Capítulo 32

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JELENA

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JELENA.

Alexander me sujetó por la cintura para que yo no terminara en el piso, caminando juntos hacia el almacén, quiero ver en primera fila como la vida se consume en esos ojos del desgraciado que se atrevió a insultarme y menospreciarme.

Delano tiene razón, es tiempo de dejar de jugar a la casita y comenzar a dividir mis obligaciones, que soy tanto madre cómo Koroleva.

- Cariño, muéstrame tu truco ahora, con ese.

Señalé al idiota que me miró despectivo cuando pasé de la mano de mi medio peliblanco. Estoy en mi casa, y con mis hombres puedo hacer lo que se me dé la gana.

- Sí mami, espera y verás, es muy divertido - dijo mi hija, acariciando el pelaje de su león- Sasha, ataca.

Dijo mi niña, señalando al imbécil que intentó correr, pero el león no le dio mucha oportunidad de alejarse cuando saltó sobre él y le arrancó la cabeza de un mordisco, salpicando en parte a mi pequeña que uso sus brazos para cubrirse la cara.

- Como papi dice, que no entre en la boca ni los ojos, que la sangre está sucia.

- Ni en las heridas, mi niña.

Dije yo, acariciando su cabello, orgullosa de lo que estamos criando.

- Esa es mi hija, carajo.

Dijo Alexander, viendo con orgullo con Tanya se le acerca a Sasha y le da un beso en el lomo antes de acariciarlo y ver cómo se come al sujeto sin una sola mueca, ella será una Koroleva estupenda.

- Y yo que pensé que podría asustarla.

Me reí, siguiendo nuestro camino hacia el almacén, dejando a Tanya jugar a "Sasha, ataca" por ahí, eso les quedará de experiencia también, no querrán volver a hablar a nuestras espaldas, porque habrá más de dos pares de ojos sobre ellos, y mi gatito grande tiene mucha hambre siempre.

- Con una mamá como tú, un padre como yo, y tíos que disfrutan así - viendo a Misha y Lev, bailando alrededor de la enorme olla dónde tienen al sujeto- Yo creo que ya se acostumbró.

- Sí, yo creo que sí ¡Tanya! ¡Ven aquí, preciosa, que quiero que se coman al idiota, no que mueran todos!

- ¡Voy mami!

Gritó mi tesoro, subiéndose arriba de Sasha para venir más rápido hasta dónde estaba yo, tomando un pañuelo de su bolsillo para limpiarle el hocico a su león, y este muy quietecito se dejaba limpiar, este león es un gatito muy mimado.

- Bien hecho, hermoso, bien hecho.

Le dije al peludo, acariciando su melena, respondiéndome con un ronroneo digno de un gatito grande.

- ¿Y bien? ¿Cómo vamos?

Pregunté, viendo al sujeto bien amarrado, escuchando sus suplicas.

- Todo bien, mi Koroleva - dijo Delano- Con esto, no les quedarán ganas de hablar sobre usted.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora