CAPITULO 4

832 99 275
                                    

Ninguna de las obras presentes en esta historia son de mi pertenencia créditos a sus respectivos autores.

La ira, ese torbellino incontrolable de emociones, es el lamento ensordecedor que oscurece la lucidez de los hombres. En su abrazo ardiente, somos como mariposas que se precipitan hacia la mortífera luz de una llama.

En su furia, perdemos el rastro de la razón y nos sumergimos en la vorágine de impulsos desenfrenados. Como un feroz incendio forestal, la ira consume todo lo que somos, dejando a su paso solo cenizas de lo que alguna vez fuimos.

En ese torbellino, nuestras acciones impulsivas se convierten en dagas con las que herimos a otros y, finalmente, a nosotros mismos. Nos arrepentimos de las palabras afiladas como espadas y de los actos que, bajo la influencia de esa tormenta emocional, cometemos sin pensar.

La ira, esa llama voraz, nos arrastra hacia la oscuridad de nuestro propio ser, donde perdemos de vista la bondad y la compasión que yacen en lo más profundo de nuestro corazón.

En su rastro, solo queda devastación, y es en su eco, cuando la tormenta se despeja, que contemplamos el desastre que hemos causado y lamentamos la pérdida de lo que alguna vez fuimos.

Al igual que la ira la desesperación convierte en demonios a los hombres más nobles.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
El día de la boda finalmente llegó, y Goku asistió como invitado. Estaba vestido con un kimono tradicional japonés, que le había sido proporcionado por Takeshi. Aunque se sentía un poco incómodo con la vestimenta elegante, admiraba la belleza y la solemnidad de la ceremonia.

La ceremonia de la boda fue impresionante. Goku observó con asombro cada detalle, desde los rituales tradicionales hasta la belleza de los trajes y la seriedad en los rostros de los novios. Era muy diferente de cualquier boda a la que había asistido en su mundo, aunque solo había visto una mientras pasaba jugando con sus hermanos y estaba llena se hombres ebrios.

Después de la ceremonia, Goku tuvo la oportunidad de conversar con Vergil. Se apartaron un poco del bullicio de la celebración para tener privacidad.

- Vergil, esto fue increíble - comentó Goku, aún maravillado por la boda - Fue algo rara, pero me encantó -

Vergil asintió, apreciando las palabras de su "hermano" - Sí, Goku, las bodas aquí son una cuestión seria. Son una forma de establecer alianzas y garantizar la seguridad de nuestros clanes y habitantes -

Goku asintió con comprensión. - Si, Takeshi ya me había hablado sobre eso... Y, ¿qué harás ahora que la ceremonia acabo? -

Vergil miró hacia el horizonte con una expresión seria. - Bueno, Goku, a pesar de que me gustaría irme de luna de miel, siento que ha aparecido un demonio poderoso en el continente Europeo, España, para ser exactos -

- ¿Mundus? - pregunto el azabache con un rostro serio.

- No se trata de Mundus, está completamente muerto. Es otro que, ha juzgar por su poder, quizás se trate de una antigu rey demonio que se ha liberado de su sello -

Goku frunció el ceño ante esta noticia. - ¿Como que otro rey demonio? ¿Cómo es posible que haya tantos? -

Vergil suspiró, tratando de explicar brevemente. - Hubo un tiempo en el que el infierno estaba lleno de demonios a quienes se les puede catalogar de esa manero. Se mataban entre sí, se sellaban entre ellos o por poderosos hechiceros. Hay cientos de ellos, algunos siguen sellados, otros como este se liberan - finalizo su explicación.

Legado: "Búsqueda De La Redención" [Goku en Devil May Cry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora