Back To Blue Side [KatsuDeku] | ADAPTACION

Capitulo 4

“Encuéntrame en el fondo del océano donde el tiempo está congelado, donde todo el universo está abierto. El amor no es aleatorio, somos elegidos y podríamos usar la misma corona. Sigue frenando tu corazón. Somos los dioses ahora.” 
—Jaymes Young

Las olas rompían con fuerza contra la orilla y la piel de Izuku se sentía levemente fría mientras caminaba hacia el agua. La niebla volvía a cubrir el horizonte y la lluvia amenazaba con llegar acompañada de una cortina de nubes negras.

Izuku se relamió los labios antes de observar el cuerpo de Katsuki quien ya se había sumergido en el mar y ahora lo esperaba con una sonrisa retadora a una corta distancia de donde él se encontraba. El agua le llegaba hasta la cintura y una vez más su cabello había obtenido esas ondas naturales que captaban por completo la atención del escritor quien ya comenzaba a formar nuevas líneas para su historia mentalmente.

“Katsuki y el mar eran uno, daba igual si las olas se precipitaban con fuerza contra su cuerpo pues este había aprendido a controlarlas. Cuando se sumergia el paisaje se completaba, como si él tuviese que estar allí, en las saladas aguas repletas de vida, para que la playa que lo rodeaba cobrase sentido.”

Izuku había puesto sus ojos con tal intensidad sobre Katsuki que este no pudo hacer otra cosa que sentirse expuesto, no le importaba realmente que mirase su cuerpo pero ahora el escritor se encontraba centrado en sus ojos. Ninguno apartó la mirada, no eran capaces. Existía una atracción inevitable entre ambos que los obligaba a permanecer pegados el uno al otro desde la primera vez que se vieron. No era amor, ellos lo sabían sin embargo sí era deseo, algo mucho más peligroso que el romanticismo.

El deseo implica placer, gemidos desgarrados y roces de piel. Katsuki no lograba dejar de pensar en otra cosa y cuando Izuku llegó a su lado con la inseguridad marcada en su cara debido a la fuerza de la corriente, el chico se limito a tomarlo de la cintura sorprendiendolo.

—¿Tienes miedo escritor? — preguntó Katsuki a su oído siendo consciente de cómo las manos de Izuku se había posado sobre su torso y acariciaban la piel mojada por las gotas ensalitradas del mar.

—Siento más que miedo en estos instantes. Mi adrenalina parece estar subiendo de forma inexplicable — al igual que Katsuki había hecho antes, Izuku acercó su boca al oído de este, sin embargo en lugar de hablar se dedicó a mordisquear levemente el lóbulo de la oreja del muchacho —Hay muchas cosas pasándome por la cabeza en estos instantes.

Katsuki sonrió levemente, no estaba pensando con raciocinio. Desde el primer momento se comportó con ese escritor de una forma diferente, generalmente siempre le mostraba una cara violenta a los extraños para evitar burlas. Sin embargo con Izuku lo único que logró fue obtener una curiosidad hacia su persona que al parecer era mutua. Ambos se sentían completamente curiosos por conocer las partes más escondidas del cuerpo del otro.

Los labios del escritor dudaron un segundo antes de comenzar a dejar un camino de besos desde la oreja de Katsuki hasta el cuello de este. Su piel sabía a sal debido a que se encontraban en medio del mar furioso pero eso no parecía importarle a Izuku, de hecho lo animaba y las frases en su mente seguían formándose.

“La piel de Katsuki tenía el regusto de la sal del mar como toda su personalidad. Él era la ola más peligrosa de aquella playa, la gran ola sísmica que agitaba el mundo de quien se atreviera a jugar en sus aguas.”

—Pensé que querías aprender a nadar — la voz del chico era ronca mientras los besos de Izuku bajaban cada vez más hasta comenzar a invadir su pecho y hombros.

—Esto es más interesante. Necesito conocerte bien si quiero completar a mi personaje — susurró el escritor.

Definitivamente a ninguno le molestaba la situación. La playa desierta y la sensación de que ese lugar les pertenecía estaba invadiendo sus mentes. Sólo podían pensar en la necesidad de tocarse un poco más, de rozar sus torsos, de moverse el uno contra el otro y estrellarse como las olas lo hacen contra las rocas.