Capitulo 20

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Ya había pasado una semana desde que los habitantes de Shardana regresaron al pueblo, a pesar de que había varios lastimados, el pueblo daba su mejor esfuerzo. Las casas poco a poco estaban siendo reconstruidas y a pesar de que todo estaba tranquilo, Seto y algunos soldados aún estaban resguardando las entradas del pueblo. 

La preocupación de Heba por su madre realmente lo tenía triste, llevaba varios días sin dormir y por su piel pálida, algo raro en Egipto. 

-Heba hijo, deberías tomarte un descanso -

Heba  sonrió al anciano que no llamo con una cara preocupada. -Abuelo, sabes que tengo que ayudarte, además están a punto de terminar de construir todo nuevamente. No puedo detenerme aquí. -

La aldea regresaba poco a su antigua gloria, por lo que ya muchos visitantes estaban nuevamente cruzando por las calles de la amable Shardana. Heba al ser nieto del jefe tenía que realizar múltiples tareas, tales como el estar pendiente de todos en el pueblo, cuando su abuelo estuviera indispuesto el recibir a los visitantes, atender al pueblo, entre otras tareas. Y por supuesto que ayudar con las construcciones del pueblo en las actuales condiciones en las que estaban. 

El rostro de Heba estaba cansado. Su piel rojiza marcada por estar días en el sol, Pero no se rendiría. Su pueblo lo necesitaba y el no podía rendirse así frente a los que lo necesitan. 

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-Por fin hijos míos, el día de hoy... Con el esfuerzo de todos, sobre todo de ustedes. sabes qué yo quisiera ayudarles, pero ya soy abuelo jajajjaa. - El pueblo estaba reunido, todos en la fuente que identificaba el centro de Shardana, el faraón y sus sacerdotes fueron invitados de honor en la fiesta se realizaría ese día por la reconstrucción del pueblo.  - Hoy, no solo es una reconstrucción lo que celebramos, también deben recordar que los dioses hicieron que este día coincidiera con el día del nacimiento de mi nieto Heba- Anuncio el jefe de Shardana mientras sonreía alegre.

- No creo que sea seguro que usted este aquí mi señor - Menciono Seto a su primo Atem. 

- Tranquilo, realmente estuvo genial el haber venido. No quiero perderme de la comida de Shardana, sabes que es exquisita. Yo tenía que venir -

Los demás sacerdotes solo se limitaron a reír ante la respuesta que dio el Faraón. 

-Vamos, además nuestro Faraón está con nosotros y toda su corte, es un día espacial aún más. -

Heba vio tímidamente al faraón, haciendo qué este se sonrojada desviando la mirada. Mahad y Isis sonrieron ante las actitudes de ambos.

- Bien, todos. Bienvenidos todos de vuelta a Shardana y disfruten todo -

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- Heba, hijo mío. ¿Estarás feliz? ¿Qué te abra regalado tu abuelo? - Una mujer sentada en una celda fría sonrió tristemente mientras veía el cielo por una ventana. -Mi hijo - Suspiro triste. 

- Hey! Zeca, hora de comer - Ordeno un tipo lanzándole un trozo de pan duro a la joven. -El jefe quiere hablarte así de que ponte decente. -

La mujer solo se limitó a ver al tipo hasta que salió de la habitación. 

(mi señor, por favor, tienes que cuidar a mi Heba. Sabes que debemos cuidarlo de Bakura) Pidio de rodillas la mujer.

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-Heba, toma te compre esto. Es un collar de oro y perlas... - Sonrió el Faraón sacando de su bolso un collar con un dije idéntico al rompecabezas que colgaba del cuello del soberano. -Mira lo mande a hacer con un artesano del reino-

Heba sonrió incomodo, -ammm faraón, no debía hacer eso. Con su presencia era ya un regalo enorme, mi señor-  

-Pero ¿Como puedes conformarte con algo tan tonto?, Vamos déjame ponértelo ¿Sí? - Sonrió el Faraón mientras abría el broche del collar. Heba se dio la vuelta mostrando su cuello para que Atem le pusiera el collar. - ¿Lo ves?, te queda perfecto. Te queda muy lindo Heba- Ambos se quedaron paralizados viéndose a los ojos por un momento hasta que Heba separo la mirada sonrojada.

-Muchas gracias, mi señor. Y su presencia no es algo tonto, es muy agradable su compañía. Le agradezco que se haya tomado el tiempo de venir a la celebración de la reconstrucción de mi pueblo. Realmente es un honor tenerlo en Shardana. - Reverencio Heba al faraón sonriendo. 

- Heba, no tienes que seguir siendo tan formal. puedes solo llamarme Yami, además Seto me dijo que no habías dormido bien y que tenías mucho trabajo. Quería venir a ver como estabas. Me preocupe- 

El rostro de Heba se tornó rojo en su totalidad, abriendo los ojos como un par de platos, dando unos parpadeos. Atem desvió la mirada sonriendo algo nervioso.

- Mi señor, yo estoy bien. Como nieto del jefe tengo que estar al tanto de mi pueblo. Además, tengo que seguir trabajando para que el pueblo sea como antes del ataque... A pesar de que los visitantes ya pueden pasar por aquí, apenas pasan uno o dos vendedores debido a que temen que los bandidos ataquen de nuevo. Tengo que trabajar para regresarle la gloria a Shardana y no pienso descansar hasta que eso suceda. Mi madre también tiene que volver de donde este. -

- Puedes contar conmigo y mis sacerdotes para lo que necesites Heba, tampoco quiero que le hagan daño a ti y a Shardana. Así que, por favor, si necesitas algo por favor házmelo saber. -

Ambos fueron interrumpidos por los habitantes del pueblo que varios hombre y mujeres jalaron a Heba para que bailaran con él. A lo que Heba correspondió con mucho gusto. La música alegre y el ambiente era genial. 

-Qué ambiente tan agradable gente de Shardana - Una voz resonó en el pueblo haciendo que las personas detuvieran en seco todo.  -Aunque deberían de a ver invitado al autor de la obra principal -

Atem se levantó de su asiento enseguida buscando de forma desesperada la voz, hasta que un sacerdote señalando un risco donde se encontraba un hombre que por la luz del sol no podían notar bien quien era.  El tipo bajo del risco en su caballo parándose frente al abuelo de Heba, tomándolo por el cuello.

- Buenas tardes, señor de Shardana. Es bueno verlo nuevamente y al parecer recuperado - 

- Abuelo! - Grito Heba lanzándose a por su abuelo, cuando lo detiene Mahad tomándolo de la cintura mientras este trataba de zafarse del agarre del joven sacerdote. 

-¿Heba?, ¿Realmente eres tu?, hasta que por fin te encuentro. - Dijo el tipo lanzando a un lado al abuelo, quien cayó al suelo para después ser ayudado por los habitantes de Shardana. - Tu madre me ordeno que te buscara para llevarte con ella, ven vamos. Ella nos está esperando. -

Mahad aparto a Heba poniéndose frente a él. -Aléjate del joven Heba, no creo que du madre te haya ordenado venir por él, Bakura- Hablo el sacerdote mientras varios soldados dl faraón comenzaban a rodearlo. 

-Así que tu fuiste quien ataco la aldea- La voz del Faraón se distinguió en medio de los murmullos que causaba aquel tipo de cabello blanco. -No puedo creer que te atrevas a venir nuevamente sabiendo que mis hombres y yo estamos aquí- 

Bakura chasqueo la legua para luego sonreír, -yo solo quería que supieran que tú y yo tenemos historia faraón. A penas hace poco tú y yo tuvimos nuestra pequeña reunión y ahora ¿me hablas tan feo? -

- Bakura..... -  Hablo entre dientes el Faraón en tono enojado. 

Mi otro yo !!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora