lo había logrado, "No me digas esas cosas que me pongo celosa, ¿a cuantas se lo decís?", se moría cuando te escuchaba de aquella manera, "Sos la única, la única que me cojo en el auto, el sillón y en el telo".

Cuando subiste a su auto su olor te invadió las fosas nasales provocando una oleada caliente en tu vientre, te abalanzaste hacía el abrazándolo fuerte.

"¿Me extrañaste o es el efecto de la copa?"

"No seas gil, obvio que te extrañe pero creo que vos no, ni un mensaje ni nada...pensé que te encontraste otra pibita y me dejaste" Le hiciste un pequeño puchero para reprocharle lo abandonada que te habías sentido, lo que era lógico, estaba en la otra punta del mundo logrando lo inimaginable para conseguir una alegría colectiva.

"Ah bueno, lo que tengo que escuchar, ya te dije que sos la única que le da bola a este viejo, ¿me perdonás por no haberte hablado? Te juro que pensé en vos todas las noches"

"Te vas a tener que ganar mi perdón, digo, si ganaste un mundial esto debe ser fácil para vos"

"Sos mala conmigo, yo voy a cumplir quédate tranquila"

Lo mirabas mientras manejaba y de el desprendía un aura distinta, a ganador, su mentón arriba esa relajación, no podías parar de verlo y necesitabas de el urgente.

"¿Qué pasa hermosa? ¿Ansiosa por llegar? Mira que freno acá si me necesitas mucho" Su mano se posó sobre tu pierna, no te importaba más nada, si el lugar era transitado o qué, se querían, ese hambre de piel era más fuerte que la decencia. Te sacaste el cinturón subiéndote sobre sus piernas, esas piernas anchas y duras, el vestido se subía debido a sus manos que te agarraban como si de alguna manera te escaparas de el, podías sentirlo y en tu cabeza lo único que repetías era "por favor, saciate de mi", jadeos gemidos y alguna plegaria salían de tu boca, en un movimiento rápido el se desabotona ese jean liberando su hombría y con el dedo índice te corre la tanga que ya mojada se encontraba, en un vaivén de caderas se hundían el uno con el otro, tus pechos se vieron conquistados por su boca al igual que tu cuello, sabían que aquel encuentro no era suficiente por lo que priorizó tu orgasmo para dirigirse hacía el hotel.
Su mano acariciaba tu columna y tu cabeza encastraba perfecto en su pecho, enredados con las sábanas de aquel lugar solo escuchabas sus latidos y la profunda relajación después de haberse entregado completamente.

"Me parece que voy a seguir ganando campeonatos si así me vas a recibir".

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Otro de Scaloni y no jodo más, en breve se vendrá de Pablito <3 , pienso que Lionel es muy de putear en la calle con la ventanilla baja y medio que lo tenes que calmar.

Eso si, pienso subir todo a la madrugada o tarde pues en vacaciones se vive de esta manera hermanas.

2 besitos <3

° One Shots ° - Scaloni - AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora