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Los días iban pasando poco a poco, llevaban ya alrededor de tres meses más de relación y siempre era lo típico entre ellos dos salir una que otra vez y después del día, terminar dándose una ardua sesión de besos cuando les daban espacio.

Sunoo desconocía como iba la situación entre Ni-ki y su padre, cada vez que intentaba hablar con él de eso cambiaba el tema. Habían veces en las que se escapaba a su casa y se encerraba en su habitación sin que nadie lo supiera a parte de Sunhee porque una vez los encontró comiéndose la comida del refrigerador a eso de las dos de la madrugada y ella pensaba que había sido porque satanás iba a ir por su alma o el hámster que prometió cuidar junto a Sunoo (pero se murió) en su infancia venía a cobrarle su cuenta pero se encontró con una escena bastante divertida a su parecer.

Esa mañana de un día viernes, Sunoo se alistó para ir a la universidad pero no vio a su novio por ninguna parte en cuanto llegó, lo buscó a la hora de la salida y tampoco lo vio.

Quizás debía ir a visitarlo ¿No?

Pero su cuerpo se tensó en demasía en cuanto vio que la persona que le abrió la puerta, no fue nadie más que el mismísimo padre del chico, quien pareció analizarlo y él se incomodó un poco.

— ¿Si?— pregunta con el ceño fruncido, acomodando sus gafas.

— B-buenas tardes y disculpe si le interrumpo..— relamió sus labios— ¿Está Ni-ki?

El hombre alzó una de sus cejas pobladas, lo miró de pies a cabeza y sus tripas se contrajeron al percatarse de que esa cabellera rosada solo le podía pertenecer a..

— ¿Eres su novio?— pregunta con un tono cortante.

Las palabras abandonaron su garganta al igual que los colores su rostro, no sabía que hacer porque si fuera por él, hace rato hubiera soltado sus barbaridades sin ningún problema pero desde que comenzó a salir con Ni-ki, ha cuidado un poquito más sus palabras para evitar ganarse la rabia ajena solo por el momento aunque igual seguía siendo muy honesto cuando se trataba de su humilde opinión.

— Soy-..

— Dime, ¿Eres o no su novio?— vuelve a preguntar pero con más insistencia— Haber si dejas de..— en ese momento, se vio interrumpido por el auto blanco que se estacionó enfrente de la casa.

Igualmente dijo algo pero Sunoo dejó de escuchar en cuanto vio al chico bajar del vehículo junto a su mamá, la cual se apresuró en llegar hasta ellos y saludarlo para obligar al mayor a entrar para darles un poco de espacio.

— H-hola.— se acercó hasta él y caminaron un poco más lejos de la casa para evitar que sus padres los llegarán a escuchar.

— Amor..— dejó un pequeño beso en su frente— ¿Qué te dijo?

— No, no llegamos a hablar solo me preguntó si yo..— suspiró— S-si era tu novio... Pero no le dije porque llegaron y-.. Ya sabes.— hizo una ligera mueca— Vine porque no te vi hoy y tampoco te he visto desde hace días.

El japonés rió por lo bajo, Sunoo sentía que le iba a dar un infarto en cualquier momento porque se veía tan sexy y elegante con esa ropa que tenía. Solo atinó a morderse su labio inferior para intentar concentrarse en escuchar lo que al parecer estaba diciendo pero él estuvo muy ocupado viéndolo como si se lo quisiera comer.

— Perdón, tuve que hacer un par de asuntos que resolver y no seas dramático, nos vimos el miércoles, tonto.— le reprocha.

— ¡Qué no me digas así!— exclamó con un chillido, dándole un ligero golpe en su hombro— Y sabes cómo soy, así que no se que coño te esperabas. ¿Y cuáles son esos "asuntos"?

𝐇𝐞 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora