Su propio reflejo en las aguas turbias se veía descuidado y perturbado, luminoso por las diferentes luces de colores variados, brillantes, exhibidoras. El tacto fantasmal del agua helada, hirviendo en su carne ilógicamente, no lo despertaba en lo absoluto como en las mañanas; tal vez podría ser por el hecho que habia estado unas buenas dos horas arremolinandose en está conjunto sus pensamientos. El castaño pensaba que quería ser la propia agua en ese momento, por mas turbia e irreconocible que fuera, aún podía perderse y mezclarse con su propia especie; no era tanta la diferencia, pero le gustaría no ser tan sólido, tan frágil, pensaba que el agua podia desintegrarlo si tomará como antecedente la piel arrugada como pasás en las yemas de sus dedos. De todas formas sus palmas estaban magulladas desde el invierno pasado, principalmente agosto.
Agosto, invierno, le gustaría que esas palabras fueran un recordatorio pasivo de comprar crema hidratante en lugar de ser la causa principal que colapsó en su cabeza por todo el verano; Aún no encontraba como drenarlo para siempre.Observó los cuerpos ajenos de diferentes tonificaciones buscar el tacto contrario en la misma agua turbia que, para el, era ácido. Se salpicaban con amplías y hasta aterradoras sonrisas. Deseaba nunca haber estado en estas aguas en primer lugar, tal vez en esta piscina exageradamente grande para una casa estilo Americana en medio de Madrid, era tan absurda, como los pensamientos inundados de la misma agua turbia.
Su amigo lo acechaba con la mirada desde el extremo contrario de la piscina. Sus ojos estaban ligeramente rojos por la intoxicación de alcohol en la alocada noche de verano, también podía ser a causa de los productos artificiales que contenían los litros de agua; estos lo palidecian aun mas al propio castaño. Un leve escalofrío recorrió su cuerpo de arriba a abajo, posando un fantasma en la curva de su cuello, esos labios carnosos y rotos; le debería haber obsequiado aquel viejo labial hidratante, tal vez así no estaría pensando en él este verano. Intentaba borrar esa idea de su cabeza, como el hecho de que se encontraba en una alberca a altas horas de la madrugada, con personas que desconocía. Después de todo no tendría porque hacerlo, el no organizó esta fiesta en primer lugar, si no que el responsable fue el moreno que se acercaba cautelosamente hacia él.
— Tio, llevas unos ojos que parece que la puta piscina esta purificada con vodka eh, no me jodas, ¿Ahora que te pasa? — Preguntó en un tono alto a causa del volúmen de la música — Que te he traído para que te diviertas, no para que derrames la alberca llorando. Dejalo.
Esta vez, por primera vez en la noche desde que habia llegado, el castaño le regaló una sonrisa burlezca al moreno frente a el, quien fue complacido, extendiendo exageradamente sus brazos en acto de celebración, mientras seguía provocando al contrario. Pablo simplemente rodó los ojos mientras observaba a su alrededor. Rubias, morenas, chicos extrañamente musculosos y atractivos con barbas afiladas jugaban una especie de volleyball en el medio de la alberca con una pelota de tennis.
— No lo sé Ansu, no tengo ganas de hacer mas. Te diría que me des un paseo por aquí pero apenas puedes estar de pie tio, no se como puedes seguir en el agua, no serás un pez globo cabron. — Comentó desviando su atención al moreno que lo observaba con la mitad de su rostro inferior dentro del agua, dejando a la vista sus ojos y su característico peinado, haciendo burbujas como un niño pequeño debajo del agua. —
El moreno se sumergió acortando la distancia que mantenían, para tomar la cintura del contrario haciendo que este se resbalara del borde de mármol en el que se encontraba sentado, seguro. Era el único pedazo sólido y seguro en ese momento.
El joven castaño fue arrastrado torpemente bajo las aguas de la piscina, hundiéndose de imprevisto ahogándose exageradamente.Esos segundos bajo el agua fueron sus únicos, parecidos a minutos, segundos de lucidez en aquella noche de perdición concretamente. Su cerebro ignoró el tren de pensamientos del pelinegro, los fantasmas aferrados a su espalda conjunto a esos labios muertos lo abandonaron en la superficie; pero el joven era consciente que en cuanto saliera a esta se aferrarian nuevamente, y dolería tanto.
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Invierno, agosto | Pedri & Gavi
RandomTW: UNDER AGE (17-19) Donde las llamas comienzan en el agua y mueren en las mismas _____________________ Esta historia contiene PLENA ficción comparada a la realidad. Cualquier suceso mínimamente similar a la realidad o recreado SIEMPRE estará bajo...