𝐘𝐎𝐔𝐓𝐇 ⩵ 𝐙𝐁𝟏 & 𝐛𝐨𝐲𝐬 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭

𝐬𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚

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El regreso del campamento fue catalogado como 'caótico' según la maestra, que juraba nunca más salir con ese grupo de estudiantes.

Dentro del auto, Woongki vomitaba todo el camino y Gunwook lloraba porque decía que iba a morir; solo se había resfriado. Llegaron a la escuela por la noche, teniendo todo el fin de semana para descansar.

Zhanghao estaba en su casa, vacía como siempre, mientras se preparaba un plato con cereales, ya que no había desayunado nada al despertar.

Notó como Yumi lo miraba con ojitos brillantes. Él ya sabía lo que significaba eso, así que se cambió la pijama de forma rápida, buscó su correa y sus llaves, y decidió llevar a su perrita al parque a pasear.

Era domingo, y el sol brillaba con fuerza. A los ojos de su vecina, Zhanghao se veía sublime con esa camiseta blanca, pantalones negros y su cabello rojo despeinado. Imposible de olvidar.

Sin percatarse por donde caminaba, al levantar la mirada se encontró con una casa conocida. Aquella fachada verde era la casa de Hanbin.

Debatió consigo mismo sobre si tocar la puerta o no, ya que podría tener la mala suerte de que su suegra lo recibiera y no de la mejor forma.

Arriesgándose un poco, tocó la madera y esperó a que alguien se dignara a abrir. Escuchó pasos y sudando frío esperaba que fuera su novio quien abriera.

Desafortunadamente, la presencia frente a él era otra. La señora Sung abrió la puerta y en cuanto lo vio rodó los ojos.

─ Buenos días señora, ¿se encuentra su hijo? ─Hao temblaba mientras hacía una reverencia. Yumi ladró hacia la señora y esta demostró más su desagrado.

─ ¿Para qué quieres verlo? ─ni siquiera lo saludó. Era obvio que su presencia no era bien recibida.

─ Quería invitarlo al parque.

─ No puede ser. ¡Hanbin! ¡Te busca Xuanhao!

─ Es Zhanghao, señora.

─ ¡No me corrijas!

Con el grito de su madre, el castaño bajó corriendo las escaleras, aún en pijama. A la vista del pelirrojo, Hanbin parecía un peluche vestido de dicha manera.

─ ¡Hao! ─Hanbin se lanzó a los brazos de su novio, besando su mejilla.─ ¿Qué pasó?

─ ¿Vamos al parque? Traje a Yumi.

─ Si, espérame un ratito, iré a bañarme. Sube a mi habitación para que me esperes.

Hanbin subió corriendo y Zhanghao quiso seguirlo, pero la mano de la señora Sung lo detuvo ante toda acción.

─ Dos cosas; primero, ese perro no tocará mi piso limpio. Segundo, como le hagas algo a mi hijo, te juro que te arranco las bolas yo misma, ¿entendiste?

─ Si...si señora. Compermiso. ─cargando a Yumi en sus brazos, subió corriendo las escaleras mientras temblaba. Esa señora podía ser la sucesora del diablo si quería.

Entró al dormitorio de Hanbin y cerró la puerta para poder respirar de forma normal otra vez. Dejó a Yumi en el piso y él se tiró en la cama. Escuchaba el sonido de la ducha, por lo que sabía que Hanbin estaba bañándose.

Miraba el techo, luego las paredes, en una de ellas visualizó una fotografía conocida. Era una foto de ellos dos cuando cumplieron un mes de noviazgo. La foto era en una cafetería conocida de la ciudad. Jamás pensó que ahora cumpliría un año desde que decidió salir con su persona favorita.

No escuchó el sonido de la puerta abriéndose hasta que vio a Hanbin saliendo de su baño con una toalla en la cintura. Él se volteó para buscar su ropa y dejó su espalda a la vista del pelirrojo.

Zhanghao jamás en su vida pudo creer que alguien mostrando su espalda se le haría tan atractivo. Sabía que el cuerpo de Hanbin estaba trabajado por lo mismo que ensayaba sus bailes, pero jamás lo vio tal cual como estaba ahora.

Todo fue más atractivo aún porque mantenía el cabello mojado. Hao parecía babear por la imagen frente a él.

─ Deja de mirarme que parece que me borrarás de la tierra. Ya sé que te gusto. ─Hanbin reía, y el de mechas rojas pudo por fin reaccionar.

─ ¿Por qué te ves tan encantador? Te amo mucho. ─sin pensarlo mucho se acercó a él y lo atrajo a su cuerpo.

El aroma a jabón de avena entró por sus fosas y quedó ahí un bien rato. También el shampoo con aroma a café, aroma que era su favorito.

─ Yo también te quiero y todo, pero...¿puedo terminar de vestirme por favor?

El pelirrojo se separó de su novio y se giró para darle privacidad, evitando ver. Aquel gesto le pareció muy tierno al castaño.

Se vistió a la velocidad de la luz y procuró buscar alguna prenda parecida a la de Zhanghao. Él era de los que amaban las prendas de pareja.

En cuanto Hao menos lo esperó, sintió un peso detrás suyo abrazándolo por la espalda y besando una de sus mejillas.

─ Ya estoy listo. ─lo abrazó de vuelta y sacudió sus cabellos dejando una sonrisa boba en sus labios.

─ Estás hermoso. ─Hanbin llevaba una camiseta negra y unos pantalones blancos, un estilo parecido al de Zhanghao.

─ Gracias. ─cerrando su habitación, y teniendo a Hao a su lado con Yumi en brazos, bajaron las escaleras, percibiendo la mirada seria de la señora.

─ Nos vemos señora Sung. ─hizo una reverencia de despedida y salió corriendo para salvar su vida y la de su perrita.

─ Mami, vuelvo en unas horas. Comeré afuera con Zhanghao, te quiero. ─besó una de sus mejillas y salió de su casa, no sin antes escuchar un grito de su madre.

─ ¡Te quiero aquí a las cinco Hanbin, te demoras más y te olvidas de que tienes novio!

─ Si mamá, yo también te amo.

Caminó tomando el brazo de su novio con dirección al centro, en donde podrían almorzar y pasear con Yumi.

Ya estando en el lugar, con helados en sus manos y con Yumi tratando de morder su cola, la parejita se sentó en una banca del parque mirando el paisaje.

Habían niños jugando en los columpios, perros corriendo detrás de las ardillas y gente caminando por ahí. Típico día domingo.

─ Aún recuerdo nuestra primera cita. Fue en esa cafetería. Sigo sin perdonárme el hecho de que tú estabas bien vestido y yo andaba sudando. ─Hao reía mientras recordaba lo que Hanbin decía.

─ Es cierto, fue mala idea invitarte después de tu práctica. Pero mira, si no te invitaba ese día no tendría el valor para hacerlo después y no estaría aquí contigo hoy. ─el castaño abrazó a Zhanghao y ambos miraron en dirección a la cafetería; lugar les traía muchos recuerdos. La mayoría de sus encuentros fueron ahí.

Mientras comían su helado, Hanbin se llevó la sorpresa de su vida al ver a dos siluetas conocidas entrando al local.

─ Amor, ¿esos no son Taerae y Junhyeon? ─con cuidado señalaba a los dos jóvenes que ingresaban al lugar y buscaban una mesa.

─ ¿Son ellos? ¿Desde cuándo ellos dos son tan unidos? Necesito enterarme del chisme.

─ Tomales fotos, luego molestaré a Taerae con eso.

Sacando sus teléfonos y acercándose sigilosamente, ambos chicos tomaron fotos a la nueva pareja, cual paparazzis con celebridades.

─ Quien lo diría, el niño bueno que juró nunca más enamorarse y el estruendoso, juntos.

─ La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Al final siguieron con su pequeña cita improvisada, junto a una Yumi que no dejaba que Hanbin se acercara a Zhanghao ni para tocarle un pelo. Lo de ambos seres ya era algo personal, pero Hao amaba tenerlos en su vida.

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