JunMyeon tomó un taxi de vuelta a la villa donde había vivido siempre Sooman en Seúl.
Una vez JunMyeon llego a la villa de su abuelo, empezó a sentirse como si siempre hubiera vivido en esa casa. El personal que todavía estaba de servicio se reunió para presentarse formalmente ante JunMyeon. El cocinero le prometió una cena especial, bien calculado para tentar el apetito más delicado y el mayordomo lo condujo hacia una magnífica habitación que tenía un balcón con vistas al jardín. JunMyeon tomó una ducha.
¿Por qué se sentía tan destrozado? ¡Estaba furioso con SeHun y tenía todo el derecho a estarlo! La cena llegó en una bandeja. Los nervios siempre le producían hambre, pero cuando vio la comida y pensó que quizá nunca más volvería a estar en los brazos de SeHun, se sintió paralizado por el miedo. Quería a SeHun. Lo deseaba. Lo que había ocurrido era una locura. SeHun había luchado por tenerlo como esposo. Lo había forzado a vivir con él como esposos. Se había tomado muy en serio el matrimonio. Pero ahora SeHun no podía decidir, así como así que ya no lo quería tan sólo porque había heredado tanto dinero... ¿0 sí?
¿Cómo podía ser tan poco razonable? SeHun estaba lleno de reacciones iracundas y de un orgullo feroz. JunMyeon recordó que había admitido que, siente años atrás, no le había gustado nada la idea de casarse con alguien que podía ser visto como un buen activo financiero para él. ¡Qué aviso tan profético! Estaba claro que SeHun no andaba detrás de su dinero. A ningún hombre decente le gustaría ser un cazafortunas. Eso podía entenderlo, pero lo que no podía entender era que SeHun estuviese dispuesto a abandonar a su esposo por una cuestión de principios.
Los perros ladraban frenéticamente en el jardín que rodeaba la villa. La conmoción canina hizo que JunMyeon saliera al balcón que daba al jardín. Un agente de seguridad se aproximó para disculparse por el ruido. Explicó que habían visto a un hombre escalar la tapia del jardín. Lo habían perseguido, pero el intruso había logrado escapar.
JunMyeon se metió en la cama sintiéndose cada vez más enojado. Pero, oculto bajo tanta rabia, había un mar de inseguridad y miedo. Amaba a Oh SeHun. Lo adoraba. Era tan, tan feliz con él... y, sin embargo, había dejado que se abriese una grieta en su relación SeHun al apartarlo de su lado después del aborto. Dicho abismo entre ambos había durado sólo dos semanas, pero había causado una herida irreparable a su relación. SeHun lo había dejado bien claro: «Yo también he perdido un hijo». Tal vez lo que ocurría es que SeHun estaba todavía enfadado por eso. Se dio cuenta de que quizá no debería haberse ido de su apartamento tan apresuradamente.
El cansancio hizo que JunMyeon se durmiera instantáneamente. Al amanecer, se le ocurrió una idea que, al principio, le pareció descarado. Le dio vueltas y vueltas hasta que empezó a ver que su idea podía funcionar. Podía hacerle a SeHun lo que este le había hecho hace meses. Podía presionarlo a través de su empresa. ¿Por qué no? ¿Acaso tenía algo que perder? ¿De qué le servía el orgullo si, por conservarlo, iba a perder a su marido?
Se puso un pantalón de vestir color blanco y una camisa azul dejando un escote en forma de V, se examinó en el espejo desde todos los ángulos. SeHun debía de estar en su oficina de Gangnam, Iba allí un par de días al mes. Hacía un tiempo, JunMyeon había planeado acompañarlo en sus negocios. Últimamente había empezado a sentir una terrible ansiedad cada vez que dejaba de verlo o hablar con SeHun durante más de diez horas. Todas las barreras se habían venido abajo y el amor había impuesto su ley sobre JunMyeon. Pero cuando SeHun escuchase lo que tenía que decirle, iba a llevarse una buena sorpresa. No tenía la más ligera idea sobre cómo iba a reaccionar...
Antes de que pudiera salir de casa, Xiao Luhan apareció en la verja de la finca y preguntó por JunMyeon. Casi a punto de negarse a recibirlo, JunMyeon cambió de opinión e hizo entrar al rubio en la sala de estar.
Con un aire inusualmente apagado, Luhan miró fijamente a JunMyeon.
—Seguro que te imaginas por qué estoy aquí. Me temo que bebí demasiado ayer y fui muy desagradable contigo.
JunMyeon sabía a la perfección que el verdadero motivo de la visita era que Luhan debía de haberse enterado de que, ahora, su padre era empleado suyo.
—Sí. Lo fuiste. —respondió JunMyeon con frialdad.
—Espero que sepas aceptar mis disculpas. —murmuró Luhan—. Estoy seguro de que SeHun querría que me perdonases.
—A SeHun no le puede importar menos que te perdone o no. Le dije quién echó droga a su bebida. —contraatacó JunMyeon observando cómo la vergüenza se asomaba a los ojos de Luhan—. Pero tu aseguro que tu comportamiento no tendrá ninguna consecuencia sobre el puesto de trabajo de tu padre.
—Muchas gracias JunMyeon, no sabes cuanto...
—Si eso es todo te puedes ir. —le corto JunMyeon con seriedad.
—Hasta luego JunMyeon. —reverencio Luhan.
—Señor Kim para ti. —le corrió JunMyeon.
—Si, hasta luego señor Kim. —se corrigió Luhan tragándose su orgullo.
Minutos después de la apresurada partida de Luhan, JunMyeon se dispuso a dejar la villa de su abuelo, cuando uno de los abogados de SeHun se presentó para entregarle un documento donde estaba la solicitud de divorcio.
JunMyeon se quedó rígido de dolor. Fue un shock enterarse de lo que había planeado SeHun solo por su orgullo de no aceptar que heredara el dinero de su abuelo. Bajo la mirada y en su rostro se reflejó una mezcla de emociones al observar sus manos, especialmente aquella donde tenía su anillo
—¿Esto es enserio? —le pregunto JunMyeon sintiéndose destrozado.
—El señor SeHun ha sido muy claro en sus términos. —respondió Xiaotong, uno de los nuevos integrantes al bufete de abogados de SeHun—. Me han enviado a mí a entregarle los papeles nada...
—Los firmare. —anuncio JunMyeon mordiéndose los labios para no lanzarse a llorar. Ya había cedido a las amenazas de SeHun, no iba volver a hacerlo. Ahora ya no era pobre y si SeHun quería dejarlo, pues no iba retener a nadie que no quisiera estar a su lado—. Deme unos minutos y podrá llevarse sus papeles.
JunMyeon camino hasta el despacho buscando desespera mente un bolígrafo. SeHun era un hombre insensible así que era mejor ahorrarse los conflictos emocionales. Ya no iba tener el matrimonio que a sus veinte años soñó, ya no podría tener al bebé que tanto había querido porque había sufrido un aborto...
Regreso a la sala y con decisión se quitó el anillo que SeHun le había entregado.
—Aquí tienes los papales firmados. Y el anillo que tu jefe me entrego. —Xiaotong estiro la mano para tomar los papeles, pero JunMyeon los retiro—. Antes quiero tiempo para poder desalojar Oakmare.
—No necesita desalojarlo. —respondió Xiaotong—. El señor SeHun puso esa propiedad a su nombre hace ya un tiempo señor Kim.
JunMyeon deseo poder decirle que no necesitaba, pero tal vez podía quedarse con esa casa, buscaría la forma de pagarle a SeHun el precio verdadero de esa casa. Fue después de la partida del abogado que por fin JunMyeon rompió a llorar libremente.
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AAA mi intento de drama 7n7
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ENTRE DINASTIAS -SEHO
RomanceEl chaebol (en hangul, 재벌; en hanja, 財閥) es un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con presencia en distintos sectores económicos, que se ha desarrollado en Corea del Sur. Las compañías que presentan esta peculiaridad se caracterizan...