Get Free [YoonSeok]

1.

Advertencias: omegaverse. Yoongi activo x Hoseok pasivo. Una historia sin angst ni drama, sólo el yoonseok siendo dulce y algo fluffy. Yoongi es un poco delincuente y Hobi no se entera de nada.

Comisión de solarxido

Hoseok miró su regazo por décima vez antes de levantar la vista hacia el exterior.

Pudo sentir sus manos sudar por la ansiedad y el terror de lo que se avecinaba. En cerca de veinte minutos, quizás menos, estaría llegando a la iglesia para su matrimonio. Se supone que debe ser una fecha de felicidad y emoción para el omega, ¿no es así? Pues Hoseok lo único que sentía era su estómago apretarse en señal de miedo y disgusto.

La semana pasada cumplió los diecinueve años y sus padres estimaron que era conveniente casarlo ya. Como omega, Hoseok apenas tenía voz y voto en esa decisión, y menos cuando provenía de una familia acomodada. Para sus padres fue una desgracia que su último hijo se hubiera presentado como omega a los once años, por lo que no tardaron en meterle en la cabeza que su único objetivo en esa vida era buscar un buen matrimonio que les trajera beneficios. Hoseok pensó que tardarían más en encontrarle un pretendiente, y creía que, por último, conocería a su prometido antes de casarse con él. Sin embargo, sus padres apresuraron todo para deshacerse del chico lo más rápido posible, y ni siquiera sabía quién era el alfa que se convertiría en su marido en unos minutos más.

Mierda, ¿qué tan horrible sonaba eso? Cada vez que lo pensaba era más malo para él. Ahora se sintió peor, con las ganas de llorar empujando en su garganta. ¿Y si era un alfa mayor que él? No de treinta, incluso de cuarenta años. ¿Y si tenía sesenta? ¿O más que eso?

El pánico empujó al darse cuenta de lo cerca que estaban de la iglesia. Vestía un clásico traje blanco que se le ajustaba muy bien, llevaba un maquillaje ligero y un ramo de flores a un lado suyo. Ni siquiera pudo escoger lo que vestiría, sus padres le entregaron esa prenda el día anterior y le dijeron que se casaría en menos de veinticuatro horas. Todavía no terminaba de analizarlo por completo, en shock por lo que sus padres hablaron cuando él les preguntó que se suponía que debía hacer ese día.

―Sonreír, por supuesto, no nos vas a avergonzar en público ―contestó su mamá, desdeñosa.

―No te preocupes ―su papá, omega y más amable, le sonrió como si quisiera calmarlo―. Sólo debes abrirte de piernas para él, para eso estás, Hoseok.

Recordarlo le provocaba náuseas y más terror. Hoseok ni siquiera era un omega con cierta experiencia sexual, jamás estuvo con otro alfa, porque sus padres se encargaron de criarlo en un colegio religioso para omegas. Lo peor no era eso, sino que esa misma noche debía iniciar su celo. Sus padres lo planificaron cuidadosamente para que coincidiera y así asegurarse de que su hijo menor consumaría su matrimonio.

Quizás fue eso lo que le empujó a golpear el vidrio que lo separaba de la cabina del conductor de su familia. El viejo beta lo miró, bajando el vidrio.