📖CIENTO CUARENTA Y TRES📖

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Mi camino de regreso a casa me pareció demasiado largo, en primera porque al tener mi mente ocupada en recordar en camino eventualmente termine pensando en el sermón que debía tenerme Kikyō, lo que llevaba a un dolor de cabeza punzante y tortuoso.

-Al menos tendré una excusa... - me dije a mismo mientras le echaba un vistazo a los expedientes de mi regazo.

Casi había terminado de leer el expediente, lo más interesante ya lo había pasado, por lo que el final del documento debía ser algo como: "... se cierra la investigación por la anexión de Levi y otros a la Legión de reconocimiento, por autorización de Erwin Smith. Y en cuanto a los delitos de la familia Arai, se declara inconclusa la investigación por falta de pruebas de la existencia de la RG.", o algo por el estilo. Como sea quizá ya no podría extraerle demasiada información a los papeles, pero su posesión me recordaría que tenía que regresar a hacerle más preguntas a Grinberryall.

Pasaron 30 largos minutos de caminata antes de llegar al túnel que daba a la casa. Pero antes de terminar de atravesar dicho lugar, me tope de frente con Asher.

-Ahí estas, te estaba buscando. - me dijo con algo de preocupación. - Tenemos que hablar.

Mi dolor de cabeza había parado en algún punto, lo cual no me permitía saber a cuantos metros era un "no te alejes demasiado". De cualquier forma, ya estaba en mis sentidos como para hablar con Asher.

-¿Sobre que?

-Es sobre lo de ayer, les conté de mi reunión con la RG, pero hay algo que me preocupa más...

-No me digas que...

-¿Sus asesinatos? Pues si, no se si todo lo que se diga del poder Ackerman es cierto, pero eso no quita que cualquier ser humano pierda la cabeza después de matar a alguien. Por ello...

-Te juro que estamos bien. - le intenté calmar, entendiendo por donde iba su tema. - Lo que pasó fue en defensa propia y ciertamente ni Carla ni yo estamos demasiado orgullosos de ello, así que puedes estar seguro de que no nos volveremos asesino a sangre fría, ni que dejaremos que eso afecte el plan.

-¿Entonces ya tienen un plan?

-Creo que si, justo volvía a casa para hablarlo con los demás, cuando lo tengamos hecho te lo diremos.

-Esta bien, pero en el proceso no vuelvan a asesinar gente, no creo que la RG me crea una segunda vez.

Sonreí de lado. Por un lado, agradecía que se preocupara por nuestra salud mental por lo sucedido, pero por otro no podía darle la satisfacción, ni a él ni a nadie, de ver que realmente me estaba volviendo loco con el recuerdo de mis actos, por mucho que intentara que no fuera así.

-Tranquilo, prometo estarme quieto de ahora en adelante. - bromee.

También sonrió de lado, pero optó por no decir más am respecto. Se despidió rápidamente, anunciando que nos vendría a ver en unos días y luego se marchó, seguramente a su casa o a alguna reunión con la RG.

Lo observe marcharse antes de yo mismo reanudar mi andar hasta la casa, donde por cierto me esperaba Kikyō en la mesa. Carla estaba recargada en la pared más cercana al pasillo que daba a los cuartos y Niggel parecía preocupado en el sillón.

-¡Que cálida bienvenida! - solté al ver el panorama.

-¿Te encontraste a Asher? - pregunto Carla.

-Si, justo yo llegaba cuando el ya se marchaba. - respondí sin entender a que venía. - ¿Por qué?

-¿No te dijo nada? - dijo Kikyō esta vez.

-Pues no, solo que estaba preocupado porque nos volviéramos locos. - dije medio riendo. - ¿Eso que tiene que...?

-Es que Kikyō le contó porque estamos aquí y como llegamos. - explicó Carla con cierto desdén que nunca le había escuchado.

-Tenía que saber. - se excuso Kikyō.

-Claro, porque confiamos tanto en Asher y el nos sacara de aquí. - bufo Carla, sin duda alguna tenía un pésimo carácter cuando estaba furiosa.

-No es por eso, pero si va a mentirle a la RG y se va a jugar el pellejo por nosotros al menos debe conocer toda la historia para que sepa que cosa y que cosa no puede decir. - le respondió Kikyō sin perder la calma.

-A otro perro con ese hueso. - bramo Carla.

Parecía a punto de perder la paciencia, razón por la cual en cuanto se movió, yo replique su acción y me interpuse entre ella y Kikyō.

-No es momento de pelear. - les recordé.- También creo que contarle todo a Asher es una jugada arriesgada, pero Kikyō tiene razón, si va a mentir por nosotros mínimo que sepa conque debe hacerlo. Así que, porque no te calmas, Carla.

-¿Calmarme? Lo haré cuando me regreses a casa, Ackerman.

Enserio, como mi padre no ha llegado a odiar ese apellido, porque yo realmente lo comenzaba a hacer. Sin decir más, Carla se dio media vuelta y se fue a encerrar a la recamara.

-¿Me perdí de mucho? - pregunté esperando que alguien me explicara.

-Algo, Carla ha estado perdiendo los estribos demasiado deprisa. - comentó Niggel en voz baja.

-Es el poder Ackerman. - comentó Kikyō con un suspiro. - El poder cambia el temperamento, vuelve frío e indiferente al que lo activa, de ahí que sean perfectas máquinas asesinas.

-Auch...-solté tomando asiento en la mesa.

-Pero es demasiado para ser solo eso... - señaló Niggel ignorando mi queja.

-Es porque después de todo, también tiene sangre de Jeager, de no ser por la reivindicación que se le dio, su padre sería un genocida. Diría que la cordura la está perdiendo por el choque de genes en su interior.

-¿No es demasiado pronto para afirmar algo como eso? - interviene. - Por mucho que parezca increíble, solo han pasado horas desde que le quitamos la vida a alguien por primera vez, por ello Asher estaba tan preocupado, no somos asesinos, pero por nuestras venas corre la sangre de varios. No es fácil lidiar con el peso de los ancestros, ni el peso de los pecados, por lo que no podemos decir que se esta volviendo loca.

-Puede ser, pero si es como decimos... - comenzó a contra decir Kikyō.

-No es así, estamos bien y estaremos bien. Solo necesitamos procesar lo ocurrido y concentrarnos en el plan.

Lo último realmente lo decía más para mi, pues no había un segundo en que los gritos de mis víctimas no me ensordecieran sin piedad. Estaba bien. Seguro.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora