Juré, en lo más profundo de mi corazón, nunca más beber tanto en mi vida. La resaca al día siguiente era una tortura que me recordaba lo lejos que podía llegar cuando me sentía despechada. Y es que la ocasión, según yo, lo ameritaba. Quería borrar todo pensamiento; me querría borrar de la faz de la tierra.
Beber no era lo adecuado, claro está. Mariana, mi amiga me lo mencionaba cada vez que tomaba un trago distinto. Y un trago distinto, me ayudaba a olvidar que estaba despechada conmigo misma. Era la forma que tenía para evadir lo que sentía y lo que era la realidad.
—Vamos mujer, deja eso. —Me decía Mariana. Molesta tomaba mi vaso de ron y lo alejaba de mí. —Te juro que hay mejores maneras de morir.
—Pues dime una, que me mate de inmediato. —Dije y reí. Otro mecanismo de defensa; reírme de mis desgracias.
—Aun no entiendo qué te sucede. Pero sé que es algo bastante grabe. —La música alta no me dejaba escuchar a mi amiga. Me atrajo hacia a ella y me habló en el oído. —Pedro, ¿sabe que estas aquí?
Negué de inmediato y algo asustada pues, Pedro, además de ser un gran actor y protector de la integridad de sus seres queridos, también era mi mejor amigo. Mariana bufó por lo bajo, tomó su celular y comenzó a caminar fuera de la pista de baile.
—No, no...!Mariana! —Grité. Caminar se me comenzaba a dificultar. —¡Mariana! —Chillé.
—¿Qué? —Espetó esta, molesta. —¿No quieres que llame a Pedro?
—Para qué lo vas a molestar. De seguro está con Nicole...Nicki. Como sea. —Me encogí de hombros. —Debe estar ocupado, sino durmiendo.
—¿_____________, sucedió algo entre ustedes? —Inquirió. Negué de inmediato, más mi amiga, bien sabía cómo escudriñarme con tan solo mirarme a los ojos. Suspiré. Y es que la diferencia de opiniones con Pedro se había convertido en una especie de conflicto del cual, mi orgullo no me permitía comunicarme con él.
—Son sólo cosas. —Murmuré. Mi amiga me tomó del brazo y me llevó fuera del lugar en donde nos encontrábamos. —Mariana...
—Sabes que Pedro no te dejaría estar aquí. —Reclamó. —¿Pelearon?
—Algo así, pero... descuida, mañana le hablaré, la culpa fue mía. —Dije y miré la entrada del local, donde todo era música y baile. —Volvamos, prometo calmarme.
Mariana asintió y yo me tranquilicé. No quería que Pedro viniera y me diera un sermón acerca de mi conducta temeraria. Quería disfrutar y olvidar a Pedro besar a Nicole.
Nicole había llegado al edificio donde vivía Pedro. Como era de esperar, mi buen amigo no pasó desapercibido ante la morena. Pronto comenzó a buscar el camino hacia Pedro, con el fin de poder ser bueno vecinos, según lo que el mismo Pedro nos había comentado a Mariana y a mí. Una especie de disgusto se alojó en mi cuando vi a Nicole. Mariana no estaba de acuerdo con que Pedro fuese el buen vecino de Nicole pues, tal como lo había percibido yo, Mariana le dijo que ella sólo buscaba fortuna.
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Pedro Pascal - Joel Miller || One Shots
FanfictionPedro Pascal || Joel Miller here One Shots