El otro día desperté con un terrible dolor de garganta,
¿Sera el cambio de clima? ¿O alergia primaveral?
Creo que más bien es el peso sentimental, aquel que me hace recordar que ya no formas parte de mi vida. Ese peso sentimental que no he podido sacar de mi pecho y se queda atorado en mi garganta por horas, días y meses hasta que duele.Maldigo el clima de la primavera, ya que sólo me recuerda a tu sonrisa duradera. Esa sonrisa que siempre estaba ahí para cualquier momento, antes de desaparecer por completo.
Odio el clima de veraniego, pues me recuerda al aniego de lagrimas en mi rostro después de que te fuiste.
Detesto el clima otoñal, porque con su olor me recuerda al amor irracional que sentí por ti.
Me molesta el clima de invierno, y es que si lo siento sólo puedo imaginar un final alterno. Un final alterno en el que te digo todas las cosas a la cara, y no las tengo que escribir en una pantalla....
Te extraño con locura, pero a veces la locura si se convina con el amor crea fisuras en el corazón, fisuras irremediables que solamente un año más dedicandote estaciones va a llenar momentaneamente. Porque me aferro a la idea de que el dolor de garganta que siento no se curará con un medico, si no con un pico de emociones cursis causadas por ti.
Porque el otro día me dolió la garganta, y no alcance a comprender si era una engripada o una de tus malas jugadas.
–Vam.