Capítulo 268

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+ ¿Te has dormido?

Pregunta bajito. Después de un tercer asalto lleva  un rato largo haciéndome cosquillitas mientras yo descanso apoyada en su torso.

- No.

Estoy súper relajada, pero despierta.

- No quiero dormir.

Confieso apoyando mi mentón en su pecho, para mirarle.

+ ¿Y eso?

Sus caricias han pasado a mi mejilla y pelo.

- Me gusta estar así contigo, y si nos dormimos la noche se pasa demasiado rápido.

Explico con voz pastelosa, pero ahora mismo no me sale otra. Me apetece quedarnos así, piel con piel, queriéndonos y robándonos mimos hasta el amanecer.

+ ¿Tu es que puedes ser más bonita?

Sonríe enternecido, regalándome un beso que no llega a caer en mis labios.

+ Pero no sé yo si mañana vas a pensar lo mismo cuando nos tengamos que levantar.

Reparo en que el mundo sigue girando y no se ha detenido a esperar que nosotros sellemos nuestro amor. Las obligaciones llaman y a nadie le importa que hoy solo seamos dos amantes enamorados que se reencuentran.

+ ¿Por cierto, tienes lío?

- Un poco, pero me apetece quedarme contigo.

Intentaré aplazar mis planes.

- ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?

+ Uf.

De solo pensarlo se agobia.

+ Tengo que avisar en el colegio de Eva que finalmente seguirá aquí para que la reincorporen. Volver a pedir en Sony mi puesto en Madrid, no Miami; dar las explicaciones pertinentes y...

- Vuelve a trabajar conmigo.

Interrumpo.

- Al equipo.

Aclaro. Siempre se ha involucrado desde la discográfica, pero desde que me enteré de su identidad ha dejado de estar con nosotros, y ahora me apetece volver a tenerle para mí.

+ No, reinona.

Niega dejándome incrédula.

- ¿Por qué?

Apoya su mano en mi culo desnudo, evitando que me incorpore, y luego lo acaricia en señal de calma.

+ Tranquila, fiera.

Me chincha.

- ¿Por qué no quieres volver?

Le doy la oportunidad de explicarse antes de atacar.

+ Creo que es mejor que cada uno tenga su trabajo, que nos dé tiempo a echarnos de menos durante el día, que nos pasen cosas y nos apetezca contárnoslas...

Argumenta divagando en sus pensamientos.

+ Las relaciones sanas son así...

- Ya, pero mi trabajo es diferente... podemos pasar días sin vernos, yo tendré que irme y...

+ Y cuando pueda voy a acompañarte.

Promete.

+ Como tu chico, no como parte del equipo.

Remarca.

- Me gusta como suena eso.

+ Por cierto, Elena me tiene amenazado.

Finge un gesto de pánico, haciéndome reír.

- No me creo que no le hayas contado nada.

+ Casi nadie sabía lo nuestro.

Me recuerda.

+ Y ya has visto que presentarle a mi hermana a mi novia no es lo mismo que presentarle... a ti.

Exploto en una carcajada. Que tonto es.

- Ya... pero justamente, es tu hermana... puedes contarle lo que te apetezca... eso incluye lo nuestro.

+ Pues mira, me guste o no, hoy se ha aparecido una señorita muy fea en Barajas pidiéndome que no me vaya, y dio la casualidad que Elena estaba presente.

Sus caricias en mis nalgas se convierten en un pellizco que me hace reír.

+ Y pues eso... que se ha enterado.

- Debes de quererla mucho para haberte quedado por aquella chica fea.

+ Que va.

Niega.

+ Que bonita te pones cuando te ofuscas.

Me pica.

- Tonto.

Me quejo de morros, lo que le lleva a incorporarse para robarme un beso que consigue devolverme la sonrisa que deseaba ocultar.

- Oye, en serio.

Retomo nuestra conversación.

- Puedes contarle lo nuestro a quien te apetezca.

No quisiera que se entere todo el mundo, pero por proteger mi intimidad le ha ocultado algo importante a su hermana, y no es justo.

+ No hace falta. Las personas que me importan ya lo saben.

Admite.

+ Solo faltaba Elena, y es bonito ver que se muere de ilusión.

Sonríe enternecido.

- Sí.

Le doy la razón.

+ Al que ahora mismo no creo que le haga tanta ilusión es a tu hermano...

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora