|| Narradora— WHAT!¡ - Grito exaltado del de mechones dorados, sin si quiera terminar de procesar lo que le había informado el pelirrojo.
Aquellos dos chicos? Viviendo en su casa ? Aún no podía creerlo totalmente.
— Hijo, se que es muy inesperado e imprevisto, pero por favor cálmate. Cuando lleguemos a casa podremos hablar del tema seriamente - Menciono la francesa, preocupada de que tan abrumado podría estar su pequeño rubiesito ante la situación.
El estadounidense parecía estar en shock durante todo el camino a casa. Si quiera podía captar que se encontraba sentado entre el asiático y el ruso.
Por su parte, Rusia y China tampoco se esperaban que uno de los hijos de la mujer que los recibiría en su casa fuera aquel americano. Los tres parecían algo sorprendidos, pero el más afectado ante lo que sucedía era el ojiazul.
Hubo un incómodo silencio durante todo el camino. Nadie se atrevía a hablar y nadie lo hizo. En cuanto llegaron a la casa, todos bajaron del auto. El canadiense y la francesa comenzaron a ayudar a bajar las maletas de los dos nuevos "integrantes de la familia", mientras que el estadounidense tan solo pasó directo a la casa sin querer ayudarlos.
— (Esto debe ser una broma, esto debe ser una broma...e-esto...ahg!) - El pequeño chico solo se quejaba entre sus pensamientos, todo lo que sucedía lo tenía confundido y perdido. Finalmente se fue a su habitación, para encerrarse allí toda la tarde e intentar recobrar fuerzas.
Habían pasado horas ya, era casi de noche y aun el pequeño oji azul no salía de su cuarto. Se escucharon unos suaves toques en la puerta de su habitación, sin embargo, el menor no deseaba abrir la puerta.
— Hijo, soy yo. Por favor abre la puerta, necesitamos hablar - Menciono la francesa del otro lado de la puerta.
...
La Madre no recibió ninguna respuesta de su hijo menor, y realmente no parecía que la fuera a recibir, así que simplemente acepto el silencio de su hijo y antes de irse dijo lo siguiente;
— La cena estará lista en unos minutos, baja a comer por favor - Finalmente se fue.
El norteamericano se encontraba escondido entre sus sabanas, y cuando decidió salir de ellas, fue a la ducha a tomar un baño.
|| Narra Rusia
Me encontraba en la cocina, sentado en la mesa junto al hermano mayor de aquel insolente estadounidense y también con China.
— Bien, ya esta lista la cena - Dijo la francesa, para luego colocar la mesa y poner la comida en los platos.
— Gracias. - Me limite a decir.
— Gracias señora, es un placer poder probar su comida - Dijo el asiático.
— Ow, ustedes dos son tan educados. A diferencia de mis hijos que son unos mal portados - Dijo la señora mientras veía fijamente a su hijo mayor, el canadiense.
— Mamá! América es el que se porta terrible, yo soy un pan de dios - Dijo el canadiense intentando probar su "inocencia".
— Si, claro! Ya ya, coman antes de que la comida se enfríe chicos -
Los tres empezamos a comer cómodamente. El pequeño rubio no parecía querer bajar a comer, así que cuando terminamos, la madre nos encargo llevarle la comida a su habitación.
— Por favor, llevenle la cena a su habitación. Se que es algo testarudo...perdonenlo, es solo un adolescente - Menciono la francesa algo apenada.
— Tranquila señora, nos encargaremos de llevársela - Dijo el asiático mientras sonreía con amabilidad.
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Mi desastroso triangulo amoroso [CH]
RomanceEstados Unidos es un joven que conlleva una vida exitosa en su academia, es popular e inteligente. Sin embargo, su perfección se ve afectada ante la llegada de dos alumnos nuevos provenientes del extranjero, Rusia y China. Francia a decidido acoger...