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La noche había caído, y era tiempo de que Sanemi tuviera su chequeo anual, esperando con paciencia sentada en una de las camillas, movía de un lado a otro sus piernas como si fuera una niña.
Cuando Kanao llegó, se puso a ver qué todo estuviera bien con ella, aunque a decir verdad, Sanemi estaba perfecta apesar de faltarle algunos órganos.

—Todo perfecto Shinazugawa-San, me alegra que esté mejorando estos últimos días.—Sonrió con pesadez, quitando las vendas del abdomen de la contraria para poner unas nuevas.

—Kanao.. ¿Cuándo podré volver a cazar demonios?—Preguntó curiosa, ambas chicas chocaron miradas, y la mirada de la menor lo decía todo.—¿Qué está mal?

—Shinazugawa-San, está bien que usted está mejorando y eso pero... Es muy riesgoso que vuelva a servirle a la cofradía, la falta de esos órganos está haciendo que su cuerpo sea muy débil, a estas alturas-..—Suspiró.— Usted no podría soportar una de sus posturas.

Sanemi tragó en seco, apretando con fuerza las sábanas, desvío la mirada decepcionada, queriendo llorar ese mismo instante del enojo,

—Está bien Kanao, gracias por preocuparte por mí..—Dijo en un suave susurro, la azabache notó aquella mirada y sin dudarlo la abrazó.

—Pero está bien Shinazugawa-San, usted ha dado todo por nosotros, ahora déjenos hacer algo por usted.— Separándose del abrazo, le entregó una Yukata en las manos.— Es muy tarde para que esté despierta, vaya a dormir.

Apunto de irse, el fornido brazo de la mayor detuvo a la menor agarrándola del hombro.—Kanao..—Dijo Con voz quebradiza.— Gracias por todo.

Soltandola, sonrió con ternura por la actitud de la mayor y se fue de la habitación.

Cuando se fue la azabache, Sanemi decidió cambiarse y así despejar un poco su mente que no paraba de culparse así misma, sin notar que la puerta estaba algo abierta, comenzó a quitarse la ropa que tenía puesta.
Y en ese mismo momento, El pilar del agua Tomioka había llegado de una misión muy agotadora, con algunas heridas en sus brazos, esperaba ser atendido por la nueva patrona de la finca mariposa, pero ella no se encontraba en su oficina.

Así que decidió buscarla, o si se encontraba con alguna de las niñas bastaba, solo quería curarse y largarse.
Una luz proveniente del pasillo le hizo llamar la atención, acercándose, noto que venía de una de las puertas que estaba abierta

Asomándose con curiosidad, quedó boqui-abierto cuando vio a la pilar del viento semi-Desnuda, no podía negarlo, su cuerpo estaba detallado por los mismos dioses, era tan perfecta y fuerte a la vez, seguramente más de un hombre estaba detrás de ella.

Entrando a la habitación sigiloso, cerro con cuidado la puerta y se acercó más a la chica, tomándola de los hombros, la albina se asustó.

—¡¡Ah!!, ¡¿Que mierda?!—Dandose la vuelta con rapidez, lanzó un golpe que fue detenido.— ¡Ah, T-Tomioka!, M-me asustaste

Dijo con un tono nervioso, estaba avergonzada, el pilar del agua la estaba viendo con pocas prendas, y notar la mirada fija del contrario la ponía aún más nerviosa.
Tomioka soltó el brazo de la contraria y se acercó más a ella.

—¿Q-que estás haciendo?, ¡Aléjate!—Retrocediendo, se chocó con su cama quedando sin escapatoria, Tomioka la empujó y se puso encima de ella.—¡Nooo!, ¡Basta, esto no es gracioso!, ¡Kanao-..—La mano del pilar tapó su boca, mientras con la otra abría una de sus piernas.

Mientras la albina forcejeaba, Tomioka se tomaba el tiempo de apreciar aquel precioso cuerpo que tenía en frente suyo, rozando con sus dedos las pequeñas caderas que la fémina tenía, ella agarraba con fuerza los hombros del pilar intentando alejarlo, pero después de unos segundos el azabache se arto y agarró ambas muñecas.

𝙎𝙐𝘾𝙆 𝙄𝙏 𝙐𝙋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora