Cuatro días antes.
— Llevas el pie hacia adelante. Eso, así. Ahora da ese paso cuando yo de el paso hacia atrás. Bien, bien. — Valentina guiaba Juliana mientras sostenía una de sus manos y su cintura.
Estaba enseñándole algunos pasos de salsa en medio de la pista de baile del restaurante de un hotel. La noche era fresca para el clima cálido de la ciudad al lado del mar. La luna estaba pequeña pero perfectamente delineada en el cielo despejado. La pareja solo soltaba risas en medio de su baile a veces torpe y por momentos perfecto.
— No, espera, no se como. — Juliana dio el paso hacia adelante pero al dudar de su siguiente movimiento se quedó petrificada y perdió el ritmo de la canción.
Valentina se rio de forma suave y tomándola por la cintura trató de enseñarle el ritmo bailando de nuevo.
— Te dije que lo estás haciendo muy bien, solo no lo pienses tanto. — Valentina le dijo casi en el oído a su esposa.
Juliana rodeo la nuca de Valentina con sus brazos y bailó, como pudo, con ella, no se le quitaba una sonrisa entre nerviosa y divertida.
— Así que otra vez vas a usar lo de enseñarme a bailar para seducirme ¿no? — Dijo Juliana mirando a la otra a los ojos.
— ¿Seducirte? no, no. Lo que siempre me interesó fue enamorarte. — Valentina les dio una vuelta algo rápida para el ritmo y logró hacerla reír aún más, exactamente lo que había buscado conseguir. — ¿Lo estoy logrando?
— Mmh, a ver, una vuelta más. — Contestó Juliana.
Esta vez su risa fue algo más fuerte y cuando recobraron el equilibrio Juliana besó los labios de su esposa suavemente, el beso duró algunos segundos.
— Ya estoy completamente enamorada, no hay más que hacer.
Valentina sonrió y le besó de manera similar.
— Yo igual. Completamente.
Algunos besos más fueron intercambiados por la pareja mientras bailaban distintos tipos de música, se les pasó el tiempo hasta completar casi dos horas. Bailar juntas, sin importar la gente alrededor, era como una celebración de su amor que habían estado necesitando hace un buen tiempo debido a sus ocupaciones.
Ya cansadas, regresaron a su suite con el mejor de los ánimos. Entraron a su cuarto hablando más fuerte de lo que deberían y riendo por una casi caída que Juliana había tenido justo antes de entrar.
— Pero en verdad no tomé nada, te lo juro.
— Yo se que no pero, pero. — Valentina no podía siquiera hablar de tanto reírse.— Casi me caigo yo contigo y tampoco tomé tanto. Me asusté muchísimo, creo que mi grito despertó a alguien.
— Por eso tienes que dejar de gritar.
— ¿Estoy hablando muy fuerte? - Valentina dijo casi gritando sin darse cuenta.
— ¡Si! — Juliana trató de igualar su tono pero no le salía tan bien. — Ya no se si en serio no lo notas o me estás engañando.
Juliana se acercó a su esposa para abrazarla por la cintura. Le parecía tan completamente hermosa riéndose y hablando tan tranquila.
— No sabía, es en serio. — Valentina le abrazó de vuelta y así se fueron balanceando y caminando hasta quedar la espalda de Juliana contra la pared. Aunque allí atrapada, Juliana le dio un pico suave al cuello de su esposa.
— ¿Me puedes mirar un segundo? - Dijo Valentina.
Juliana atendió a este pedido y la miró curiosa.
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Hasta la muerte
Misteri / ThrillerJuliana y Valentina, ahora cerca de cumplir cuarenta, viven una vida de casadas, tienen un hija y trabajos que les gustan. Aunque nada es perfecto, las cosas terminarán de fracturarse después de un ataque. Valentina muere pero tendrá una nueva oport...