A quien corresponda:
Hola,
no encuentro otra palabra para empezar. Ni otra forma de seguir.
Solo se que te vi. Te vi caminando, te vi pasar, como en las canciones de amor y te quería conocer. Un cliché. Después me di cuenta de que ya sabia cosas de ti, solo que nunca había puesto un rostro a esas historias.
No eras lo que imaginé, no eras quién pensé. Es lo que detesto de mi. Tan solo te vi, te idealicé. Y ahora, espero que brilles en colores que no posees. Que hagas acciones de heroe, un caballero en brillante armaduras que aún no se si eres.
Tus acicones han sido valerosas, has mostrado más dignidad y decoro que ningún otro, pero no se si lo has hecho realmente por valentía o más bien por un temor mayor al que he visto en nadie más.
Para mi esto es lo más complicado. Siempre me ha gustado pensar que representó una tentación tan grande, que ninguno se puede resistir. Ahora veo que esa era solo la excusa de uno o mas, de uno que no tenía valor. Pero ahora me siento insuficiente, ahora me siento poco. Ahora no me siento vista.
Se que me ves, y se que lo piensas...
Me encanta brillar en el reflejo de tus ojos, quisiera quedarme en ese segundo por siempre, alargar ese momento en el que soy eterna.
M.