Después de que gato dejara plantada a Kitty está decide irse muy lejos, dónde llega a un pueblo donde conoce a una gatita particular, teniendo más de lo común de lo que creen, será que su amistad llegara a un a nivel más? ...
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Hoy era el gran día, nada menos que el mismísimo gato con botas se casararia con una felina muy popular también, kitty patitas suaves.
Era un día muy feliz para muchos, ya que era una pareja conocida como grandes héroes, el dúo perfecto para muchos.
Muchos habían oído del rumor que se van a casar, sea verdad o no era una felicidad para muchos.
—kitty estaba en su cuarto, mirándose al espejo con su gran vestido, siempre pensó que sería una estupidez imaginarse que ella se va casar, era impensable para ella, pero ahora ella está aquí...con un velo hermoso que le llegaba a las patitas traseras, un vestido relleno de puros decoros dorados, corto por delante y largo por detrás, haciendo que no se le viera la cola, su frente llena de rosas con detalles doraditos.
—gato, prometo estar para ti siempre, buenas o malas, hemos vivido mucho ambos para llegar a esto, finalmente estare la persona con quien más amo y confío plenamente ... te amo—y....yo—
Kitty trataba de practicar sus votos, algo nerviosa, pero siendo sincera.
No mentía con sus palabras sin duda.
Ella mostró una sonrisa al espejo con confianza.
Como si le sonreirá a la kitty de antes y habriera puerta a la nueva.
Salió de su alcoba, deslumbrante, varios de los mercenarios, amigos, villanos inclusos estaban presente.
Hubiera deseado ir alado de una figura paterna, en ves de eso ella hiba sola en ese sendero de rosas hacia la iglesia.
Pero aunque suene esto triste le alegraba, ya que al llegar a esa iglesia sabría que ya no estaría más sola.
Los tacones resonaban, se habría las grandes puertas para mostrar a la hermosa felina, todos voltearon y simplemente podían decir "wow".
Ella deslumbraba, más caminaba hacia delante con la mirada bajo, para cuando llego al altar alzó su cabeza para ver a su amado frente a ella.
...
No estaba.
Rápidamente la ilusión, los nervios y esa sensación de que se hiba sentir realizada había desaparecido, estaba pasmada por saber que todavía no estaba gato ahí.
Miro al cura por una explicación o una señal.
Este solo lo miro con algo de pena, mientras le daba la mano para que subiera al altar.
Ella sedio y se puso en su punto.
Había uno que otro murmuró y las miradas de lastima de los invitados.
Ahora ella sudaba seco, pero aún así aunque parecía que la rabia se hiba a apoderar de ella, pensó como que este estaba por llegar, tal ves algo lo retraso, sin duda debe ser eso.
Tiene que ser eso...
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